Capítulo 25

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KarlHeinz se encontraba a tan solo unos cuantos metros del tornado que protegía ha Adara. Al llegar a la ciudad, vió una destrucción inmensa, casas hecho pedazos, edificios a punto de caer, personas heridas, y unas cuantas debajo de los escombros, muertas. El aroma que emanaban las personas empezó a llegar a las fosas nasales del vampiro, pero un aroma en especial era mas atrayente; la deliciosa sangre de Adara.

Adara estaba mirando a las personas que intentaban escapar, para ella era inútil, levantaba su mano y dirigía los escombros hacia las personas, haciendo una total carnicería. Karl no se podía creer lo que estaba observando, su hija estaba asesinando a todo aquel que se atravesara en su camino con una risa sicópata. Tougo borró su rostro de sorpresa poniendo un semblante totalmente serio pensando en como atacar a la albina.

KarlHeinz se decidió, y convencido empezó a caminar a paso lento hasta ella. Todo estaba desmoronado, cuerpos inertes estaban en el suelo, mientras que otras rogaban por ayuda.

—¿¡Qué crees que estas haciendo?! —una voz detrás del político hizo que parara en seco, dándose la vuelta y encontrando a Shu furioso.

—Me llamaste para ayudar en la situación, ¿no? ¿Qué mejor que matarla?, hací ya no hará mas daño.—dijo el mayor con serenidad. 

Shu puso un semblante enojado, apretando sus puños.

—¿¡Vas a matar a tu hija?!
—escupió con odio el rubio, enfadado totalmente.

—Yo hago lo que yo quiera. Si mi decisión es matarla, lo haré.
—dijo el albino con furia.

—No permitiré que mates a Adara—dijo Shu, mirando con odio a su padre.

—Intenta detenerme.

POV ADARA.

No veía nada, no sentía nada. Todo se encontraba tranquilo, sin nada que me atormentace. No sabía si estaba sentada, acostada o levantada. Era como si estuviera muerta. Era como estar "descansando en paz". Mientras trataba de descubrir el por qué estaba hay, una pregunta poco casual me invadió.

¿Quién soy?

No recuerdo nada, quien soy, como soy.
Una luz cegante apareció, iluminando toda la oscuridad que había en aquel lugar. Todo se volvió blanco, todo era luz.
La imagen de una pequeña niña llorando se apreciaba en ese lugar. Aquella niña era tan blanca, y se veía tan frágil, que parecía una linda muñeca de porcelana. La imagen comenzó a moverse, como si fuera una película. No entendía nada, la imagen cada vez me confundía aun mas.

Hermana menor: Experimento [D.L] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora