Nigromancia
La nigromancia, nigromancía, necromancia o necromancía[1] [2] (del lat. necromantīa, y este del gr. νεκρομαντεία; unión de necros «muerte» y mantīa «adivinación») es una rama de la magia, considerada generalmente negra, que consiste en la adivinación mediante la consulta de las vísceras de los muertos y la invocación de sus espíritus, requiriendo según sea el caso del contacto con sus cadáveres o posesiones.
La nigromancia es la disciplina o rama de la adivinación que se dedica al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus. Es una práctica antigua común a la tradición mística o sobrenatural de varias culturas, entre ellas la egipcia, mesopotámica, persa, etc. Se ejercita aún en la actualidad, en donde se busca responder preguntas mediante la intervención de un espíritu. Este es un ejemplo de nigromancia moderna.
La aruspicina (a su prácticante se le denomina arúspice) era una disciplina adivinatoria de la Antigua Roma que también pretendía adivinar el porvenir a través del examen de las vísceras, pero, a diferencia de la nigromancia, se centraba en las entrañas de los animales inmolados en honor a algún dios.