19 de Febrero del 2017

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Hoy he decidido que no aguanto más. Necesito información. Como un sabio me dijo una vez, el ayer es el cemento que sostiene los ladrillos del mañana. He salido de casa. He perdido el miedo a las mujeres. Voy hacia la jefatura de policía. Pretendo entrar a los archivos de crímenes, concretamente los ocurridos entre el 20 y el 30 de diciembre.
Por el camino, viniendo de la comisaría me encuentro con David.
-¡Qué haces tú aquí! -dijo con cara de asombro -¡acaso no sabes que tienes terminantemente prohibido salir de casa!
Visto y no visto estaba de vuelta en casa, tumbado en la cama y escuchado la furiosa regañina de David.
Ya son las siete de la tarde. David esta cogiendo el abrigo cuando me pide un favor: que no vuelva a salir de casa y menos acercarme a la comisaría. Me pareció más una orden que una petición.

*                                                                                   *                                                                  *
Estoy marcando el teléfono de David, 653..., mi supuesta mujer me mira diciendo: ¿que no tienes miedo?, 391..., continua repitiendo, cada vez más alto: ¿que no tienes miedo?, ¿que no tienes miedo?, ¡¿que no tienes miedo?!, 931. Llamando...

Diario de un locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora