Ella no creía en el amor a primera vista, hasta aquel dia en que lo vio. El amor se vistió de pelo largo, color negro azabache, ojos tiernos, y alegre rostro, mientras caminando a la orilla del mar sus miradas se cruzaron.
Ella siempre tímida, lo vio a la distancia y, como si de destino se tratase, el fijo su mirada en aquella dama y sin dudarlo, corrió a su encuentro. Ella sorprendida lo recibió con cariño, pero aquel amor era imposible, ambos lo sabían. El no era libre, le pertenecía a alguien mas. Ella ya poseía otro corazón fiel e incondicional.
Recorrieron aquella orilla, hasta volver a sus vidas.
Él regreso a sus dueños. Ella, llegando a su hogar, acaricio el pelaje del can que le pertenecía.