Yacía en un rincón de mi habitación arrodillada, mis manos golpeaban vez tras vez el suelo, hasta que ya no pude mas, me derrumbe, ya no me quedaban fuerzas para seguir.
Las cosas habían salido tan mal, mis lágrimas caían una a una por mis mejillas no lo podía evitar, ya no percibía los latidos de mi corazón ni si quiera lograba escuchar un susurro que me demostrara que mi corazón seguía vivo, que aun estaba viva.
!No, no puede ser, no, no me puede estar pasando esto!
Dentro de mi la tristeza me embargaba, como fue que sucedió esto, el dolor físico era relativamente poco comparado con el dolor emocional, me sentía sucia, vacía, cobarde, sin vida, ahora solo me quedaba llorar en un rincón de mi recamara, esperando que nadie llegara a casa.
No podía admitirlo, pero sabia por que la persona a la que quería tanto, con la que soñaba desde hace años compartir mi vida, me acababa de unir en el lodo.
Hacia ya cinco meses que no lo veía, esperaba ansiosa volverlo a ver el hecho de que estuviera cerca de mi, me daba tanta alegría, anhelaba estar a su lado, ver su sonrisa, tocarlo, besar sus labios, sus pequeños labios que con tan solo un beso me hacían sentir miles de sensaciones.
Por fin se acercaban ya la hora en la que me había citado, hice todo lo posible por verme bien, decidí ponerme un vestido color rosa pastel que recientemente me había comprado, unas zapatillas negras, un poco de maquillaje, y alise mi cabello como a él le gustaba tanto, se dieron las ocho de la noche, estaba tan nerviosa, no podía dejar de ver el mensaje que hace unas horas me había mandado.
Hola guapa, te he extrañado tanto, tu me has extrañado? Nos vemos en la plaza dos mil a las 8pm, vale, te espero.
La aquellas horas me habían sido perfectas, hicimos las cosas que más nos gusta hacer juntos, comimos helado, fuimos a cenar, paseamos juntos por la plaza, caminamos tomados de la mano, él era tan gracioso, a pesar de escuchar los mismos chistes me causaban la misma gracia como si fuera la primera vez que los escuchaba, tanta era la risa que incluso me causaban dolor de estómago, no podía parar de reír, nos sentamos en una banca y empezamos a recordar anécdotas, parecía que los días no habían pasado, que seguíamos siendo los mismos, como si nunca hubiera pasado nada.-Espérame un momento olvide algo en el coche, enseguida regreso - dijo repentinamente y salió corriendo dirigiéndose a su coche negro, que había estacionado en la esquina.
Lo seguí con la mirada, esperando ver que era lo que había olvidado y de repente necesitaba con urgencia, pero por más que hacía el esfuerzo no alcanzaba ver nada, abrió la puerta y saco algo pero no pude distinguir que era, él se iba acercando con grandes pasos, aunque muy lentos a mi parecer.
Estando ya frente a mi, estiró su mano que llebaba tras de la espalda.
-Es para ti-
Me quedo atónita, al ver aquella rosa, hacia ya bastante tiempo que no me regalaba una rosa, pero esta era diferente de las que anteriormente solia regalarme que eran rosas rosas, esta era una rosa roja.
El sol se empezaba a meter, se había hecho tarde, pero no me preocupaba, mis padres no estaban, habían salido de casa y no volverían asta mañana.
Vamos a un último lugar, antes de regresar, de acuerdo - dijo con un tono suave dibujando un sonrisa en su rostro.
-Esta bien -
Subimos al coche, y partimos en el camino no encontramos ningún coche, en el trascurso no podía dejar de mirarlo, observando cada facción de su rostro, suponía que la última parada sería nuestro lugar favorito, pero no fue así.
Hemos llegado - volteo a verme.
-Vaya es un lugar precioso - dije sorprendida al ver aquel paisaje - como lo encontraste?
-Fue por casualidad, un día que pasaba por aqui y me gusto el lago, pero de noche se ve muchísimo mejor -
-Es cierto, basta ver como se ilumina todo con la luna, las estrellas - no era necesario bajar del coche para darse cuenta de la belleza de aquel paisaje - todo se ve tan hermoso -
-Pero no tanto como tu - dijo mientras se acercaba lentamente sus labios a los míos.
Sentí que el aire se escapaba de mis pulmones, una extraña sensación recorría todo mi cuerpo era una dosis de adrenalina en mis venas. Él me tomo con mas fuerza, sin parar de besarme, su mano bajo por mi espalda.
-Te amo - lo escuché decir entre susurros
Al escúchalo me deje llevar, anhelaba tanto volver a estar cerca de él.
De repente sus caricias empezaron a tornarse bruscas.
- Espera!!, me estás lastimando - dije alzando la voz, queriendo apartarlo de mi, pero era en vano, no lograba alejarlo ni un centímetro, ahora se sentía más pesado de lo que era, intente moverme con mas fuerza, repitiendo -Basta, me lastimas!!
Sin más tomo mis manos, con un solo movimiento las llevo hacia arriba, estrellandolas contra el vidrio de la ventana del coche, acerco lentamente su rostro hacia mi oído y susurro:
- Eso es lo que te mereces -
Me quedo petrificada, sus palabras, atravesaron mi corazón, era como veneno que recorría mis venas, en mi mente las imágenes de unas horas antes pasaban rápidamente, la comida, la plaza, la rosa, la luna, el "te amo" de ase unos instantes, todo fue desapareciendo, no, no, no puede ser!!!, debo de estar soñando, solo es un mal sueño. me decía a mis adentros, pero a la vez me preguntaba, de verdad me lo merezco!!!??
El dolor y la tristeza lentamente se apoderaban cada espacio de mi cuerpo, de mi ser, las fuerzas se me habían ido, mi cuerpo ya no respondía, quería alejarlo, golpearlo, quería gritar, pedir ayuda, pero no podía, era incapaz de articular ni una sola palabra. Solos podía oír su voz dentro de mi cabeza repitiendo vez tras vez "te lo mereces" ... "te lo mereces".
No pude resistir más, simplemente, me forcé a ignorar la realidad, todo lo que había a mi alrededor, cerré mis ojos lentamente y solo pude sentir una lágrima rodar por mi mejilla.