I found you - ZoSan

I found you

A pesar de nuestras constantes peleas e insultos...

-¡Oh, Zoro! ¡Me encontraste!

Sigo amando a ese cocinerucho.

Era un día normal en el barco, cada quien es sus actividades diarias cuando el trío de idiotas decidieron empezar un juego llamado "escondidas" en el cual me obligaron a participar.
Las reglas eran fáciles, tenia que contar hasta diez y luego ir a buscar a todos los jugadores que se encontraban escondidos, entre estos estaban: Luffy, Franky, Chopper, Brook, Usopp y el Ero-cook.
Luffy, en la cocina aprovechando el juego para robar comida.
Franky, en los cuartos.
Chopper y Usopp, en la enfermería.
Brook, en el baño.
Y el Cocinero...
Se encontraba dentro de la canasta que usa para colgar la ropa siendo envuelto por una capa de sábanas que lo esconderían perfectamente si no se viera el humo salir de un hoyo donde el rubio asomaba la cabeza.

-Se nota que estos juegos no son lo tuyo. -Dije sentándome a su lado-

-¡Oh, Zoro! -Dijo con una sonrisa de oreja a oreja- ¡Me encontraste!

-Tu presencia no es muy fácil de ocultar que digamos.

-Zoro...

-Es decir, ¡Solo mira esas cejas! Es difícil pasar desapercibido.

-¡Eres un...! -Murmuró Sanji con enfado para finalmente decidir ignorarlo- Y habla el que tiene el pelo verde.

No cruzamos palabras por un tiempo, nos dedicamos a observar el cielo y ver las gaviotas volando, se acercaba otra gran aventura.

-Hey, Zoro.

-¿Si?

-Yo... Quería preguntar... -Se le notaba algo nervioso- ¿Que es el amor? Es decir, ¿Como saber cuando estas enamorado?

Esa pregunta me tomo por sorpresa pero decidí contestar.

-¿Que es? Pues... -Lo pensé un poco- Es cuando encuentras a alguien y decides protegerla de todo mal, quieres lo mejor para el y no dudas en hacer locuras para conseguir eso.

El solo me miro fijamente así que decidí continuar.

-Bien, para saber que estás enamorado solo hace falta mirar a esa persona y... amarla, la ves y piensas que no tiene ni un defecto pero si los tiene, crees que esos defectos lo hacen aun más perfecto... -Rei un poco- Es básicamente lo que veo en ti.

...

Bien, no estaba entre mis planes confesarme tan repentinamente.

-Yo...

-Olvídalo. -Me levante algo molesto conmigo mismo cuando sentí una mano tomar la mía-

Era el cocinero que había salido rápidamente de su escondite de sábanas pero que yacía arrodillado en el suelo.

-Me gustas. -Dijo sin miedo alguno- Tu también me gustas, Zoro.

Lo único que pude hacer es sonreír con cierta ternura.

-Vamos, apúrate. -Dije apretando suavemente su mano- Los demás están esperándonos.

El solo me vio expectante con sus ojos brillando y con un sutil hablado me dijo:

-¡¿Quien te crees para darme órdenes?! ¡Maldito Cabeza de Alga! -Dijo metiéndome el pie haciendo que cayera de boca-

-¡Estupido cejillas!

Y ahí comenzó otra de nuestras muchas peleas.

Pelea tras pelea, golpe tras golpe, sonrisa tras sonrisa y beso tras beso.
A muchos les parecerá extraña nuestra relación pero bueno... ¿A quien le importa lo que piensen?
Lo que encontré en Sanji es algo que muchos han buscado y pocos han hallado, en el lo encontré todo.

Unos años después...

Ya había pasado tiempo desde que me habían arrebatado al cocinero y en ningún momento dejé de buscarlo.
Corría y corría sin parar, me decidí y no parare hasta encontrarlo. Habían enemigos por todas partes pero eso no me impidió irrumpir en la gran iglesia donde se celebrará la boda de mi todo con alguien que no era yo.

-¡Sanji! -Fue lo único que grite al verlo en el altar listo para cerrar el matrimonio-

-Zoro... -Y de nuevo estaban ahí sus brillantes y expectantes ojos azules- Tardaste mucho estupido marimo.

Lo sé, pero finalmente después de incansable búsqueda...

-Te encontré.