"Me quiero morir." Eso fue lo que pensé, cuando cierto moreno se enteró de mis sentimientos hacia él.
En ese momento, lo único que quería era salir huyendo de ahí. Hubiera preferido seguir sufriendo en silencio, al haber permitido, que él se enterará de mi amor.
¿Por qué no ocurrió un simple accidente? O algo que hiciera parecer que todo era una vil broma...
Recuerdo claramente todo. La puesta de sol estaba por acabar, anunciando que la noche estaba por caer, un ligero viento provocaba que mi cabello y las hojas de los árboles se movieron en sincronía.
Miré aquella cancha de baloncesto, en la que, en innumerables ocasiones habíamos tenido excitantes y divertidos partidos, una sonrisa llena de nostalgia se formó en mi rostro a causa del recuerdo.-¡Ki-chan! -pronunciaron mi nombre con exaltación a mis espaldas, me giré y me topé con una chica de cabellos rosas que corría sonriente hacia mí. Era Momocchi.
-Momocchi, me has hecho esperarte durante 30 minutos -hice un leve puchero.
-Lo siento, Ki-chan -me dedicó una sonrisa como disculpa.
-Y bien, ¿qué era lo que querías contarme? -pregunté curioso. Como respuesta de su boca salió un chillido, y sus mejillas se tornaron color carmesí.Cerca de nosotros había una banca, caminamos hacia ella y nos sentamos.
El color carmesí que apareció en sus pómulos, ahora estaba por toda su cara.Verla así, hizo que sintiera más curiosidad por saber que le había pasado. Tomó un profundo suspiro, y al fin pude escuchar su voz:
-¡Dai-chan y yo somos pareja! -exclamó levantando sus manos.
Solo sentí como mi "corazón se rompía en pedazos", por la confesión... Sin poder evitarlo y perdiendo el control de mí mismo, mi vista comenzó a nublarse, pequeñas lágrimas recorrían mis mejillas. La expresión alegre de Momocchi cambió a una confundida.
-Ki-chan, ¿qué sucede? -intentó tomar mi mano, por inercia la rechacé con un movimiento brusco- no me digas que...
Ya no podía evitar mi llanto e inconsciente asentí, sin saber que la suposición de Momocchi fuera cierta.
-¿E-estás enamorado de Dai-chan? -nuevamente asentí.
No podía verla a la cara, incluso en ese instante podría morir de pena, la observé de reojo, su rostro estaba pálido.
-¿M-momocchi? -su expresión detuvo de mi llanto.
Solo escuché un susurro casi inaudible:
-Dai-chan...
Mi rostro palideció al escuchar ese nombre... ¿Aominecchi? ¿Qué se supone que haría ahora? ¿Me creería si le decía que era una broma?
-Kise -me llamaron. Y como temía, el dueño de esa voz era Aominecchi- ¿es verdad? ¿Estás enamorado de mí?
Quería desaparecer.
Un nudo en la garganta impedía que pudiera pronunciar palabra alguna, inevitablemente mi cuerpo temblaba.
Me puse de pie, di la vuelta lentamente y lo encaré.
-Sí -respondí.
Mis piernas no paraban de temblar, la diferencia de altura entre nosotros no era mucha, pero, Aominecchi desprendía un aura de superioridad que me estremecía e intimidaba completamente.
Carraspeó antes de hablar.
-Satsuki, necesito hablar con Kise -dijo en tono más frío de lo habitual.
La cancha se encontraba dentro de un pequeño parque, la entrada de este, da un paso directo de salida y entrada de el.
Veo a Momocchi dirigirse a la entrada, y luego de unos segundos desaparece de mi vista.
La voz de Aominecchi interrumpe mis pensamientos:
-¡Oye! -de nuevo él me llama- no estoy para tus estupideces, Kise. Así que, deja de bromear
¿Bromear? ¿Él cree que bromeó? O solo quiere evadir la situación.
Claro... Solo debo, aceptar que es broma, como él lo quiere, ambos estaremos mejor así... Pero, ya llegué lejos, tal vez... Tal vez podría seguir. De cualquier manera, después de esto las cosas cambiarán, lo sé. Él cambiará su actitud hacia mí.
No puedo negarlo, mi corazón quiere aceptarlo, aunque, la razón no me lo permite.En realidad, ya nada importa, además, estúpido Aominecchi, ¿por qué jugaría con eso?
No puedo, no puedo...
Una ira repentina se apoderó de mí.
Mordí mi labio inferior conteniendo el enojo, y otra vez las lágrimas brotaron de mis ojos.
-¿Crees que es una broma? -susurré apretando mis manos por la ira- ¡eres un idiota! Yo no jugaría con algo como eso, dime, ¿está mal enamorarse de alguien?
El semblante de Aominecchi seguía siendo el mismo, hay ocasiones en las que no parece un ser humano, sino, un "monstruo sin corazón."
-Tsk -chasqueó la lengua y sonrió arrogante-¿y que se supone que haga? ¿quieres que me confiese diciendo que te correspondo? O ¿tal vez debería convertirme en homosexual para corresponderte? Ja, eres un ingenuo si crees que haré eso
Aominecchi, estúpido.
¿Cómo puedes decir cosas tan crueles como esas? Eres un malvado.-Lo siento, yo no te pedí enamorarte de mí -dicho esto me dio la espalda
La indiferencia que Aominecchi mostraba a las personas, era parte esencial de su personalidad, sin embargo, esta es la primera vez que me lastima.
Él tiene razón, no pidió que me enamorará de él, y yo tampoco pude decidir, no es mi culpa tener ese maldito sentimiento, qué día a día siento que me carcome.
Será mejor, que me olvidé de él y haga comprender a mi corazón que es un amor imposible, no está a mi alcance. Fue tonto pensar, que tendría una oportunidad con él.
Vaya, he sido un ingenuo.-Kise, nos vemos -se despidió dejándome solo
Mi cuerpo no lo toleró y caí sobre mis rodillas.
"Él ya no está." Dije finalmente mientras con mis puños golpeaban el suelo, y lloraba.
De mi corta vida, es el recuerdo más doloroso que tengo...
Pero, no cabe duda que la vida te da sorpresas inesperadas. Luego de un mes, recibí un email de Aominecchi en el que pedía vernos, mi respuesta por supuesto, fue afirmativa, acepté.
Engañarme no puedo, una pequeña esperanza vive alojada en lo más profundo de mi corazón, manteniendo vivo ese amor que aún le tengo.
"La esperanza, es lo último que se pierde." Al menos eso dice un viejo refrán...
ESTÁS LEYENDO
Esperanza
Fanfiction"La esperanza es lo último que se muere" al menos eso dice un viejo refrán.