Disfonía (YoonMin) (BTS)

| 00 |

Jimin no era más que un hombre como los demás. Pero hubo algo que marcó la diferencia, para entonces, no comprendía porque las personas alrededor parecían vanagloriadas de que un pequeño se mostrase en el televisor. Por supuesto, a esa edad su ser inquebrantable quería la única atención de las dos personas que se encargaron de traerlo al mundo. Con el paso del tiempo, acostumbrado a las luces, reflectores, cámaras y numerosas clases artísticas formo parte de algo aún más grande. Lo sabía, porque sus padres siempre estaban orgullosos al hablar de su persona, y tal cual trofeo siempre fue bien exhibido. 

Para Jimin no había nada de malo en ello, llevaba una buena vida, teniendo siempre a su alcance todo aquello que necesitará, y aún más, lo que por capricho quería. Al menos dos veces por semana se la pasaba filmando comerciales o saliendo en pequeños cortometrajes, modelando, pero la más importante, tocando música, así fue como dio inicio a su carrera en el mundo artístico. 

Aunque para seguir dentro de aquella burbuja tenía que sacrificar las verdaderas cosas importantes para el desarrollo de cualquier pequeño. Jimin no podría ir a fiestas de cumpleaños de sus amigos más pequeños, tampoco saldría a jugar al parque, no tendría amigos de su edad y siempre estaría en casa tomando clases especiales. Porque sus padres lo habían querido de esa manera. Jimin era un niño especial, dotado con una gran capacidad de aprendizaje y una belleza fortuita, que desarrollo con el pasar de los años. 

Los señores Park siempre estaban de fiesta u ofreciendo algún evento en casa, Jimin jamás pasaba tiempo con su familia, escuchaba hablar de ellos, sin embargo, para Jimin las únicas personas existentes eran sus padres, a quienes quería con todo su ser. Pero pronto entendió que el no estaría en las fotos de recuerdos que colgaban sus padres en la pared, y que siempre sería un niño solitario, como cada cuadro o imagen que yacían en casa, mostrando siempre lo mismo, a él.

Con el pasar de los años, aquellas ilusiones que se había hecho de pequeño no estaban mas. Y lo único que tenía y que aún amaba era su voz. 

| ... |

-Park Jimin, es un gran honor tenerte aquí. Probablemente no lo sepas, pero, llevo años pidiendo a tu representante que vinieras al programa. Al menos como invitado. 

Jimin solo sonrió en respuesta, miro al hombre fijamente, robusto y un poco calvo, una figura digna de un empresario, traje a juego con el par de calcetines negros que sobresalían de su calzado. Jimin siempre se había fijado en todo a su alrededor y eso incluía inevitablemente a las personas con las que trataba. 

-Siento mucho la demora, la agenda de Jimin suele estar demasiado llena y es indispensable tener un poco de descanso siendo que es un joven en desarrollo. 

Justo entonces sintió una punzada en el pecho, no porque estuviera enfermo del corazón o algo parecido, el consideraba ser un chico bastante sano, pero la verdad era que tenía apenas minutos para descansar, su representante Lee Banghyun siempre exigía mejor de su persona, aún si eso significaba sacrificar sus horas de sueño para que todo saliera perfecto, y no culpaba del todo al hombre, puesto que era su trabajo, él incluso podía llegar a ser bastante perfeccionista en cuanto a su voz se refiriese.

-Lo entiendo, el joven Jimin tiene bastante popularidad desde pequeño, no es de extrañar que esta vaya en aumento. 

El hombre rió en conjunto a su representante, hablaron por mucho tiempo, tanto que después de unos minutos Jimin había perdido el hilo de la conversación, dada la situación, el empresario, quien suponía era trabajador del verdadero encargado del lugar, le indico a una de sus trabajadoras mostrara la sala de estudio a Jimin. Por supuesto su representante le dio ciertas indicaciones antes de que saliera, era un tipo de protocolo que manejaban ambos para seguridad.