Un día normal en el valle de Shin. Era un año malo, tanto como los anteriores. El pequeño pueblo que se encuentra en su interior ha sufrido muchas tempestades. Primero la guerra les roba de la populacion masculina, después vino una sequía y finalmente la guerra se eligió el valle como campo de batalla. Esta batalla pidió mucha sangre. El pueblo sufrió muchos causales, también tuvo que soportar a los soldados, los samurai, los tal llamados guerreros. Estos destrozaron más que la guerra en si.
Violaron a todo que se podia, robaron las últimas provisiones y ahora un año después cada niño nacido en este tiempo es un bastardo.
Pero no pensamos en el pasado horrible, esta es la historia de una jóven mujer que sobrevivo esta situación, pura. Era un milagro pero cómo está mujer era la sacerdota del pueblo todos le protegieron. Esta jóven se llama Yumi. Descendiente del gran dragón Shin.
La historia empieza cuando dos samurais pasaron por el valle. Uno era el hijo del señor de las tierras y su ayudante y amigo. Cuando pasaron por el pueblo y vieron todo este sufrimiento sintieron compasion por esta pobre gente.
- Mis señores que puedo hacer por vos - el anciano de pueblo dijo cuando preguntaron por él.
- Me llamo Uma Totoroki, soy hijo de Uma Takamoto. He vuelto de la guerra y pasando por el valle y el pueblo hemos visto toda esta miseria. ¿Qué pasó con este hermoso valle?
- Mi señor, la guerra. Después de vuestra despedida, la bendición del gran dragón Shin desapareció. Pensabamos qué era una cosa nuestra pero no hay ofrenda que nos devuelva la bendición. No respuende a ninguna oración ni nuestra ni del santuario. Asi que hemos llegado a la conclusión que nuestro fran protector ha pasado al otro lado.
El jóven se tocó la barbilla donde se encontró algun vello.
- Kazuo,¿ tú qué piensas sobre esto?- el samurai dijo a su amigo.
Estaban sentados en la pequeña casita del anciano la nieta les habia traido un poco de té y estaba sentada junto con su abuelo al otro lado de la habitación.
- Sí, desafortunadamente el gran dragón murió en la batalla contra los demonios del partido contrario- su voz sonó roncosa.
- Entonces, que hacemos ahora. Este valle era precioso y lo quiero devolver a ese estado - Totoroki dijo a su amigo.
- Si podria...
- No Yumi, no es su batalla- el abuelo cortó a la jóven.
- ¿De qué habla vuestra nieta? Déjenla hablar - Totoroki le señaló a la jóven mujer sentada en silencio.
- El bosque está gobernado por un cíclope, él envenena el valle. Sí podríais, señor, derrotarlo. Podríamos salvar el valle.
El jóven señor pensó en ello. Vino de una batalla para entrar en otra. Miró a su amigo y vió que el joven de ojos esmeralda miró finamente a la muchacha. Se le escapó una pequeña sonrisa. Sabiendo la historia de esta mirada.
- ¡Kazuo! - dijo en voz alta - ¿tú que piensas?
Kazou, qué se acaba de despertar de su transe. Miró a su seño y amigo en los ojos y sin necesidad de palabras asistió con la cabeza.
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- ¿Realmente crees qué se puede hacer?
Los dos visitantes estaban sentados en su habitación en la pequeña casa del anciano.
- Sí, Totoro. De verdad creo que se puede. Pero sí hay otro jefe en el valle su poder puede sobreponerse al mío. Tendré que visitar al santuario, tengo que saber donde encontrar el origen. El maestro nunca me dijo donde esta pero donde encontrarlo.
- Bueno amigo mío, te confío. Ahora necesitamos un aliciente. Que les gusta a estos cíclopes?
- ¿Una virgen? Siempre es una virgen... Mas necesitamos un plan.
- Vale, mañana le dire al anciano que necesitamos una virgen. Le podemos decir al cíclope que le queremos hacer una ofrenda. Pero ahora quiero dormir.
- Sí seria buena idea. Necesitamos las fuerzas.
Los dos se metieron a sus camas preparadas por Yumi. Totoroki se durmió enseguida. Pero Kazuo tuvo problemas dormir. Le molestaron los pensamientos y deudas. Su maestro le había enseñado muchas cosas. ¿Pero había una razón porqué no le había enseñdo el origen y la solución al problema? ¿Era posible qué su maestro no queria que sería su succesor?
