Enredada en tus cintas

Capítulo 13: Cuentas Pendientes

Los días pasaban muy rápidos, ya no sufría tanto, estaba entusiasmada, ahora mis padres son los más afectados, pero lo superarán. Antes de irme tengo que hacer algo, debo reconciliarme con cierta persona para llevarmela a Madrid. Voy hasta su casa, toco varias veces el timbre pero nada, debe estar sola, con audífonos y la música a todo volumen. Me doy la vuelta y entro por la puerta trasera, siempre esta abierta. Trato de abrirla pero la detienen desde adentro, hago fuerza y logro abrirla, pero caigo hacía atrás por la fuerza, me paro rápido y veo a la Caro tirada en el piso también.

—Me asustaste, imbécil —reclama sentada en el piso—.

—¿Qué haces con un cuchillo en la mano? —pregunto entre risas—.

—Es mi método de defensa, creí que querían meterse a robar —me explica con un tono desagradable—

—Y… ¿Puedo pasar? —pregunto ya estando dentro de la casa—.

—Estas adentro, para que te molestas en preguntármelo —Suena muy pesada—.

—Te venía a contar que me voy dentro de cuatro dí…

—Ah sí, felicidades por cierto —Me interrumpe—.

—Sí, tienes cuatro días para arreglar tus cosas, te vas conmigo a Madrid, Caro —Le lanzo la noticia—.

Su cara se desfiguró de la emoción, creo que nunca había visto esa expresión en su cara, ni siquiera cuando el Tristán nos tomó del brazo, es su ciudad favorita y creo que ya sé por qué tanta alegría, su banda favorita se estará presentando ahí. Le doy un fuerte abrazo y pongo un sobre en el bolsillo trasero de su pantalón.

Al salir de su casa, cuento unos segundos y comienza la gritadera, la veo correr desde su puerta hacía mi, me bota al pasto de su jardín de un fuerte abrazo y me besa por todos lados, nos reímos de la felicidad, en sus manos tiene su pasaje para el avión más dos boletos para los 5SOS en Madrid.

—No es que quiera comprar tu perdón con regalías y tal —le explico—. Es lo que te mereces por ser mi mejor amiga, te mereces felicidad y que te haga sonreír, no hundirte en mis problemas, no se volverá a repetir.