Estacionó su auto en el aparcamiento del edificio. Llegaba a la casa de un día cansado y ultra agotador, había trabajo con más papeles y juntas de lo normal en la empresa Agreste. Solo quería llegar, cenar con su esposa, e irse a dormir acurrucados bajo las sabanas en muestra de amor.
Llevaba casado con Bridgette unos diez años. Diez años llenos de felicidad y amor puro entre ambos.
Aún recordaba cuando le había propuesto que sea su novia.
Felix solía ser un chico tímido y callado, tenía pocos amigos, y no era muy bueno respecto a las chicas. Siempre tartamudeaba o se ponía nervioso.
Siempre observaba cómo Bridgette salía del instituto, la veía tan hermosa, tan radiante, cómo su cabello era despeinado por la brisa primaveral. Tan perfecta como siempre.Ese día estaba lloviendo. Él ni ella tenían paraguas. Se cubrieron bajo un árbol, y comenzaron a platicar sobre ellos.
Félix no se había dado cuenta de que habían quedado en una cita gracias a Bridgette.
Sintió un pánico terrible, ¡nunca antes había estado en una cita! ¿qué se suponía que tenía que hacer? ¿hablarle lindo? ¿mentir sobre su vida? O simplemente, ser él mismo.Eso fue lo que enamoró a Bridgette. Un Félix sincero, tímido, y más que nada, un Félix en busca de amor para aceptar y dar.
Desde esa pequeña cita, las mismas comenzaron a ser más frecuentes.
Primero, era todos los sábados. Luego, los lunes y martes. Hasta que así, salían todos los días, juntos, de la mano, sin saber que we tenían un cariño que ninguna otra pareja joven de su edad entendería.Sacó las llaves del bolso y las introdujo en la cerradura del departamento. La puerta se abrió y Félix se introdujo dentro del apartamento, cerrando detrás de si la puerta.
-¿Bridgette?
Las luces estaban apagadas. Solía encontrarlas todos los días así desde la muerte de su suegra.
Bridgette aún no superaba la muerte de su madre, sabiendo que le quedaban poca días de vida, aquella azabache se dedicó a pasar cada minuto a su lado, y aprovecharlo por última vez.El día en el que el comunicado del aquél fallecimiento llegó, Bridgette comenzó a aislarse todos, incluido, Félix.
Ya no comía, tampoco salía. Solo se quedaba acostada en su cama, envuelta en todas esas cobijas debido al frío.Parecía una niña pequeña.
-¿Brid? - no estaba en la cocina. El miedo comenzó a inundarlo. No se quería imaginar que Bridgette intente nuevamente matarse.
Entendía el sufrimiento de ella, pero era tal aquél dolor, que llegaba a un punto en el que no podía soportarlo.Ella sabía que la solución no era matarse. pero aún así, tomaba ese método que no solo se lastimaba a ella misma, también lastimaba a los que la querían.
-¿Br...? - se quedó en silencio al observarla domir de forma pacifica en la cama. Tenía una de sus piernas destapadas y sus brazos sobre su cara. Una pose realmente adorable.
Se sentó a su lado. La observaba como inhalaba y exalaba el aire por su boca. Las ganas de rozar sus labios lo invadían nuevamente.
-Despierta dormilona - susurró en su oído.
-Buenos días.
-Buenas noches querrás decir - rió ante las palabras de la azabache -¿Cómo te sientes?
-Me duele un poco la cabeza.
Félix posó su mano en la frente de Bridgette tomando la temperatura. Notó que estaba un poco mas caliente de lo normal.
La tomó en brazos sin decir una palabra y la llevó hacia al baño.
-¡Hey!
-Es hora de que tomemos un baño refrescante.
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Couleurs [Miraculous Ladybug PV - Feligette]
Fanfictionone-shot partícipe del concurso Milagros Anticlichés de @MiraculousFanfic