TRECEAVO CAPÍTULOS.

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Cada día, cada noche un Alfonso desesperado planeaba como era que iba a obtener a la niña de sus sueños .

Mientras tanto en el hogar de Alexia recibían una importante llamada de  sus padres. Alex explicó que por deudas tuvieron que quitarle la casa, por lo que se encontraban rumbo al campo para quedarse.
Pasaron las horas y los padres de Alexia por fin habían llegado, todos tenían ese sentimiento de felicidad/no felicidad. Todos ayudaban a acomodar sus cosas, la pequeña sentía una gran tristeza el hogar donde pasó gran parte de su vida ya no estaba.
Pronto todos estaban cansados por el arduo trabajo, por lo que era necesario un descanso. Era hora de aquel hombre contar todo los detalles de sus desgracias.

— ¿Qué pasó Alex, cómo fue que perdiste la casa?—. Dijo el más mayor del lugar —.

—. Perdí mi empleo por varios problemas, Sonia era la que trabajaba pero debíamos pagar la casa, cogimos un préstamo en el banco pero un solo sueldo no fue suficiente para pagar y poco a poco los problemas fueron cada vez peores .— dijo mostrando gran tristeza, no se perdonaba el a ver perdido todo—.

— Siempre serás bienvenido.— dijo Hosanna.—

Alexia no aguantó y se quebró ¿ porqué era tan injusto todo? ¿Ahora que su amiga no estaba se quedará a vivir aquí? Simplemente no era justo. Sus padres la consolaron toda la noche, pero su dolor era inconsolable.

Amaneció y los niños debían ir a la escuela. Se había convertido en un ritual para Alfonso ir cada mañana a saludar a su amada y desearle buen día en la escuela.
Mientras su abuelo y padre se encargaban de el ganado y demás animales que criaban, su abuela y madre se encargaban de la casa. Un día en especial Sonia llegó con una buena noticia, le habían propuesto un trabajo como secretaria de el museo del pueblo.

Ese trabajo fue señal de que cosas buenas estaban por venir o... al menos eso pensaban.

Continuará.

El demonio que vive dentro de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora