Hacia la trampa

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- ¿Dónde estabas? ¿Ya hablaste con él?

Sofía se arregló el cabello, mirando hacia otra parte, evitando la mirada de Esteban

- No he tenido oportunidad

- ¿Y él? ¿Dónde está?

- Por ahí. No sé.

Esteban se quedó mirándola fijamente

- ¿Y qué hiciste entonces todo este rato?

- ¿Yo? Nada.

- Sofía... estoy quedando de bruto y medio con dos chicas bellísimas sólo para darte tiempo de hablar con él a solas. Dime que está valiendo la pena al menos.

Sofía pensó en su reciente encuentro y no pudo evitar la sonrisa. Claro que había valido la pena. Pero no podía decirle eso a Esteban, así es que evadió la conversación

- Mira, ahí viene, voy por él.

Y sin decir más, se fue directo hacia la fuente de sus placeres, para tomarlo del brazo y llevárselo hasta la terraza más cercana. No había nadie, pero sacó un cigarro para disimular, por si alguien llegaba

- Se que es un clásico después de sexo, pero fumar te hace mal - objetó él

Sofía rió

- Necesito hablar contigo en privado, por eso te traje hasta acá

- Ah. Pensé que querías más.

Ella mantuvo su sonrisa, mirándolo de medio lado

- Difícil no querer más. Pero ahora hay cosas más importantes.

- ¿Más importante que estar juntos?

Sofía tomó aire y trató de enfocarse

- Es sobre tu padre.

Él frunció el ceño

- ¿Mi padre? ¿Qué hay con él?

- Sergei... Sé que mi pregunta te parecerá estúpida, pero necesito saber ¿por qué lo buscas?

- Cómo que por qué... es mi padre. Necesito saber cómo está, decirle que lo quiero, conversar con él. Saber quién es ahora. 

- ¿Y si no fuera quien tú esperas? Si fuese un terrorista, ¿igual querrías verlo?

Sergei guardó silencio un momento, mirando hacia un punto indefinido.

- Durante años fue mi única referencia, mi única conexión real y valiosa con el mundo. Dudo que el hombre que me enseñó a ser honesto y compasivo sea un terrorista. 

- Ya, pero y si lo fuera.

Sergei encaró a Sofía

- Por qué me estás diciendo todo esto, ¿acaso sabes algo que yo no?

- ... No estoy segura. Hay una posibilidad de que tu padre esté en Quito, pero no está confirmado. 

- ¿Cómo lo sabes?

- Nos llegó una alerta.

- ... Debo ir

- Sergei, se trata de una sospecha. Ni siquiera está confirmada su identidad, podría tratarse de otra persona.

- ¿Otro Ivanov? No es un apellido muy común en Latinoamérica. ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Por qué no me lo has dicho antes?

- ¿Y si fuera una trampa? - se apresuró a decir ella, casi sin pensarlo

- ¿Una trampa? Para quién, ¿para él?

- Para él... para ti...

- Si fuera una trampa, entonces la información habría llegado de mi lado, no del tuyo. No puede tratarse de ninguna trampa. Debe ser él. 

Sofía se quedó en silencio, agobiada por su situación, en la que nada había seguro. Ivanov, que bien podía estar vivo o muerto, ser un terrorista o simplemente un hombre de izquierda. Bruno, que podía estar diciendo la verdad y querer capturar a un peligroso terrorista o estar buscando venganza personal por la muerte de su hermano. Y lo peor: no saber cómo reaccionaría Sergei de saber la verdad y tener que ser precisamente ella quien le llevara engañado.

- Yo iré contigo

Sergei la miró, incrédulo

- ¿Qué? Pero ¿estás loca? Además de ser peligroso, ¿qué sentido tendría que fuera acompañada de una policía? No. Iré con Octavio. Él siempre me ha acompañado; sé que no se negará esta vez. 

- Dije que iré. No me importa lo que pienses. Si no puedo ir al lado tuyo, iré detrás de ti, oculta si es necesario. No dejaré que nada malo te pase.

- Sofía, no. No sólo es peligroso para mí y para mi padre que vayas, también es peligroso para ti.

- Yo sé defenderme. Puede que nunca haya sido muy buena policía encubierta, pero en control y manejo de armas soy la mejor, te lo aseguro. Y si alguien te está llevando a una trampa, yo lo sabré a tiempo.

- ... ¿Por qué piensas que puede ser una trampa?

- Porque es información que llega sin que nadie la pida. - dijo, tratando de pensar rápido -  Me parece extraño.

- ¿Y Esteban? ¿Crees que estará de acuerdo? No es que me importe que termine contigo, pero puede arruinarlo todo

- Olvídate de Esteban, no lo sabrá.

- ... No. - dijo de pronto, categórico - No acepto que vayas conmigo. Son demasiados riesgos. Me ayudarás más quedándote acá.

- Pero Sergei

- Ya está decidido. Te agradezco que me hayas dado la información, pero es mi padre, y por lo tanto la decisión es sólo mía. Si realmente me quieres, te quedarás.

Sofía bajó la cabeza, contrariada. Tal vez fuese mejor que todos pensasen que ella se quedaría, incluido Sergei. Pero también había tomado su propia decisión.



El caso 22Donde viven las historias. Descúbrelo ahora