JACK & JOE

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Jack era un niño de siete años. Era introvertido, tenía el pelo de color negro y los ojos de color café, pero tenía algo, algo que le hacía parecer inferior al resto, algo que era el blanco perfecto de criticas e insultos, era de origen subafricano y de piel oscura, además era adoptado y eso también influía a recibir ofensas por ello.

No entendía por qué querían burlarse de él. Nunca hacía nada malo, era un buen niño, hacía siempre los deberes... No lo soportaba, pero nunca lo dijo.

El tiempo fue avanzando y los insultos con él. Jack ya tenía doce años y el colegio no le supuso un problema, pero sí las personas que le rodeaban en él. Cada día le insultaban, le pegaban, le maltrataban, pero Jack permanecía en silencio, un silencio que hacía de amplificador de todas las palabrotas que le decían, un silencio que abría las puertas a patadas y puñetazos.

Un día conoció a Joe, una niña de once años afable y amistosa, con el pelo color cobre y los ojos verdes, pero que también era víctima de violencia, tanto verbal como física porque tenía síndrome de Down.

A Joe no le gustaba el colegio porque no se concentraba, no entendía cosas que decían los profesores, no se motivaba a ponerse a estudiar... pero sobre todo, porque le llamaban gafotas, lengualoca, apalgapa...

Ellos nunca quisieron ser así.

Dos años después, Joe le dijo a Jack que tenía leucemia y Jack entró en depresión. La gente pensaba que ella era una rarita y una tonta, por no utilizar palabras malsonantes, pero él no pensaba así. Él pensaba que ella era una persona brillante y fuerte por haber aguantado una vida de sufrimiento por un síndrome que se la fastidió. Él... le quería.

Jack decidió que haría algo por ella. Descubrió que a Joe le encantaban los tiovivos, los helados y los globos, y que su sueño siempre había sido montar en la noria de su ciudad. Así que se puso manos a la obra para que el día siguiente pudiera hacer con ella sus cosas favoritas.

Ambos tuvieron que soportar un día lleno de golpes, insultos y viceversa, pero ninguno de los dos estaba para lamentarse por ello, Jack tenía la sorpresa preparada, pero Joe tenía las lamentaciones orbitando en su enfermedad.

Los dos salieron del colegio, Jack con más heridas que de costumbre porque ese día le daba igual que le pegaran. Se encontraron en el parque donde siempre se sentaban a hablar. Jack le dijo que le siguiera y Joe se puso muy contenta cuando vió que se dirigían a la feria.

Primero montaron en el tiovivo, se pusieron en una carroza cargada por caballos que se mecía al compás de la música de fondo del tiovivo y los giros suaves de este.

Después, fueron a por unos helados y unos globos con forma de perro que daba el chico del puesto de dulces.

Finalmente, montaron en la noria. Subieron arriba del todo y dijeron todo lo que les pasaba por la cabeza: Que las vistas eran muy bonitas ahí arriba, que era uno de los mejores días de sus vidas...

Jack y Joe pensaban en un futuro feliz para los dos, en el que vivirían juntos en una casa en el bosque y al lado del río y que lo vivirían ayudándose mutuamente y queriéndose. Lo pensaban, pero ese sueño se torció justamente al día sguiente. El día en el que Joe lo dejó... para siempre.

Joe no superó la leucemia y todos los golpes que recibía ayudaron a su fallecimiento, pero a pesar de eso, murió feliz. Feliz porque pudo cumplir su sueño y lo pudo cumplir gracias a Jack. Él hizo que sus últimos días fueran los mejores.

El sueño de Jack era vivir junto a Joe una vida feliz.

El sueño de Jack... se cumplió.

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⏰ Última actualización: Feb 15, 2018 ⏰

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