Any day I'll know?(SnowBaz)(Carry on)

Obsession

S I M O N

    Desde que llegó a Watford no había hecho más que ir con su amiga Penny para así poder contarle todo lo sucedido en el tren, olvidando completamente el hablarle de sus "vacaciones"(si es que se les puede llamar así) ni el mismo se daba cuenta que podía pasar un día entero hablando de Pitch, se concentró tanto en ello que hasta olvidó por completo el buscar a su novia Agatha, cuando ya era el fin de el día y estaban a poco de dar el toque de queda, el ya estaba en su habitación aseándose dado que su compañero tampoco estaba ahí. Vaya sorpresa se llevó el de dorados rizos cuando salió de el baño y lo vio ahí parado ¿estaba feliz por ver a Baz? Un silencio incómodo los rodeaba a ambos, esperen, acaso ¿Basilton estaba sonrojado?¿era aquello posible? Simon se hacia esa pregunta mil veces por Segundo hasta que llegó a una respuesta "Aceptable" estaba enfermo, si, eso debía ser, no podía existir otra respuesta.

-¿Estas bien?¿tienes fiebre?-Oh si, estaba preocupado por el vampiro que lo odiaba desde que supo de su existencia, o quizás antes.

   Baz no respondió. Eso le inquietó aún más, afianzó el agarre de la toalla a su cintura y se acercó a su compañero tocándole la frente y las mejillas con total delicadeza, su rostro estaba caliente, demasiado caliente para alguien que no está literalmente vivo y ello no era lo más preocupante, estaba tocando a Basilton Grimm-Pitch y este no parecía estar molesto, de hecho a Simon le parecía demasiado perfecto el contacto de el dorso de su mano con la piel de su contrarios , ¿era Perfecto? Si, lo era completamente.

-Maldita seas Snow ¿podrías ser tan amable de no tocarme?-Su voz era igual que siempre, tan amarga como el vinagre, tan amargo como el manotazo que le dio para apartar su mano.-Estoy bien

    Por Merlin, aquello le había dolido, no tenía idea si quiera de porque se preocupaba de un idiota que no valoraba nada más que a si mismo.

-Pudrete, Basilton.

B A Z

   "Está tocándome, si, maldita sea, está tocándome y se siente tan jodidamente bien" hubiese deseado que Simon le acariciara de aquella forma por toda la eternidad (y vaya que para el sería eterno) pero no podía permitirse el dejarse llevar por tal tontería.
1. No Baz, Simon no te corresponderá.
2. Están destinados a asesinarse mutuamente.
3. ¿En que mierda estás pensando?
    En cuanto el contacto ya pareció ser suficiente decidió apartarlo si no lo hacía, estaba seguro que aquello acabaría de otra manera. En cuanto le aclaro estar bien fue el quien se metió al baño, necesitaba enfriarse completamente a pesar de que odiaba el agua fría, más odiaba la forma en que le hacía sentir, a veces simplemente quería besarlo, no con la esperanza de ser correspondido, si no, de al fin sentir aquellos labios sobre los suyos y acabar con su martirio de imaginarlos cada noche. En cuanto acabo, salió, las luces estaban apagadas y su compañero estaba durmiendo así que se cambio sin problema alguno, para pronto acostarse con su mirada en dirección a la cama continua. No podía dormir pensando en aquellos ojos azules, esos rizos de bronce, en Simon Snow y en que es el mago más poderoso al  que nada puede lastimarlo, ni siquiera él. Que Simon Snow estaba vivo y se encontraba perdidamente enamorado de él. Su actividad favorita para conciliar el sueño, era esa básicamente, admirarlo y contar cada una de sus pecas o lunares hasta quedarse dormido, se sentía enfermo, estaba totalmente obsesionado con Simon.
 
S I M O N

   No sabía porque pero había esperado hasta que Baz saliera de él baño y quizás un poco más, se hizo el dormido todo el tiempo, incluso cuando la mirada de él vampiro no se apartaba de él, quizás aquella noche había decidido acabar con él, pero no fue así, Basilton solo lo observaba, sin moverse, solo lo miraba...¿con ternura? Si, se puede decir que con ternura y no podía negarlo, se sentía tan bien ser admirado así. Llegó un momento en que no lo sintió más, al parecer Baz se había dormido, escuchaba sus suspiros y sentía su respiración tan tranquila. Poco a poco abrió sus ojos, encontrándose nuevamente con ese rostro de facciones delicadamente perfectas, blanco como la leche y aquel cabello negro que le caía por la frente, ¿como no iba a odiarlo si hasta durmiendo era  lo más bello de aquel mundo? Lo odiaba por ser tan bueno en todo, era un imbecil heredero de una familia antigua ¿y eso que? No por ello tenía que ser bueno en todo y sin darse cuenta acabo durmiéndose teniendo como última vista aquel rostro tan tranquilo que tanto decía  odiar  sin dejar de mirarlo como un tonto, aunque ni él mismo se daba cuenta de ello.