Candy eyes

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ᵘᶰᶤᶜᵒ

No puedo creer que estemos cumpliendo cuatro años juntos, pareciera que fue ayer que saltaste con alegría a mis brazos mientras aceptabas con amor mi propuesta. Cuatro años de matrimonio no son poco.

Hemos pasado tantas cosas juntos, momentos de alegría y lágrimas derramadas, peleas y reconciliaciones. Pero siempre salimos adelante, siempre juntos.

Ah! Recuerdo con nostalgia el día que te conocí, Jeonghan. Era mi primer día en una nueva escuela, llegue desde Estados Unidos hasta Corea, estaba completamente solo.

Al llegar al salón, todos se quedaron en silencio mientras analizaban mis movimientos y susurraban cosas entre sí, busque un asiento con la mirada pero mis ojos se concentraron en otra cosa.

Un solitario chico sentado al fondo del salón, unos bellos ojos resaltaban en su rostro pero se veían apagados, tristes.

Era el chico más hermoso que había visto hasta ahora, ¿Por qué estará triste? Esa pregunta invadía mi mente, mientras que mis piernas por voluntad propia se acercaron a tu pupitre llamando tu atención por la repentina llegada.

"Puedo sentarme aquí?" pregunté con una pequeña sonrisa en el rostro, solo me miraste mientras tus lindos ojos brillaban, parecías querer llorar. "Claro" dijiste mientras sonreias un poco y hacías espacio para mi.

Nos hicimos amigos, tuve la dicha de verte sonreír mucho.. Tu sonrisa es hermosa, pasábamos los días juntos y nos fuimos haciendo cercanos poco a poco.

Nos convertimos en confidentes, al igual que un cofre cerrado nunca dejamos salir los secretos del otro. Recuerdo el día que llegaste a mi casa, tus bellos ojos estaban llenos de lágrimas, enrojecidos. Tu expresión de dolor me partió el alma y te abraze, te abraze a pesar de no entender que te estaba pasando. Solo para luego enterarme que tu querida Madre había muerto.

Yo te acompañe en tu dolor, seque cada una de las lágrimas que derramabas, te ayude a conllevar la perdida de una de las personas mas importantes de tu vida. Logre que con el tiempo tus ojos volviesen a brillar como antes.

Desde que término tu luto nos hicimos mucho más cercanos, tu me agradeciste todo lo que hice por ti y confesaste que era una persona muy especial para ti, tus mejillas se enrojecieron un poco y me abrazaste con dulzura.

Nuestra relación se fortaleció mucho, no había momento en el que no estuviésemos juntos, así como tampoco había momento en el que nuestros corazones estuvieran tranquilos.

Nuestras miradas se cruzaban y nerviosos mirábamos hacia otro lado mientras nuestros rostros enrojecían, cada roce accidental, cada mirada, la cercanía entre ambos. Simplemente estaba enloqueciendo, sabia muy bien que te amaba pero mi cobardía me impedía si quiera pensar en decírtelo.

Un día llegue decidido, cuando salimos al primer receso mi plan empezó, mientras caminábamos en camino a nuestra banca favorita del colegio. Tomé tu mano, levantaste la vista rápido y tu expresión detonaba sorpresa, pero no me alejaste y eso me hizo saber que tal vez tu sentías lo mismo.

Al sentarnos bajo ese gran roble tome una bocanada de aire, me mirabas expentante seguro pensando que había enloquecido o algo por el estilo.

"Joshua, estas bien?"

No tuviste más tiempo de pronunciar alguna otra palabra, ya que mis labios se toparon con los tuyos en una acción tan inesperada como inocente.

Ese fue el día en el que ambos dimos nuestro primer beso..

El primero de muchos.

Gracias por ser la persona mas importante de mi vida, por cederme tu primer beso, por dejarme ayudarte, por darme tanto amor y por corresponder mis sentimientos.

Te amo con todo mi corazón Jeonghan, tus labios, tu sonrisa, tu dulzura, tu comprensión, tu manera de expresar lo que sientes, tus hermosos y dulces ojos.

Nunca pierdas ese brillo que decora tu mirada, así podre seguir llamándote: Candy eyes.

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