— ¡Te dije que me dejaras en paz! —Rugió Mia con exasperación mientras aventaba la puerta de su habitación.
— ¡No voy hacer lo que tú digas! —Gritó de vuelta él mientras la seguía divertido.
— ¡Lárgate de mí vista, Jason, no quiero vomitar!
— ¿Cómo puede ser que tenga que vivir con una niñata como tú? — Se mofó dándose la vuelta.
— ¿Disculpa, yo soy la que te molesta? ¡Tú eres un inmaduro!
—Mira, cállate ya, niñata, no quiero que mi padre se lamente por hacer que viva junto a ti. —Mencionó serio mientras se dirigía a su habitación.
— No sabes cuánto odio el día que tu padre conoció a mi madre — Gritó ella por última vez mientras aventaba la puerta de su habitación, otra vez.
Jason se lanzó boca arriba en la cama y pasó las manos por su cabello castaño, detestaba con todo su ser a Mia, no la soportaba, era una inmadura, siempre peleaba hasta porque la rozaba con un pelo. Claro que no podía negar que él también tenía su lado malo, era muy bromista y muy terco. Ambos tenían un carácter parecido, tal vez por eso chocaban tanto. Eran una familia que apenas tenía unos meses de estar junta, con tradiciones diferentes cada una. Por el lado de Mia era una vida perfecta, todo era limpieza y educación, por lado de Jason solo importaba pasarla bien y vivir el momento. Tenían juntos casi un año, la relación de Lauren y Jeremy tenía dos años, el amor en esa pareja se notaba hasta por los codos. Solo había un problema en esa familia, y eran Mia y Jason. Él lo sabía perfectamente.
Mia tomó asiento frente a su ordenador para organizar algunas cosas que tenía pendiente pero no podía dejar de pensar en cómo su madre había aceptado a Jason como un "hijo", era un inmaduro, no le importaba la vida, todo para él era diversión y ser gracioso, tenía que pensar en ser una mejor persona, pues era un buen chico, pero muy enojón y molesto, le irritaba estar con él.
A la hora de la cena, la familia bajó las escaleras y se sentaron alrededor del comedor, todo lucía estupendo.
— Espero que les guste — Murmuró Lauren sonriendo.
—Todo lo que cocinas es delicioso, cariño. —Respondió esta vez Jeremy un poco empalagoso.
Todo estaba transcurriendo normal, una deliciosa lasaña y un poco de vino para acompañarla. Los pequeños hermanos de Jason, Lucy y Matt, estaban en una fiesta de cumpleaños que terminó siendo una pijamada, así que todo estaba muy tranquilo y silencioso.
Mia y Jason tomaron el tazón donde estaba el pan a la misma vez, así que los dos se lanzaron una mirada fulminante.
— Dame el tazón, se caballero. —Atacó Mia arqueando una ceja.
— Tengo hambre, niñata, solo déjame tomar uno.
— ¡Jason! —Regañó Jeremy.
— ¿Ves? Jeremy te está diciendo que me lo des, haz caso.
— ¡Mia!, Dale un pan eso es todo. — Le ordenó su madre rodando los ojos.
—Estoy cansada de que tenga que ser yo la que me sacrifique, ¿Por qué yo?, él es el hombre —Bufó la chica levantándose de la mesa para después dirigirse a las escaleras— Mejor iré a dormir, no quiero seguir viendo al idiota.
—Mia, regresa o estarás castigada por 6 meses, y sabes que no bromeo.
La chica detuvo su paso, suspiró y regresó a la mesa. Recibió una mala mirada de Jason, odiaba hacer enojar a sus padres. El chico quería mucho a Lauren, pensaba que era una gran mujer. Por el contrario, la chica no quería para nada a Jeremy, lo detestaba, al igual que a su hijo. Los únicos a los que quería eran los pequeños hermanos de Jason, tal vez porque eran chiquillos, tiernos y también la querían bastante.
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365 Días junto a ella.
Teen FictionSinopsis La familia Scott Black es como toda familia después de un divorcio. Jeremy Scott, después de tres años de divorciarse, encuentra de nuevo el amor con Lauren Black. Jason Scott de diecinueve años ama a sus dos hermanos pequeños, a su padre y...