Creo en ti

13 2 7
                                    

Un joven de cabellos negros, vestido con solo unos jeans y camiseta, pues hacía calor, iba caminando para tomar el bus que lo llevaría hasta la casa de su amigo, ya que habían acordado verse. Se había distraído al observar un cartel a su lado en la parada de buses, cuando de pronto sonó su celular y rápidamente leyó el nombre y lo atendió.

"¿Diga?" preguntó el chico, esperando respuesta. "Sí, ya voy para allá. ¿Qué? Sí, estoy esperando el bus... Claro, adiós."

Colgó el teléfono y siguió esperando, el cartel ya no tomaba parte de su atención, pues de pronto y sin previo aviso, el pensamiento de su antigua relación comenzó a inundar su mente; "¿Por qué todo salió tan mal?" Se preguntaba a sí mismo. "¿Realmente hay alguien para todos?" Dicen que el peor enemigo de alguien es uno mismo, y ahora Hyukjae se estaba dando cuenta de ello, pues el recordar aquello solo le hacía sentir cada vez un sabor más amargo en su boca, sin embargo, no podía dejar de hacerlo.

Ya no importa cada noche que esperé,

cada calle o laberinto que crucé,

porque el cielo ha conspirado en mi favor

Y a un segundo de rendirme te encontré.

Así se quedó, esperando el bus y mirando hacia la nada, distraído con sus pensamientos, cuando sintió el choque de un extraño contra él. Otro joven que ahora estaba disculpándose por haberle chocado, por estar distraído, por muchas cosas.

"Lo... lo siento. Perdón, no me fijé..." tartamudeó tímido, haciendo una débil venia como forma de disculpa, para luego alejarse despacio de él.

Hyukjae solo se quedó allí de pie, mirándolo. Muy en lo profundo de su memoria estaba esa extraña sensación de que lo había visto hace mucho, pero no era así. Definitivamente ellos dos no se conocían, de ninguna forma se habían si quiera topado el uno con el otro en algún momento de sus vidas.

Su cabeza le estaba reprochando; "Adelante, ve y dile algo, no dejes escapar esta oportunidad."; "Es él". Hyukjae tomó algo de valor como pudo y se atrevió a acercarse a él y tocar su brazo con la punta de sus dedos.

"Perdón, no escuché tu nombre" le preguntó con curiosidad, dedicándole una sonrisa ante el sonrojo del chico que minutos antes había chocado con él.

Piel con piel

el corazón se me desarma.

Me haces bien

enciendes luces en mi alma.

"Yo... mi... nombre..." era muy tímido, pero algo le había causado gracia pues su vista había ido hacia el suelo y en sus labios se había formado una sonrisa "no te lo dije..."

"Lee Hyukjae, me llamo Lee Hyukjae, ¿Y tú?" preguntó, era insistente. Buscó los ojos de su adverso sin borrar la sonrisa que ahora adornaba su rostro, lo cual provocó que el sonrojo del bajito se notase más aún.

"Lee... Sungmin... un... un gusto" Dijo. Taramudeaba aún, estaba nervioso. No todos los días chocabas a propósito con un chico guapo y él pretendía conocerte o algo por el estilo.

"El gusto es mío" dijo Hyukjae para después estrechar su mano con la del más bajito.

Creo en ti...

y en este amor

que me vuelve indestructible

que detuvo mi caída libre.

Ambos chicos mantuvieron una charla muy amena, Hyukjae se estaba fijando más en él; mientras más lo conocía, más pensaba que el haberse encontrado y chocado "accidentalmente" no había sido solo casualidad; sentía revolver su estómago, y se perdía de vez en cuando en la dulce mirada del joven a su lado. Sungmin, por otro lado, no dejaba de desviar su vista cuando el opuesto lo miraba, estaba nervioso, siempre lo era cuando se trataba de hablar con un desconocido, y más aún cuando este desconocido insistía en mantener una charla junto a él, simplemente su cuerpo no podía dejar de temblar. Sin embargo, esa conversación tuvo que detenerse cuando a Hyukjae le llamó su amigo, preguntándole dónde diablos estaba, y entonces él debió subir al autobús siguiente, pues lo había olvidado por completo.

Los días pasaron y no se volvieron a ver, y con buenas razones; para empezar, no todos los días te pillas a alguien a quien conociste por casualidad en la bajada de un autobús, y además, a ninguno de los dos se les ocurrió que podrían intercambiar sus números o correos electrónicos, algún ID de sus redes sociales o algo por el estilo. No, ninguno de ellos pensó en eso, ni por si acaso.

Un día, mientras Hyukjae terminaba de guardar sus cosas para irse a trabajar, tan desesperado estaba, que comenzó a rogar entre pensamientos el poder ver a su 'Hyung' otra vez. Fue en medio de sus pensamientos que, al bajar las escaleras para llegar a la planta baja, se distrajo cuando el vibrador de su celular comenzó a molestar en uno de sus bolsillos; una llamada entrante.

Creo en ti... y mi dolor...

se quedó kilómetros atrás,

y mis fantasmas hoy

por fin están en paz.

Hwayoung lo había llamado.

Él no quiso contestar, todo había acabado entre ellos dos hacía bastante, y Lee Hyukjae no tropezaba dos veces con la misma piedra. De ninguna manera hablaría con ella de nuevo, puesto que, muy a su pesar, sabía que en cuanto oyera a la castaña llamarle 'Eunhyuk', caería rápidamente a sus pies otra vez, y, seguramente, iría corriendo a su casa para pedirle de rodillas otra oportunidad. Así era él. Así de patético.

El pasado es un mal sueño que acabó

un incendio que en tus brazos se apagó,

cuando estaba a medio paso de caer

mis silencios se encontraron con tu voz.

Bufó molesto al advertir que el aparato aquel no dejaba de sonar, así que simplemente lo lanzó por detrás de su hombro izquierdo hasta que chocase con el sillón que había en su sala de estar. Él no hablaría con aquella chica, por ningún motivo, nunca con esa persona que le hizo tanto daño, quien le obligó a dejar de creer en esto a lo que se le llama 'amor'.

Te seguí

y re-escribiste mi futuro.

Es aquí

mi único lugar seguro.

Una vez en la parada de buses, aquel que necesitaba y lo llevaría a su trabajo no tardó en pronunciarse, por lo que, sin mirar a nadie, ingresó al medio de transporte. Se sentó mirando hacia la ventana, pensando en todo y en nada. Estaba tan sumido en eso, tan distraído recordando cada suceso vivido con la que antes era rubia, que no se dio cuenta de que una pequeña figura se sentaba a su lado y le observaba con curiosidad. En un momento de su viaje, Hyukjae soltó un suspiro cansado, estaba molesto, irritado. Pronto cerró los ojos por tan solo unos segundos y cuando los abrió se pudo dar cuenta de que había llegado a su parada, por lo que comenzó a ponerse de pie. Y entonces lo vio.

Creo en ti...

y en este amor

que me ha vuelto indestructible

que detuvo mi caída libre.

"Hyukkie" Escuchó.

El corazón de Hyukjae se detuvo por unos segundos, su respiración se aceleró en demasía, de una u otra forma se sintió feliz de ver a su pequeño Hyung a su lado, pero debía irse, o llegaría tarde a su empleo.

"Minnie" Respondió y sonrió ampliamente, dejando ver sus encías. Al notar al mayor, y ver que sus mejillas se tornaban de un dulce color rosa al observarle, se estremeció por completo y lo abrazó con fuerza. Esta vez no lo dejaría ir.

Creo en ti... y mi dolor...

se quedó kilómetros atrás

y mis fantasmas hoy

por fin están en paz.

Ya cuando ambos estaban fuera del autobús. Aún abrazados. Sentían cada uno la respiración y latidos del otro. Sin pensarlo, en un momento de silencio, Hyukjae se acercó a Sungmin y besó sus labios despacio, estaba preparado para cualquier consecuencia que pudiera obtener, excepto la que recibió. El más bajo respondió a su beso, tímidamente, pero lo hizo, y luego lo profundizaron. Sin darse cuenta, se habían enamorado.


{~Fin~}


Creo en ti. {HyukMin/EunMin}Where stories live. Discover now