El P3 era uno de los pubs más concurridos de Wolverhampton, Reino Unido. Cada noche había shows en vivo, tragos y una gran variedad de delicatesen dulces y saladas. Aquel que iba podía encontrar la barra en medio del local, las mesas dispersas alrededor para que la gente estuviera cómoda sino quería bailar, la pista principal a un costado y, prácticamente frente a la barra, el escenario. En el otro extremo, los baños, que como no podía ser menos el de mujeres siempre estaba lleno, y al lado, la oficina de Penny que era quien llevaba las cuentas y todo lo referido al local. Y dos imprescindibles, un saloncito más privado que las dueñas y familia solían ocupar, y un sector vip tanto para la clientela como para los artistas que iban a tocar.
Y, como era habitual en ese ambiente, yo me encontraba atendiendo detrás de la barra. Mayormente me dedicaba a preparar los pedidos para las mesas pero cuando había mucha demanda también me tocaba atender a los clientes allí. Por lo general era un trabajo tranquilo pero esa noche estaba teniendo problemas con un grupo de futbolistas que habían ganado algún campeonato o algo. Eran solo cinco pero ya hacía rato se habían pasado en la cantidad de tragos y cada vez con más insistencia pedían tener mi atención.
_ Preciosa, tráeme otra. Y ya que estamos, porque no me das tu número. O una cita. Podríamos ir ahora mismo a algún lugar- dijo el más grandote de todos.
_ Ignora al idiota de Paul y sal conmigo, nena. Te prometo una noche que no podrás olvidar- interrumpió otro igual de borracho.
_ Gracias pero ya estoy comprometida y creo que es hora de que se vayan- conteste fríamente
_ Vamos... no seas aguafiestas, solo queremos un trago más- intervino otro haciendo algo parecido a un puchero.
Lo pensé y termine accediendo solo para que no fueran a molestar a la otra chica que estaba trabajando por esta noche conmigo.
Si solo Levi estuviera allí para distraerla...Como extrañaba sus comentarios y ocurrencias.
Treinta minutos después el problema con los jugadores se había intensificado ya que me negaba a servirles más alcohol y había mandado a la otra chica a atender las mesas. Cualquier otra noche Patty, Peyton o Levi hubieran intervenido o ido a buscar al guardia pero ese Viernes las dos primeras estaban en un cumpleaños y el último en casa con una horrible migraña. Lo que significaba que me tocaba a mí ser la figura de autoridad en el local y prefería, por el estado en el que estaban los chicos, no involucrar a nadie más en el asunto. No sería ni la primera ni la última vez que me tocara lidiar con borrachos y, si las cosas escalaban o complicaban mi trabajo más de lo que ya lo habían hecho hasta ahora, me vería obligada a pedir a alguien que me diera una mano.
Los clientes no solían intervenir en situaciones así por miedo a empeorar las cosas y el personal temporal ahora que estábamos en época de vacaciones había sido advertido a mantenerse lejos.
_ Hey, ¿Dónde están nuestros tragos?- volvió a preguntar uno y me agarro fuerte del brazo para que no pudiera seguir ignorándolo.
_ Se acabaron- replique e intente zafarme de su agarre pero no lo conseguí.
_ Queremos otra cerveza así que deja de ser estirada y dánoslas. ¿O quieres que yo mismo las busque?- me respondió sin soltarme y subiendo el tono de voz para que lo pudiera oír claramente a pesar de la música.
_ ¿Qué tal si lo que buscan es la salida caballeros?- pregunto alguien detrás de ellos obligándolos a cambiar su atención y voltear.
_ ¿Qué tal si no te metes?- contesto el anteriormente mencionado Paul.
_ Mmm lamento decepcionarlos pero voy a meterme todo lo que quiera y a menos que ustedes deseen que yo y mis amigos los saquemos a patadas de aquí, les sugiero que con calma se retiren- alego acercándose ligeramente más a ellos. Si bien era alto, 1.85, su contextura parecía diminuta al lado del grupito de revoltosos, pero eran sus ojos verdes los que dejaban en claro que sus palabras iban muy enserio.
Hubo unos instantes de duda en los que creí que podrían llegar a irse a las manos pero el menos chupado de todos intento darle un poco de sentido común al resto y sin mirarme dejaron toda la plata de lo que habían consumido y se largaron.
_ Gracias Indi- solté aliviada una vez que los perdimos de vista.
Si bien estaba acostumbrada a situaciones así, las detestaba profundamente.
Irónico que trabajara en un pub la verdad pero tenía mis razones y mis motivos.
_ No hay de que, ¿Quieres que me quede y te ayude?- cuestiono y antes de que pudiera responderle cualquier cosa agrego- Digo, ya que tu novio no está.
Aquello hizo que pusiera los ojos automáticamente en blanco y me olvidara del incidente anterior. No podía recordar la cantidad de veces que habíamos tenido aquella conversación desde que nos habíamos conocido.
_ ¿Cuántas veces tengo que decirte que Levi no es mi novio?
_ El solo hecho de que sepas de quien te hablo indica otra cosa- observo con una sonrisita molesta que a veces me daban ganas de arrancársela de la cara.
_ Idiota- gruñí pero en realidad no estaba molesta.
_ Siempre tan dulce... ¿Segura que no quieres que me quede?- insistió.
_ ¿Y perderme del show? No, puedo encargarme sola.
_ Está bien, pero cualquier cosa sabes dónde encontrarme- dijo señalando el escenario con un mínimo movimiento de cabeza.
_ Lo sé, como todos los Viernes- respondí con una sonrisa y seguí trabajando.
Dos horas más y podría irme a casa a descansar sesenta minutos antes de tener que levantarme para realizar una sesión de fotos.
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P3 Lounge
Teen FictionP3 Lounge en Wolverhampton, Reino Unido, es lo que tienen en común Petra e Indi. Fotógrafa en proceso y barman a medio tiempo, Petra se encuentra con que no puede tener todo lo que desea. Indi, músico en ascenso, no puede dejar de sentir que le fa...