Qué acabo de hacer?

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Mi corazón latía fuertemente al mismo tiempo que el sudor frío resbalaba por mis mejillas, sabiendo que esta podía ser la última vez que toco un arma, me encontraba en la decrépita puerta que unía la lúgubre cabaña en donde se situaba el individuo. Estaba a punto de entrar, pero me detuve al oír su agobiada y deplorada confesión:

Estaba oscuro. La única luz que obtenía era la albura de la Luna reflejada a través de las lúcidas ventanas en esta solitaria noche. Me asomé hacia ella para ver cómo estaba, su estructural cuerpo ya estaba poniéndose frío. Observaba cómo sus rodillas estaban irritadas, al igual que sus piernas. Con los desgarrones de su vestido trataba de limpiarme el sudor y las lágrimas que se lamentaban por sí solas recorriendo mi rostro. Ella era perfecta, sus movimientos, sus lamentos, hasta su inútil esfuerzo por tratar de escapar a otro lugar conmigo.

Por ratos sus súplicas cambiaban mi parecer, y yo aquí sintiendo las pocas energías que me trae la Luna, me encontraba junto a ella tratando de frenar mi locura, yo sabía que la cura estaba en mi mente, pero me cegaba la esperanza cada vez que intentaba mantenerme firme y consiente. Con esta mente fría y mi sangre caliente, la tocaba con manos de un demente, y desde esa noche, esta intratable noche, mi muerte era lo único que quedaba. Su silencio me tranquilizaba, pero la necesidad de encontrar más personas como ella aumentaba, sé que todos mueren cuando menos se lo esperan, sabiendo que sus lamentos de dolor me causan una de las peores sorderas. Adoro lo que hago, y sé que no hay forma de escapar, pues me encanta sentir cómo su sangre en mi miembro veo deslizar. A veces siento que mi mente es indescifrable, todo lo que les hago para mi es un arte cuando para ellos es más que un desastre a más no poder.
Ahora ya no tengo salida y mi mente se puso a pensar en una condición suicida, al saber que nunca podré sentirla más, estás voces nunca se oxidan.
Sin embargo, tengo claro que no estoy loco, en mi defensa solo hago lo que hago; la forma en cómo ellos se lamentan, para mi es uno de sus más grandes halagos...

..

El sujeto que atrapé dio profundamente su último suspiro y fue ahí cuando la fría niebla en esta perturbadora noche me hizo entrar en acción. Al verlo hablar con un espejo acariciando se el rostro y un rosario en su mano derecha, volteó horrorizado cuando sintió mi fulminante presencia, pensaba esposarlo inmediatamente, pero el putrefacto olor de la pobre dama ya fallecida y la reacción de mi cuerpo hizo que mi arma expulse dos proyectiles dirigidos al espejo y otro a la mano que sostenía cínicamente el rosario. Desde ese entonces, el supo que ya era demasiado tarde, pues al descubrir que los oficiales lo tenían rodeado, se echó a llorar en lágrimas solidificadas en desesperación, y en seguida sus manos fueron esposadas llevándolo más al borde de la desesperacion y locura.

Dejó  por ello lo que a él le gustaba hacerle a la gente, pues justo antes de escribir esto, presencié como en esa celda cómo las ajadas sábanas abrazadas en su enmarañado cuello fueron cómplice de un suicidio, dejando una pequeña carta a su lado:

"Escribo en esta última ocasión, pues les reivindicó que después de morir quiero que destrozen mi cadaver, no me tengan absoluta piedad porque yo no la tuve, pues jugando con sus súplicas de dolor reí, gozé y me entretuve, soporté esta locura hasta el final, y a la conclusión de mi historia, esto fue lo que obtuve..."

Fin.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2018 ⏰

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