CAP. 4

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Lo más difícil fue dejarte
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Estaba algo triste ya que el campamento ya se terminaría, fueron 3 largos días aquí y ya jóvenes subían a la salida con sus maletas pero yo ni quería empacar no me quería ir aún, sentía que si me iba, una gran parte de mi se quedaría aquí.

En detalles diría que anoche cuando hablaba con Ryan en la cafetería me fijé de todas sus características físicas, la cual eran hermosas, él tenía un poco de barba de forma que salía desde arriba, tenia esa moñita que le salen a muchos hombres bajo los labios, también tenía lunares por el cuello de una forma que se le veía tierno, y además de eso era morenito de un color que parecía un poco mas claro que yo, osea que me encantaba su tono de piel, ya que yo siempre he sido como de color amarillo jajaja, él es más grande que yo, pero sin no con tanta diferencia podría decir, en fin, amaba aquellas características que de él poseían, ah y por cierto, esa sonrisa, no tiene comparación, me dejaba que no podía verlo a los ojos del todo, y para colmo de vez en cuando le brotaba un hoyuelo cuando sonreía de lado.

***

Pasaron como 30 min. cuando ya entre en la vida real y deje esa nube de pensamientos en la que estaba y entonces veo una chica que se acerca a donde estoy y me observa por unos segundos para luego empezar a decir...

—Hola cariño, ¿porque estas sola aquí? ¿no quieres irte? —dice ella, y wao que adivinó.

—Hola, eh, no, no me quiero ir, —le digo, bajando la mirada de su rostro.

—Bueno, si quieres te puedo hacer compañía, tampoco tengo ganas de irme, —dice y sentándose a mi lado, y si, estamos en la misma banca de siempre, creo que se ha vuelto mi lugar favorito en éste lugar hasta ahora.

—Oye y ¿tu tienes mucho viniendo a los campamentos de aquí? —le digo, con poco ánimo y observándola.

—Jeje, a decir verdad, llevo mi vida entera viniendo aquí, —responde ella y yo sonrio un poco.

—Ah, comprendo, es que no sé, siento que, todo se acabó muy rápido ¿no crees? —le digo y ella me mira de vuelta.

—No creo que sea por eso que no te quieras ir, jaja, —dice la chica riéndose un poco después de decir aquello.

Al cabo de unas cuantas horas talvez 3 o 4 me hice muy amiga de la chica, ella se llamaba Natalia pero dijo que le dicen Naty, pues le conté sobre lo que pasaba y pues ella conocía a Ryan ya que también el había venido mucho aquí.

Me despedí de ella con un abrazo y un beso en la mejilla ya que se me estaba haciendo tarde, intercambiamos números y me fui a la cabaña a recoger mis cosas, pero luego mi celular vibró y antes de contestar me dí cuenta que en verdad habían pasado muchas horas ahí con Naty, ya que eran las 3 de la tarde y cuando llegué a sentarme en la banca, aún era hora de la mañana, tomé la llamada y contestó aquella voz tan parecida que me quedé pasmada sin poder responder.

—Hola, Mari, ¿estás ahí? —decía Ryan tras la línea y no sabía que contestar, pero tuve que decir algo para que él no se asustara.

—Hola Ryan, —le dije, algo nerviosa y poniendo una mano en mi boca.

—Uff, ya me estaba asustando jaja, oye, ya casi me voy, pero, no quería irme sin verte antes, que dices si nos vemos en 5 minutos? Por favor, —dice como si fuera un bebé clamando por algo que quiere y haciendo puchero y yo me apresuré a decir.

—Claro, claro que sii, quiero verte, perdón, osea, quiero despedirme, en fin, tu entendiste, —me sentí como una estúpida al responder aquello ya que ni sabia que decirle.

—Jeje, vale, te espero en la banca entonces jovencita, bye. —cuelga.

***

Ya después de unos minutos estaba en la banca con mi equipaje en el suelo esperando que él llegara, pude verlo venir de lejos y no pude evitar sudar por la emoción, ¿que será lo que me dirá? ¿Por qué me estoy poniendo tan nerviosa por Ryan?
En verdad estoy loca pero antes de todo, Marinetteee,  calmateeeeee!

Ryan llega y se sienta a mi lado mirándome pasmado con una sonrisa en sus labios pero era una sonrisa diferente, era como una sonrisa de tristeza y no sé porque.

—Hola otra vez, —dice y bajo la mirada a mi maleta, la cual estaba un poco abierta y me bajo a cerrarlo, luego elevo la mirada otra vez hacia Ryan la cual me miraba raro.

—Hola, Ryan, ¿me puedes decir porque me estas mirando así? —le digo, subiendo una ceja en término de que en verdad quería saber y el se rie de vuelta.

—Nada malo Mari, solo es que, no sé, no quiero dejar de verte, —concluye y automáticamente abro los ojos enormemente por sus palabras ya dichas.

Me pongo más nerviosa y paso la mano por mi brazo bajando la mirada y él con su mano eleva mi barbilla hacía arriba en dirección a su rostro, y lo miré, lo miré de una forma que no tenía explicación, casi con lágrimas en los ojos pero lo miré, y él igual a mí.

—Eres hermosa Mari, —dice Ryan, mientras que yo me alejo de su agarre para luego observarlo fijamente.

—Gracias Ryan, tu no te quedas atrás, —le digo sarcasticamente pero nerviosa y el sonrió de una manera tan tierna que no pude evitar sonreír también, sí, amo cada vez que sonríe.

—Ya debo irme pero no puedo sin decirte algo antes, —se pausa y luego empieza a decir:

—Ya han pasado varios días desde que nos conocimos y de verdad que no me arrepiento, me encantó conocerte, quisiera que volviéramos a vernos, así que por favor te pido que no faltes a las actividades de jóvenes please, me encantaría verte en cada una de ellas, además podemos seguí hablando por WhatsApp o por donde desees hablarme, ¿que dices? —concluye y yo a modo de respuesta asentí sonriendo un poco.

En verdad tampoco me arrepiento de haberlo conocido, creo que fue lo mejor de todo, Ryan me hacía sonreír con facilidad, me mostraba cariño y sonreía casi todo el tiempo cuando estaba conmigo.

—Esta bien Ryan, claro que acepto, —le digo riendo un poco y el rió de vuelta.

—No te pedí que te casarás conmigo como para que aceptes, jejeje, —dice riendo más fuerte y yo entro en carcajadas también.

***

Ya sin duda, Ryan me gustaba.

Ni lo Intentes © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora