~ILUSIONES~ «BTS»

❤ 2

-Me llamo Jung Hoseok-
-Bien señor Jung, puede sentarse al lado de la señorita Min-
-¿Quién es la señorita...
-¡Aquí!-salté. Que vergüenza. ¿¡Por qué coño he saltado así!?. Me volví a sentar lo más rápido que pude a la misma vez que maldiciendo por lo bajo lo estúpida que soy. Mientras iba llegando a donde yo me encontraba, mi cuerpo se volvía cada vez más sudoroso.
-Hola-dijo.
-Ho..o..la-titubeè mientras rápidamente dirigí mi mirada hacia la ventana. No podía ni mirarlo, aunque a veces si echaba una ojeada a esos músculos que tenía.

Pasó la clase normal( aunque para mí fue una puta eternidad). Como la tardona que soy, siempre salgo la última así que recogí mis cosas dispuesta a salir pero -el chico nuevo entró- pensé. Iba a salir pitando de allí ya que la vergüenza me corrompía por dentro, pero algo inesperado ocurrió. Cerró la puerta con llave y camino lentamente hacía mí.
-¿Qu..e..e haces?-dije.
-Oh venga, no te hagas la tonta-
-¿Cómo?-
-Se bien como me miras desde que entré en esta clase...así que ¿por qué no jugamos un rato?
Me quedé en blanco mientras retrocedía y ¿que toqué? una pared "gracias"
-Venga, no te hagas la tímida ahora- me cogió del mentón y...
-Señorita Min, señorita Min...¡Min Young soo!-
-¿Eh..h?-
-Estaba usted prestando aten- sonó la campana. ¿Que había pasado exactamente?...¡Me dormí!
-Entonces yo había soñado que...- me ruborice al instante. Esta vez si que salí corriendo de clase.

Llegaba tarde a educación física así que fui como "flash" donde mi taquilla.
-Hola guapa- escuché.
Me di la vuelta lentamente y ví como otro de esos dioses griegos a la vez que creados por el mismo demonio se alejaba regalándole una mirada de esas picantonas.
-Dios mio...- hoy me querían matar o que coño...
Por fin llegué a mi clase (Aleluya).

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-Haber...¿Min Young soo?-
-¡Aquí!-
-¿Jeon Jungkook?- vale, ese nombre si que no me sonaba de nada. -¡Aquí!- me di la vuelta lentamente, dispuesta a conocer al dueño de aquél nombre.
-Ahh no...- me volví a girar rápidamente, pero me dio tiempo a saber que se asemejaba en gran cantidad a un conejito (y la zanahoria que tendría).

-Vale, haber, 15 vueltas al campo- ¿enserio?, ...no había nada más que odiara que correr...pero al parecer eso no era un impedimento para el nuevo. No me extraña que tuviera esos dos jamones de piernas. Me consiguió adelantar...y ¡¡¡me guiño un ojo!!!. Sentí mi cuerpo calentarse, y a el reírse por lo lejos. Creo que me esperaba un día muy largo.