El avistamiento

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El cansancio se sentía sobre sus hombros como si un par de cuerdas lo mantuvieran atado al piso. Su caminar era lento y desanimado producto del trabajo y las tensiones del día. Subió las escaleras iluminadas por las luces de los edificios vecinos. Cada paso creaba un estruendo multiplicado por el estruendo de la noche. Pensó que quizás subir descalzo hubiese mejor idea.

Entró en su habitacion despojándose de toda prenda alistandose para dormir y encendió el ventilador culminando su rutina nocturno. Se quitaba los calcetines cuando la extraña sensación de ser observado lo paralizó por un instante y lo hizo levantar la vista hacia la ventana superior.

Las estrellas podían observarse con un detalle poco frecuente de la ciudad. Una de ella tenía un curioso brillo azulado que era casi imposible ignorar.

Mientras meditaba si se trataba de algún aparato aéreo, la Estrella comenzó a notarse más brillante y parecía centellear en intervalos.

La Estrella oscilaba su brillo entre blanco y azul. Algo que la hacía parecer de un cristal sospechosamente sólido.

Le atribuyo al cansancio su reciente falta de criterio repentina, cuando se percató gracias a un agudo dolor en las piernas del hecho de que llevaba más de media hora observando la extraña estrella sin moverse. Agradeció que esto no pasara en el dia con el sol.

Rascó sus ojos mientras movía la cabeza de lado a lado buscando el punto en el que su ventana generaba la ilusión óptica que lo tenía tan entretenido.

Tras muchos zigzagueos de cabeza que ahora lo mantenían entretenido notó dos protuberancias en forma de V que aparecieron sobre la que cada vez más grande estrella que no dejaba de aumentar de tamaño. Ahora era más fácil relacionarla con un asterisco que rememoraba una forma familiar que ya no fue tan agradable. Repentinamente sus ojos le mostraban una forma humanoide suspendido en el aire agitando algo parecido a unas alas triangulares.

Un pánico alimentado por curiosidad y escepticismo lo mantenía escuchando el latido de su propio Corazón como si de un terremoto se tratara. Volvió a ponerse de pie.

Nunca se había sentido con una inteligencia arriba del promedio, pero se sentía orgulloso de su manera de ver las cosas sin emocionarse demasiado por las historias fantásticas que escuchaba a su alrededor.

Abandonando toda creencia en lo sobrenatural, todo lo fantástico había sido enterrado en su mente en la misma fosa donde había enterrado su religiosidad inculcada. Sabía que todas las pruebas que circulaban de estos hechos en internet solían ser globos, aviones o cualquier otra cosa redonda al alcance de la mano. Sabía también que algunos de los videos de la red eran montados con la mera intención de llamar la atención de la gente. Efectos muy logrados con la tecnología actual daban a cualquiera la posibilidad de tener una historia que cautivara a todos y pasar a la historia con sus 5 minutos de fama a costa de la realidad.

Su paso a una vida de incredulidad ocurrió sin avisos, sin dramas, llantos ni grandes revelaciones. Un día decidió que solo creería en aquello que pudiera ver sin intermediarios.

La lógica escapaba a sus sentidos, quizas era el cansancio, quizás estaba harto de siempre ser el que escuchaba las historias fantásticas y jamas ser el protagonista. Por la razón que fuese, la incredulidad dio paso a una emoción casi infantil que apagaba cualquier impulso de negar lo que estaba frente a el. Con ganas de grabar todo, de platicarlo a quien tuviera la oportunidad de sorprender seguía de pie cuando de repente odió tener la razón.

A la velocidad de un parpadeo la forma de la estrella volvió a la normalidad. Sin brillos ni formas extrañas. Una estrella cualquiera que no brillaba ni más ni menos que las demás a su alrededor.

Al día siguiente regresando del trabajo, pudo notar que frente a su casa había una antena de radio casi a la altura de su cuarto. La emoción del dia anterior se convirtió en pena de si mismo por haberse emocionado tanto. Realmente queria equivocarse esta vez.

Al llegar la noche se durmio sin siquiera recordar lo acontecido el dia anterior y relajado en su mundo sin misterios que pudieran venir del cielo.

Cuando el sueño lo venció, justo por fuera de su cuarto. Se perdio el momento en que la antena se encendía en un color rojo brillante que poco tenía que ver con el azul de su pequeña aventura a solas.

La luz azulWhere stories live. Discover now