Yasei no Inu |FINALIZADA|

Capitulo 102: La libertad de Reiko

REIKO

Caminaba por los pasillos de la caverna, explorándola...ya que aún no conocía bien el lugar. Pero llegue a un lugar demasiado extraño. Era una zona con un gran espacio, en el suelo había pasto y flores...y en el techo había una luz que parecía como un sol, pero este daba un brillo de color púrpura.

-¿Y este lugar?- observe a su alrededor y vi unas ventanas al costado de este patio. -Supongo que esas ventanas son de la habitación de esa tal Miu...pobre y pensaba que era el exterior...pero este lugar es un laberinto, ni yo sé por dónde se sale.

Pero este lugar me parecía muy extraño.

-Es el corazón de la montaña- esa voz...voltee y vi a Daisuke.

-Daisuke- su expresión era muy seria...de seguro ya no era el mismo de siempre...el hombre irritante que conocía.

-Naraku quiere verte- dijo Daisuke.

-Bien- camine algunos pasos y al quedar a lado de Daisuke me detuve. -Lamento lo de Minami.

-Solo vete.

De repente aparecí en otra habitación y en frente de mi estaba Naraku.

-Al fin llegas Reiko- dijo Naraku y me arrodillé enfrente de él.

-¿Qué es lo que desea?- pregunté.

-Reiko, levántate, no voy a pedirte nada esta vez- dijo Naraku.

Entonces lo hice.

-¿Entonces qué sucede?

Naraku se veía un poco extraño, en su rostro se veía tristeza.

-Ya casi llega el momento.

Al escuchar eso, me sorprendí. -¿De qué habla?

Sonrío. -Ya lo sabes Reiko.

-Pero no....¡usted no puede morir!- grite.

-Ya sabes que es inevitable.

-No...- el dolor me regodeaba...no quería que muriera....si no me quedaría sola. -Pero si usted muere me quedaré sola.

-Reiko...eres libre- dijo Naraku.

Al escuchar eso...todo se detuvo...libre...soy libre...pero...yo...no quería.

-¡No quiero ser libre...yo quiero estar con usted!....¡quiero estar con el hombre que me dio la vida!....¡quiero estar con el hombre al que considero como mi padre!- dije molesta.

No dejaba de sonreír. -Me alegra que pienses así de mi...pero en realidad no me conoces.

-Eso no importa...desde que nací yo te jure mi lealtad y que vengaría la muerte de mi madre.

-Entonces agarra tu abanico- dijo Naraku.

Estaba confundida, pero no tenía otra opción y lo hice.

-Mátame Reiko- dijo Naraku.

-¿Qué?, ¿porque dices eso?- pregunté.