Parte única

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¡Llegó el gran día!

Cuando la hora de la comida finalizara, Lay los llevaría a pasear y los dejaría nadar en el lago, donde al fin podría demostrarles a todos que él ya sabía nadar.

Cuando se cuidador se ponía a hablar sobre ellos no había nada que pudiera callarlo, el castaño adoraba a los animales con todo su corazón asiático, y ChanYeol adoraba escucharlo parlotear sin cesar. Lay decía que la mayoría de las personas asumían que las nutrias marinas sabían nadar desde que nacían porque son animales de mar duh, pero eso no era correcto.

Estos animalitos nacen con un pelaje infantil grueso que, luego de que las madres asean y sacuden a su recién nacido por muchas horas, éste logra retener el aire suficiente para que los cachorros puedan flotar” eran las palabras de su cuidador.

Sí, flotar. No reciben lecciones de natación cuando están en la barriga, por ende no saben nadar al nacer pero sí flotar con la supervisión de sus madres.

Pero ChanYeol es un caso totalmente diferente porque él fue abandonado poco tiempo después de nacer, siendo separado antes de tiempo de su madre. Lay parecía ser similar a un ángel cuando lo encontró en condiciones delicadas y lo salvó de un triste final. Ahora vivía bajo el cuidado del humano y junto a otros animales más pero con los que tenía más contacto era con los de su especie.

Dentro de poco se cumplirían seis semanas y todos los demás parecían haber aprendido a nadar con la ayuda de dos nutrias adultas, todos menos él. Había sido testigo de las lecciones de natación que recibió BaekHyun hace poco de parte de su madre, lo había llevado hasta el agua ignorando las quejas del menor e hizo que se zambullera por completo. Cada vez que BaekHyun intentaba escapar, su mamá volvía a sostenerlo del cuello o lo rodeaba con sus bracitos y hacía que éste permaneciera en el agua.

Las lecciones tardaron un poco porque BaekHyun parecía tenerle miedo al agua y ¿cómo no temerle? pensó ChanYeol, ¿y si no podía salir? ¿y si nadie lo ayudaba? ¿y si Lay no lo salvaba porque no podía encontrarlo?

Un poco antes de que Lay los llamara para volver a casa, ChanYeol observó a la mamá nutria flotar con su bebé sobre su barriga y con sus bracitos rodear el pequeño cuerpo. BaekHyun había buceado por todo el lago hasta el cansancio, dando vueltas para refrescar su cuerpo mientras que con sus patitas aseaba su pelaje. Al final del día, el menor dormía plácidamente refugiado en los brazos de su mamá y eso para ChanYeol fue un acto lindo e íntimo.

Mi mamá tendría que enseñarme a nadar pensaba ChanYeol, por eso se negó a aceptar ayuda de alguien más. Mientras todos nadaban con rapidez por el lago, él se limitaba a flotar mirando el celeste cielo y dormitar un poco.

Pero eso cambiaría el día de hoy.

Luego de un corto viaje en el asiento trasero del coche del humano, llegaron al precioso lago. Lay se encargó de dejarlos en el suelo con cuidado y cada animalito que tenía a su cuidado salía corriendo hacia el agua cuando sus patitas tocaban tierra. JungKook y YoungJae era los más inquietos, compitiendo para ser los primeros en adentrarse al lago. BaekHyun quería seguirlos pero su madre era muy protectora obligándolo a nadar con ella por un rato y luego haciéndolo flotar cerca de las algas marinas para que éstas lo sostuvieran y no permitieran que se alejara mucho.

ChanYeol, en cambio, era de esperar a que Lay sacara todas sus pertenencias del coche y se acercara al lago con una manta, un par de toallas, algo de alimento y algunos juguetes. Solía jugar con los demás pero, al mismo tiempo, era muy tímido.

Jugando a las carreras podía ganarle con tranquilidad a JungKook pero no lo haría, siempre lo dejaría ganar. A YoungJae nunca podía alcanzarlo, ya ni lo intentaba. Y las pocas veces que estuvo cerca de BaekHyun no alcanzaba a decir palabra alguna que el otro ya había salido corriendo.

Por ejemplo, hace un par de días se despertó por unos leves movimientos a su lado. BaekHyun estaba durmiendo a su lado y parecía estar teniendo una pesadilla porque movía sus patitas y lloriqueaba. ChanYeol no intentó despertarlo porque no sabía sí era lo correcto, sólo se limitó a observarlo hasta que el otro abrió los ojos y lo miró con pánico.

No pudo saludarlo porque BaekHyun ya había desaparecido.

Ese día ChanYeol no esperó a Lay, si no que imitó a los demás al acercarse al lago. Normalmente su cuidador lo tomaría en brazos, le otorgaría caricias en su barriga y luego lo dejaría flotar en el agua pero ese día todo sería diferente.

Se adentró con algo de temor, rogando interiormente para que alguien notara su ausencia si se ahogaba, y comenzó flotando con tranquilidad. Giró un par de veces hasta que su pelaje estuvo completamente húmedo y se animó a sumergirse. Después de eso entendió porqué todos se emocionaban con la idea de nadar, todo era diferente bajo el agua. Podía nadar más rápido si movía su colita y con sus patitas delanteras podía tomar las piedras del fondo del lago.

¡Bucear es lo mejor del mundo! chillaba ChanYeol moviéndose felizmente por el lago. Jugó un tiempo con sus amigos hasta que sus energías se agotaron y prefirió tomar una siesta flotando panza arriba.

Todo lo planeado en su cabecita salió a la perfección pero al abrir los ojos se dio cuenta que había olvidado las algas marinas y ahora se estaba alejando más y más de los demás. Se estaba alejando de Lay.

La desesperación que lo embargaba desapareció cuando algo, o mejor dicho, alguien tomó su manito. Giró la cabeza a toda velocidad y se encontró con BaekHyun. Él está tomando mi mano pensó ChanYeol al ver que el otro no parecía querer explicar sus acciones pero entonces recordó lo que había dicho Lay.

Las nutrias marinas suelen dormir sujetadas de las manos para evitar ser arrastradas por la deriva”.

“Olvidé las algas marinas pero puedo hacerlo solo” le dijo. Tal vez BaekHyun quería jugar con los demás o estar en otro lado menos a su lado. Él podía nadar hasta las algas y enredarse entre ellas o podía ir con Lay para comer un poco...

“Sé que puedes pero no tienes que hacerlo solo” le contestó BaekHyun, observándolo sin pestañear. Segundos más tarde, cerró sus ojitos intentando dormir sin soltar la manito de ChanYeol.

Lay, desde la orilla del lago, sonreía por la bella imagen de esas dos pequeñas nutrias durmiendo tomadas de las manos.

Gracias por leer esta cosa rara y perdón si hay algún error.

manitos ; chanbaek Donde viven las historias. Descúbrelo ahora