—¿JiMin?—Cuando escuchó ese nombre supo que ella también lo conocía.
—Si, así es. Así que dime, SoMin, ¿Quien eres?.
—Yo... yo soy solo una chica, ehmm, tengo 21.
—Yo tengo 22, en verdad creo que nos conocemos pero no sé de adonde...
°°°
Park Jimin es un chico que esta tratando de cumplir sus sueños, está en una Academia de Artes en la cual estudía danza contemporanea. Su sueño es tener su propia Academia de baile, aunque a sus padres no les agrade mucho esta decisión de su hijo. JiMin tiene 22 años, sus ojos son pequeños y al sonreír estos desaparecen y te derrite el corazón. Es un chico tierno, un tanto tímido. Su cabello es negro, su piel es pálida y sus mejillas son regordetas.
JiMin vive en Busan, aunque siempre ha querido moverse a Seoul.
Cuando él era pequeño era muy solitario, no solía tener amigos ya que estos solían ser malos con él, lo herían, aún si la mayoría de veces solo eran palabras, estas marcaban su vida. Fue por eso que su única escapatoria de la realidad eran las noches cuando dormía, solía soñar cosas raras, pero muchas veces soñaba con una pequeña niña que él había creado en sus sueños, esta era su mejor amiga, le había llamado Min, ella también le llamaba así a él, cosa que a este le gustaba mucho.
Solían hablar de cosas que les gustaban, ella le contaba sobre sus dibujos y entre otras cosas que le llamaban la atención, el le hablaba sobre baile y música, a JiMin le encantan estas dos cosas, pero siempre quiso decirle a la pequeña, que algo que le gustaba mucho era ella, pero su misma timidez nunca se lo permitió. Cuando menos pensó, ya no podía soñar con la pequeña Min, ya no podía soñar nada.
•••
—Yo también creo que nos conocemos desde antes JiMin, aunque no sé de adonde...
—Esto es extraño...—susurró pero a un tono audible para SoMin.
—¿El qué es extraño?
—El que tu nombre se me haga familiar, es decir... no tengo amigas, mucho menos llamadas SoMin.
—Entiendo... yo tengo pocos amigos pero no tengo amigos que se llamen como tú... pero en verdad creo que te conozco.
—Pienso igual...—dijo y luego un profundo silencio se apoderó del lugar haciendo que estos se sintieran incomodos.
—Oye, SoMin...
—¿Sí?
—¿Qué te gusta hacer?
—¿Hacer en que sentido?
—Ya sabes, hobby o cosas así. —suelta una risa ante las cosas extrañas que comenzó a pensar ante la pregunta de la otra.
—No te burles, jaja. Pues, me gusta dibujar.. siempre me ha encantado el dibujo, desde que soy una pequeña.
—¿En serio? Eso en verdad es genial, ¿Dibujas bonito?—preguntó mientras se acomodaba en el suelo del oscuro lugar.
—Sí, pues tendrías que ver un dibujo mío para juzgar. ¿A ti que te gusta hacer?
—Me gusta bailar...—Sus mejillas se sentían un poco sonrojadas, no sabe el porqué de ello pero no le dió vueltas al asunto— ¿Traes un dibujo contigo?, así podrías enseñarmelo.
—Yo no sé bailar... pero el que a ti te guste es genial, has de bailar bien. No tengo un dibujo aquí y aunque tuviese... no sé en donde estas...
Las voces en ese oscuro lugar hacían un ligero eco que provenía de todos lados haciendo que no pudiesen saber la ubicación del otro.
—Creo que bailo promedio... cambiando de tema y siguiendo con lo de nuestras ubicaciones... esto es demasiado raro, ¿Por qué estamos aquí y por qué no veo nada más que unas pequeñas pintas blancas en el aire?
—Creéme Min, yo también me cuestiono lo mismo desde que llegué.
—Es lindo...
—¿Estar aquí a oscuras totalmente perdidos? Si, hermoso..—dijo con sarcasmo.
—No, eso no...—Sus mejillas se prendieron a un rojo carmesí por lo que iba a decir.
—Entonces...(?
—El que me llames Min, me parece lindo. —Tanto él como SoMin sintieron un sonrojo en sus mejillas y agradecieron el que no se puedan ver el uno al otro— Si quieres puedes hacerlo, no tengo problema con que me llames de esa manera.
—Llamarte así me hace recordar a un amigo de la infancia... yo le llamaba Min, no recuerdo su nombre... pero recuerdo bien que yo le llamaba de esa manera.
—SoMin...
—Sí, Min(?
—Ahora recuerdo...
—¿Recuerdas qué?
—Quién eres para mi.
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Red String of Fate ~ Jimin
Fiksi PenggemarLa historia se basa en SoMin, una chica de 21 años que va en busca de lo que se encuentra al final del hilo rojo al que se ve atada. Una vez ya al final de este, se llevará una gran sorpresa que cambiará su vida.