Cuando uno piensa en la muerte suele venir a la mente un Ser imponente. Un ser que no tiene rasgos humanos con los cuales podríamos familiarizarnos para acercarnos y mirarle de frente o, en el mejor de los casos, tomar de su mano y caminar juntos―¿o es que flotaríamos juntos?―Era la clase de Ser que, al atreverte a mirarle a los ojos, podías sentir un escalofrío recorrer todo tu cuerpo y el poco aliento que soltaras en ese momento―por la impresión que causa su postura arrogante―se te sería arrancado, como si el último estrago de tu vida se fuese ahí, en ese instante. La muerte en sí se trataba de una figura que, al tenerle cerca, podías sentir que la felicidad y esperanzas eran arrancados de tu alma para pasar a una neutralización del ser-alma para trascender al todo, si bien las emociones serían aún más complejas de entenderlas quedarían en segundo plano cuando tienes todo un nuevo mundo por delante, quedarías siendo una presencia inerte sin la capacidad de mostrar la sensibilidad con la que se te caracterizaba en vida, ahora eres un pobre espectador de una obra a la que mirarías en la eternidad y en la que solo podías admirar de lejos la pasión de otros, los latidos del corazón se detendrán con un compás al que bajara su ritmo de a poco, habrá dolor en el proceso y solo tendremos como respuesta una sonrisa burlona de ese Ser, como si su goce o razón de su existencia se basara en mirar la agonía ajena y su comedia fuese las tontas súplicas que tiras por aferrarte a una vida que ya no te pertenecía.
No obstante, desde que tengo memoria, me habían relatado que la muerte era un Ser maligno que al presentarse te intimidaría, pero de la que no podrías dejar de mirarle. Era como si aquel ente encapuchado que blandía su hoz desapareciera―o se transformara quizá―para convertirse en alguien en quien confiábamos―Dante había observado a su escritor favorito cuando descendió al Infierno―para "cruzar" o ir al más allá tras tomarle la mano y encaminarnos hacia la eternidad donde la abundancia de un nuevo comienzo estuviese ahí, entre la separación de vivos y muertos, por ende la única verdad detrás de la muerte era que la agonía y el dolor dejaban de ser relevantes en ese nuevo plano, como si esos pesares solamente correspondieran a un plano terrenal. Tal vez en esa trascendencia aquella persona podría mostrarnos un camino que nos llevara hacia nuestros seres queridos que perdimos para que seamos nosotros los siguientes en ser ese nuevo rostro de la muerte y guiar a más personas al nuevo comienzo. Viéndolo desde otra perspectiva era un ciclo sin fin en el que debías trascender y ayudar a otros a hacer lo mismo, como si esa brecha fuese la definitiva para un nivel más hacia la evolución del humano...
Pero mi muerte no fue así.
La muerte del gran Min Yoongi se había presentado tras mi suicidio en la tina por el intento desesperado de reencontrarme con el amor de mi vida, esperando con impaciencia que mis pulmones se terminaran de llenar de agua o la presión de la misma me sofocara, cualquiera de las opciones me daban igual porque mi objetivo era poder divisar el rostro de mi amado, pero ¿qué había sucedido entonces?
Después de soltar mis últimas respiraciones, había caído a un pozo infinito y sin fondo, mismo que no hacía más que aumentar la oscuridad de este hasta ser uno con ella, pudieron pasar las horas―y quizá así fue―, pero cuando mueres, el concepto del tiempo no tiene significado alguno. Es decir, ¿de qué sirve considerar cuántos minutos estaba cayendo si no podía retrasar lo inevitable? el morir era firmar una sentencia de inmortalidad, pasara lo que pasara, seguiría teniendo la edad que tuve cuando me suicidé, y aunque mi mentalidad fuese superior―por el grado de conciencia―seguiré teniendo el mismo aspecto, pero poca relevancia parecía tener esto porque solo podía pensar en el hecho de que estaba muerto.
La Eternidad pasaba de una forma incomprensible de tal manera que quise encontrar formas en la oscuridad total, pero lo único que podía sentir era la frustración de no saber qué más podría pasar o cuándo se detendría, pensar en esto último hizo que se me escapara una carcajada porque aún seguía aferrándome a un plano terrenal del que ya no podía formar parte. La oscuridad comenzaba a volverme loco y justo antes de considerar que había entrado a una paradoja de la muerte en sí, fui expulsado―a lo que consideraría en un futuro cercano del cual tenía ignorancia en su momento―a mi Infierno.
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One More Time. [Yoonmin]
Short StoryY solo fue suficiente que una llamada lo cambiara todo. Si tan solo hubiera visto el camión que se aproximaba amenazante hacia él... La historia pudo haber sido distinta. ¿Qué hubiese pasado si Yoongi le advierte a Jimin de su accidente? ¿Cambiarí...