El dolor de cabeza me estaba torturando. Entré al aula, no había nadie. Suspiré un tanto aliviada. Extraño esos días en los que lo primero que veía...era a Lisa. Sentada con una sonrisa grabada en los labios. Eran menos de 5 minutos los que podíamos compartir a solas, pero eran de los mejores.
Ahora era todo distinto. No quería verla. Me hacía demasiado mal. Me froté la sien, cerrando los ojos suavemente. Hasta la luz me causaba más dolor, así que no me saqué las gafas oscuras.
-¡Buenos días!- Dijo su chillona voz.
Di un salto del susto, y luego la miré severamente. Cosa que claramente no podía apreciar gracias a mis gafas.
-¿Cómo estás?- Preguntó entusiasta.
Negué con la cabeza y suspiré. Si logro ignorarla todo el día, todo estará bien. Tomé mi bolso, fingiendo que no estaba ahí, y empecé a sacar los apuntes que tenía para hoy. La escuché protestar por lo bajo. Rodé los ojos. Ella empeoraría cualquier dolor que tuviera.
Escuché a otros estudiantes entrando, así que retrocedió unos pasos. Sonreí de lado. Bien, aléjate, vete, lejos, muy lejos.
-Jennie...necesit...- Empezó a decir.
-Señorita Kim- Corregí con frialdad.
-¿Es enserio?- Susurró molesta.
-Ve a sentarte Manoban- Contesté.
-Pero...¡pero Jennie! Necesito habl...- Se quejó.
-Es...¿sobre la materia?- Pregunté mirándola.
Entreabrió la boca. Arqueé las cejas esperando su respuesta.
-Bueno, entonces...vaya a sentarse- Dije moviendo la mano.
Rodó los ojos, y se fue maldiciendo a todos los cielos. La frialdad con la que trato ciertas cosas suele sorprenderme, no es algo...que sea fácil, pero es lo que debo hacer. Esperé unos minutos a que llegaran todos. Vi a esa muchacha de cerquillo colorido. Tenía unas ganas locas de golpearle la cara. Era linda, eso era lo peor, era bastante simpática, y parecía ser un imán de personas, porque escuché a más de uno suspirando su nombre.
Suspiré, ya estaba agotada antes de siquiera empezar.
-Buenos días- Dije con seriedad.
Pocos eran los que respondían.
-Bien, para empezar daremos un pequeño examen- Comenté.
Ya empezaron a rebuznar como animales. Tomé un poco de aire. No estaba de humor para soportarlos.
-Él que quiere puede retirarse- Encogí mis hombros- Sus notas no me afectan.
Seguían protestando en mil idiomas. Saqué las hojas de mi bolso. Eran demasiados como para repartirlas una por una, y peor con Lisa cerca.
-Se quedan con uno y lo pasan para atrás- Indiqué.
Volví a mi asiento, y recargue la cabeza en las palmas de mis manos. Sólo quiero irme. Debería renunciar, debería considerarlo seriamente. Este lugar sólo me trae una sarta de malos recuerdos. Levanté la mirada. Todos veían el examen cómo si fuera un puto alien. Tuvieron un mes para leer el libro, no entiendo qué es tan difícil.
Miré a Lisa. Tenía una cara de desorientación fatal. Cerré los ojos. Claramente no leyó el libro. Tuvo más tiempo tratando de matarse que de tomar un libro y leer.
-Manoban- Musité.
Levantó su cabecita inmediatamente y me miró con las cejas elevadas. Moví un dedo, indicando que se acercara. No entiendo por qué lo hago. Alguien debería golpearme. Se acercó a paso rápido. Tenía un hermoso brillo en los ojos.
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Enséñame Lo Que Es El Amor •Adaptación Jenlisa•
Hayran KurguJennie era la nueva maestra de literatura, una mujer absolutamente hermosa, con una sensualidad que emanaba de cada poro de su piel, cruzó su camino con una joven llamada Lisa. A Lisa no le importaba nada, ya había decepcionado y lastimado a tanta...