184. El extraño diario de Zac (y lluvia)

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Estaba en la cafetería de siempre esperando a que llegaran. El día estaba lluvioso. Odiaba la lluvia.
La primera persona en llegar fue Will. Entró rápidamente. Le señalé en donde estaba. Caminó hasta mí.

— ¿Qué pasa?— dijo, parecía cansado.
— Nada realmente— dije.
— ¿Nada? ¡Tu mensaje parecía urgente!
— ¿De verdad?
— Un mensaje que incluye la palabra "emergencia" es sin duda urgente.
— No soy bueno escribiendo mensajes— dije.
— Ya me di cuenta. ¿Y bien, cuál es la emergencia?
— Te diré cuando lleguen los demás.
— ¿Los demás?— preguntó.
— Sí. Esto es algo que requiere de la colaboración de todos— dije—. Se me acaba de ocurrir en este momento.
— Zac, dime que no es otro de tus locos planes.
— Éste no es tan loco— dije.

Lo observé atentamente. Me acerqué un poco a él.

— Confía en mí— dije.

Él, que parecía dudar, me sonrió.

— Está bien— dijo.
— Funcionará— dije—. Me esforzaré mucho.
— Lo sé— dijo—. Todo lo que haces funciona.
— Qué te puedo decir, soy perfecto.

Will estaba por decir algo cuando Jason y Laura entraron rápidamente al lugar. Agité el brazo para que me vieran. Se acercaron después de dejar sus paraguas afuera.

— ¿Está todo bien?— preguntó Laura, alborotada.
— ¿Porqué todos piensan que necesariamente algo está mal?
— Porque tu mensaje incluía la palabra "emergencia"— dijo Jason.
— Te dije que esa palabra indica que algo es urgente— me dijo Will.
— Sí, ya entendí— dije molesto—. Pero técnicamente es algo urgente.
— ¿Se trata de uno de tus locos planes?— me preguntó Jason.
— Uno que funcionará— dije.
— Aún no lo escucho y ya tengo dudas al respecto— dijo Laura.
— Pues no las tengas, porque será maravilloso— dije.

Se sentaron en la mesa. Al parecer, Evan y Jimi iban a tardarse.

— ¿No deberías estar ocupado con lo de tu campaña política?— me preguntó Jason.
— No— dije—. Creo que voy a ganar. Además, hoy decidí tomarme el día para hacer otras cosas.
— ¿Qué cosas?— preguntó Laura.
— Cosas importantes— dije.
— ¿Intentabas conquistar el mundo?— me preguntó ella.
— No, hoy quise tomarme un tiempo de todas mis actividades cotidianas— dije.
— Ayudaste a Evan a estudiar— dijo Jason.
— ¿Cómo sabes eso?— pregunté.
— Evan me dijo. Nunca le dijiste que era un secreto— dijo él.
— No era un secreto— dije—. Sólo que no me gustaría que alguien lo supiera.
— ¿Por qué?— preguntó Will.
— Porque parecería que soy una buena persona— dije.
— Zac, eres una buena persona— dijo Laura.
— Lo sé, soy fabuloso— dije—, pero prefiero que muy pocas personas lo sepan.

En ese momento, Evan y Jimi aparecieron. Dejaron su paraguas junto a los de Jason y Laura.
Se acercaron a nosotros. Se sentaron a nuestro lado.

— Zac, ¿Estás bien?— preguntó Jimi.
— ¿Estás muerto?— preguntó Evan.
— Eso quisieras, ¿No?— dije.
— Tu mensaje parecía urgente— dijo Jimi.
— Tranquilos, es una falsa alarma— dijo Jason.
— Menos mal— dijo aliviado Jimi.
— Ahora resulta que todos son unos expertos escribiendo mensajes— dije.
— Al menos somos mejores que tú— dijo Laura.
— Por ahora— dije.
— ¿Entonces qué hacemos aquí?— preguntó Evan.
— ¿Acaso interrumpí algo romántico entre ustedes?— le pregunté.
— Sí, así es— dijo Evan.
— ¡Qué bien!— dije.
— ¡No está bien!— se quejó Evan.
— ¿Esta es una reunión para que nos cuentes otro de tus planes?— preguntó Jimi.
— Exacto— dije—. Jimi, eres tan perspicaz como siempre.
— ¡Viva, otro plan loco!— festejó Evan.
— No es un plan loco— dije—, no sé porqué dicen eso.
— Porque tus planes consisten en inventar viajes a Alaska, engañar personas y secuestrarlas— dijo Laura.
— ¿Por qué eso es una locura?— pregunté.
— Porque es imposible e ilegal— dijo Will.
— Para mí nada es imposible— dije—. Además, ¿No deberían hacer todo lo que les digo sin cuestionarme?
— Sí pero afortunadamente tenemos mente propia— dijo Jason.
— Una mente lo suficientemente desarrollada como para ver que tus planes son descabellados— dijo Laura.
— Laura— le dije—, no hagas que te deje de querer.
— ¿Y cuál es el plan?— dijo Evan repentinamente animado.
— Acamparemos— dije.
— Tenía razón, es una locura— dijo Laura.
— Laura, última advertencia— le dije.
— ¿Acampar?— dijo Jason—, ¿A dónde?
— Al bosque Uva— dije.
— ¿No es el bosque en donde dicen que hay fantasmas?— preguntó Jimi.
— No lo sé— dije—. Yo sabía que dicen que por ahí llegan las naves de los extraterrestres.
— ¿Por qué eso es mejor que los fantasmas?— preguntó Jason.
— ¿Puedo decir algo?— dijo Laura.
— No te arriesgues— le dijo Will a ella—. Zac podría dejar de quererte.
— ¡Pero es una locura!— dijo ella—, ¿Alguien de aquí sabe algo acerca de acampar?

Nos miramos entre sí.

— Podemos ver un tutorial en Youtube sobre cómo acampar— dije.
— ¡Asunto solucionado!— dijo Evan.
— ¿Qué?— dijo Laura— ¡No es tan sencillo!
— Ya lo planeé todo— dije—. George conseguirá cosas para campamentos.
— ¿George está de acuerdo con tu plan?— preguntó Jason.
— Sí— dije—. Al parecer sólo Will, George y Evan me apoyan sin pensarlo.
— Es cierto— dijo Laura—, Evan, ¿Por qué pareces tan entusiasmado por esto?
— Porque parece divertido— dijo él—. Además, jamás he ido a acampar.
— Yo tampoco— dijo Jimi.
— Sigo sin entender cuál es la finalidad de ir a acampar— dijo Jason.
— Es obvio— dijo Evan—. Contactaremos a los extraterrestres para que nos ayuden a convencer a mi prima para que ame a George.
— ¡Claro que no!— dije.
— ¿Entonces contactaremos a los fantasmas?— me preguntó Evan.
— ¿De qué forma nos ayudaría un fantasma?— pregunté.
— Los fantasmas no existen, ¿Cierto?— dijo Laura.
— ¿Le temes a los fantasmas?— le pregunté.
— No, qué va— dijo ella—, sólo le temo a la posibilidad de ser asesinada por uno.
— Tranquila— dijo Evan—. Te protegeremos de los fantasmas.
— Y de los aliens— dijo Jimi.
— No, para eso no cuenten conmigo— dijo Evan—. Los extraterrestres en verdad asustan.
— No hay fantasmas ni extraterrestres en el bosque uva— dije.
— ¿Entonces por qué iremos?— preguntó Will.
— Porque será un retiro en donde yo y mi equipo electoral iremos para debatir importantes asuntos políticos— dije—. La profesora es la encargada de las elecciones, debe ir a ese retiro para darle legalidad.
— ¿Cuál equipo electoral?— preguntó Evan.
— Todos ustedes— dije—. Así que tienen que ir para que la profesora crea que en verdad es un retiro político y no una trampa para hacer que se enamore de George otra vez.
— ¿Por qué un campamento?— preguntó Jason—, ¿No pudo ser otra cosa?
— Sí— dijo Laura—, de preferencia en un lugar en donde no hayan fantasmas.
— Porque es romántico— dije—. El bosque, la noche, una fogata y las estrellas.
— Eso suena bien— dijo Jimi.
— De hecho, sí es muy romántico— dijo Laura.
— Lo sé— dije—. Será la atmósfera ideal. Renacerá el amor.
— Parece emocionante— dijo Evan.
— Sí— dijo Jason—. Entonces supongo que haremos ese descabellado plan.
— No sólo lo llevaremos a cabo— dije—. Esta vez funcionará.
— ¡Iremos a acampar!— dijo Evan feliz.

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