Para nadie era un secreto que ante los ojos que conocían al décimo Vongola él era un Acendrado* en toda la extensión de la palabra, aunque este dijera una y otra vez que no era verdad acompañado de un bello sonrojo en sus mejillas.La mayoría insistía en que ellos eran wabi sabi* en toda la palabra, claro que si decían eso en frente de ellos, no dudarían ni un segundo en arrojarse como fieras para callar esa sucia boca o bocas que insultaran al castaño. Muchos pero muchos mafiosos habían desaparecido de manera misteriosa a causa de ello, claro que jamás se entero de ello el cielo de Vongola.
Incluso tsuna podía decir que amaba las imperfecciones de sus amigos y familia, él encontraba la belleza en ello.
Para tsuna sus amigos y familia eran un gran Ramé*, aunque le divertía cada intento de monopolizarlo, fingía no darse cuenta de las miles de veces que los chicos ahuyentaban a quienes intentaban coquetearle, en parte lo agradecía, a veces era difícil que lo dejaran en paz.
Pero otras veces se iban a lo extremo, como Reborn que a punta de pistola, lanzallamas amenazaba con enviarlos directamente al infierno, Verde con sus experimentos que accidentalmente caían sobre quienes lo miraran.
Incluso los arcobalenos intentaban monopolizarlo, sin contar a Varia, Milfiore, Cavallone, ¡incluso la familia de enma!
Una vez incluso escucho a Cheker face murmurando y confesando que él también lo monopolizaba, debido a su ternura, ese día se convirtió en un tomate, sus mejillas ardían en vergüenza ante esas palabras.
Seguía sin entender porque lo querían y cuidaban tanto, no era de cristal, aunque si era muy sentimental a palabras de su tutor, tal vez tenía atelofobia* nunca creyó ser bueno para el puesto o merecer todo lo que tenia. Pensamientos que su tutor se encargo amablemente de borrar y ahora solo era un recuerdo.
El amor, la gran inocencia y pureza del cielo era inconmensurable* incluso para ellos, nada se le negaba.
¿Quien podría negarle algo?
Ni él hitman número uno podía decirle no, nadie quería ver esas hermosas joyas caramelo opacadas por la tristeza.
Matarían a quien hiciera entristecer a Tsunayoshi.
No antes de darle una tortura, digna de recordar como advertencia.
Y Bermuda los apoyaría al igual que Vindice.
La risa del castaño era el Melifluo* más hermoso nunca antes escuchado y solo ellos debían escucharlo.
Esas miradas eran como el Alba* la más hermosa y bella para ellos, la calidez que emanaba de aquel ser que dudaban que fueran humano, era un ángel capaz de perdonar todo, y cierto albino lo sabia por experiencia propia.
Aunque pasaran mil años su amor y cariño seria Inmarcesible* al igual que su calidez, en las dificultades era él quien los envolvía en un abrazo que juraban podían calmar al mismísimo demonio. Esa mirada determinada que podía hacer dudar a cualquiera de su decisión, fuera buena o mala.
Una utopia* pero una real, existente y lo mejor al lado de una persona extraordinaria.
Nada opacaba esa sonrisa, la belleza que emanaba, aquello que solo ellos querían ser los únicos del espectáculo.
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Utopía del Cielo
FanfictionPara ellos no había nada mas perfecto que su cielo, a sus ojos era un ascendrado solo ellos sabían de la verdadera pureza del cielo. Sólo ellos tenían el derecho de verlo y apreciarlo, todos eran egoístas cuando se trataba de Tsuna.