Sayonara (Adiós)

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  La lluvia comenzó a caer sobre el asfalto y sobre los grandes edificios que decoraban la gran ciudad de Nueva York.

  Pensó seriamente si salir ante aquella lluvia que poco a poco iba en aumento, o quedarse a esperar hasta que cesara. Después de todo, no tenía apuro alguno de llegar a ningún lado y paraguas, no tenía. Pero el hecho de tener que esperar junto con un tumulto de gente a su alrededor, se lo hizo replanteárselo.

  Solo llevaba puesto una camisa blanca y unos pantalones del mismo color, siendo consciente de que solo con ello sentiría un frío insoportable.

  Su cabello café caía por su espalda sujeto con una coleta, así que no le molestaría los mechones rebeldes que siempre tenía sobre el rostro si se le mojaba el cabello.

  Suspiró, decidiéndose en si salir o no.

  Luego de pensarlo durante varios minutos y ver cómo poco a poco la gente se iba amuchando en la entrada para ver si la lluvia cesaría en algún momento dado, tomó coraje, empujó levemente a la gente que comenzaba a molestarle y salió a la calle 42.

  Las personas corrían de un lado hacia el otro, alguna intentando no mojarse, mientras que otras se veía claramente que llegaban tarde donde tenían que ir por su incansable acción de ver el reloj que llevaban cada cinco segundos. ¿Acaso creían que el tiempo se detendría haciendo aquella acción? A él poco le importó y continuó con su caminata hacia un rumbo no específico.

  No tenía donde ir, ni tampoco nadie que lo estuviera esperando cómo había sucedido años atrás. Extrañaba su vida y algunas veces lo monótona que podía llegar a ser. Pero, en aquella vida, que por algunas veces podía llegar a ser aburrida, había sido feliz. Feliz junto a la persona que siempre había amado y que aún seguía haciéndolo, pero él ya lo había olvidado; o eso creía él.

  La separación le dolió. ¿A quién no le dolería si aún se ama a esa persona? Pero él no protestó y no dijo nada. Sintiéndose ahora culpable e irritado por ello. ¿Por qué no se había quejado? ¿Por qué sentía había dicho que todo estaba bien cuando en su interior todo era un lio sin remedio? Supuso que por el hecho de que no quería verlo triste. Pero… entonces, ¿por qué tuvo que sufrir él con todo? ¿Por qué no había llorado?

  Miró hacia el gran cielo gris que se alzaba sobre él, provocando que las gotas de la lluvia cayeran sobre su rostro mojado, al igual que en toda su ropa ya pegada a todo su cuerpo. Tanto lo extrañaba, se dijo, pero ya todo había terminado, para él. Pero por lo menos estaba el alivio de que él seguía su vida. Era feliz, supuso Donghae.

  ¿Cuánto tiempo había pasado ya? Se preguntó mientras veía con los ojos entrecerrados cómo el cielo lloraba y la respuesta le llegó enseguida. Cinco años. Cinco años sin él, sin su calor, sin sus besos, sin sus caricias, sin nada, solo su soledad y su ser.

  Se preguntó muchas veces porqué seguía allí. Porqué seguía en aquella ciudad si nada más lo ataba a ella, pero… en realidad, había algo que la seguía atando, y era por ello que no podía irse. Él.

  Al llegar al Time Square, sin haberse percatado de ello, los recuerdos comenzaron a inundar su mente con recuerdos alegres. Con él tomados de la mano apenas habían llegado a la gran ciudad, ya que ellos habían vivido toda su infancia y adolescencia en un pequeño pueblo en el estado de California y nunca habían salido de allí. Ni siquiera conocía San Francisco se dijo al recordarlo… pero ya era tarde. No podría ir. Aunque aquello no lo entristeció.

  Ambos sonriendo cuando habían hecho una cola infecta para poder sacar las entradas para una obra de teatro, que luego no pudieron ver. El lugar donde ambos habían ido a comer; su preferido y el de él. El lugar donde le había propuesto matrimonio.

Sayonara (Adiós) [TERMINADA]Where stories live. Discover now