Narra Macarena:
—¿Nada?
—Nada.
Aseguró.
Me había despertado en el apartamento de Joaquín sin recuerdo alguno de la noche anterior.
Me dolía la cabeza y tenía un leve mareo. Puse la palma de mi mano en mi frente. Caliente.—¿Te duele?—inquirió y asentí.
Se puso de pie sin decir mucho más y salió la de habitación para volver y extenderme una pastilla y un vaso de agua.
—Gracias.
Sin dudar ingerí la pastilla.
Luego recordé que había sucedido. Yo había bebido de más y los recuerdos me venían como fotografías.
Un rumor había llegado a los medios de televisión, e involucraba a Joaquín y a Rocío Robles.—¿Por qué tomaste de más anoche?
—No sé...—mentí, haciéndome la boluda.
—En serio, ¿Por qué?—mentir no me salía muy bien.
—Te digo que no sé.—Respondí molesta. Ahora recordaba la imagen que Carlota me había enviado.
—Porque anoche dijiste algo de Robles.—dijo sin mirarme.
Me había atrapado.
—Nada que ver.—Estaba enojada.
Porque la única forma de evadir sus preguntas era con una barrera de enojo.
—Estás enojada, y no sé porqué— suspiró. Sí, yo siempre había sido una chica complicada.
—No.
Me puse de pie y busqué mi ropa.
—¿Ya te vas?—apoyó sus manos en la cama.
—Sí, mi madre tiene que estar más que loca.—Dije colocándome el conjunto por debajo de la remera con su perfume.
—Carlota me dijo que iba a inventar algo—comentó sin dejar de mirarme. Cosa que me ponía nerviosa.
—Igualmente hoy tengo clases en la Facultad.—Hablé recordando que hoy era miércoles.
—Quédate a desayunar si no estás enojada.—Propuso audaz y lo miré.
Suspiré pensando mis alternativas. Asentí y salió por la puerta en unos pantalones de dormir que le quedaban fatal.
¡No me podía estar pasandos esto a mí!
En el baño me lavé un poco y lo busqué en la cocina. Ahí estaba, de espaldas, para que yo me derritiera. Con cada movimiento que hacía sus músculos se le marcaban en distintas partes.
Me apoyé en la puerta y me dediqué a verlo hasta que volteó.
—Vení a ayudarme—señaló la cocina y rodé los ojos sonriendo.
Me acerqué y preparé dos tazas con unos saquitos de té.
Nos habíamos besado solo una vez, y quizá era puro capricho mío pero no me gustaba que se lo vinculara con otra chica. Nos estábamos conociendo, eso era obvio, pero yo no estaba con otro chico al mismo tiempo. Quizá era muy idiota en eso del amor y estar con otras personas.Me miró, pero yo no a él. Se acercó para besar mi boca pero lo esquivé pretendiendo que no lo note, aparentemente se dio cuenta, porque con su mano derecha agarró mi rostro y me plantó un beso sin permitirme negárselo.
No le seguí el beso, porque estaba enojada pero me costaba mucho resistirme al delirante sabor de sus labios.
—¿Por qué no querés que te bese?—preguntó cuando nos separamos.
—No sé...—pensé alguna mentira y dije la primera que se me vino a la mente:—Besas mal.
Levantó una ceja interrogante. Sonrió de costado.
—¿Beso mal?
—Sí.
Se movió rápido y me levantó para dejarme en la mesada de mármol, se acercó y sin dudar me besó. De esos besos fuerte, que te hinchan la boca.
Hizo viajar sus manos de mi nuca hasta mi cintura y espalda para envolverme y pegarme a él. Saqué torpemente mis manos que estaban atrapadas entre nuestros pechos y las deposité en su cara. Correspondiendo su beso.—¿No que besaba mal?—preguntó en tono burlón.
—No recuerdo.—Respondí y volvió a besarme.
—Retirá lo que dijiste o te beso hasta que mueras.—Advirtió. Pero más que advertencia me parecía el aviso perfecto.
—No. Besas horrible.—Dije a propósito para que volviera a hacer lo de antes y así hacerme volar la cabeza.
Una vez que terminamos con nuestras sesiones de besos nos dispusimos desayunar el té con tostadas.
Prendió el televisor y puso en un canal aleatorio, que no mirábamos porque él estaba empeñado en besarme toda la mañana.—Sí, el romance es verdad. Hay química entre los dos; eso es obvio, se empezaron a seguir en las redes sociales y eso solo significa una cosa. Por más que los dos lo intenten desmentir se nota la onda. Rocío Robles y Joaquín Correa juntos, nueva pareja de la farándula... Ahora vamos al móvil con la nueva botinera.
La fea voz del periodista de chismentos retumbó en mis oídos. Me aparté de Joaquín y vi la televisión. La bailarina hablaba pero yo no escuchaba lo que decía, no podía o no quería escuchar lo que decía. Miré a Joaquín que me miraba sorprendido.
—Me tengo que ir.—Dije.
—Espera Macarena, no es nada que ver.—Se defendió pero no me interesaba. Después de todo, no éramos nada.
—Me quiero ir. Tengo que ir a la Facultad en cuarenta minutos.—Le avisé brusca.
—Macarena.—Se puso de pie cuando yo lo hice.
—Está todo bien, de verdad, me tengo que ir.—Busqué mi celular y caminé hasta la puerta.
—Macarena, te estoy diciendo que no es cierto. No entiendo tus celos.—Detuvo la puerta con su mano.
—Já, no tengo celos, si vos y yo no somos nada.—Le recordé y salí del departamento. Se había quedado inmóvil con lo que le había dicho; y hasta yo me sorprendía.
¿Por qué me había comportado así? Me desconocía. Pero estaba más que furiosa con la noticia, la bailarina parecía una cualquiera y no solo porque se la vinculara con Joaquín o capaz que sí, pero se la veía como una fácil a lo lejos. Podía sentir mi sangre ebullir bajo mi piel.
Me empezaba a doler la cabeza.
Lo peor es que por todos lados estaba la imagen, ahora la veía por todas partes.
Ni siquiera le había dado la oportunidad a Joaquín de que me explicara pero no quería escuchar sus excusas. Después de todo, los jugadores eran así.🔆🔆🔆
Ueee hasta aquí.Uhmmss sé que les debo capítulos (2) y prometo estar escribiendoselos para no dejarlas en la nada y subirlos como una especie de maratón deuda xd. Estuve un poquitin ocupada pero ya está.
Gracias por leer y esperar!
+1.5K💕
Nos leemos pronto!⚡
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Unreal | Joaquín Correa
FanficPorque todo lo que viví fue Irreal. 『♕;;🌙』NC-17 『♕;;🌙』Fecha original: 21/01/18