Komorebi ❀ [ObiKaka]

1# Memories and meetings. ❀

"La gente dice que el tiempo cura todas las heridas", Mirando hacia una tumba muy familiar Kakashi sólo podía pensar en lo falso que era ese dicho.

El dolor nunca desapareció. Claro, la agonía aguda y cortante se disipó y dejó un vacío doloroso, pero eso no hizo que doliera menos, Kakashi lo sabía.

Nunca había pasado por una guerra, de ninguna forma, nunca había pasado hambre y sólo había conocido la paz toda su vida. Sin embargo para alguien de sólo dieciocho años de edad, él conocía las pérdidas demasiado bien. Aún así no era comparable, no era comparable a ninguno de los problemas reales en este mundo, a Kakashi no le gustaba compadecerse de sí mismo y siempre que ese tipo de cosas lo golpeaban se sentía culpable.
Había perdido, claro, pero la muerte llega tarde o temprano a todas las almas. Era inevitable, pero tenía que aceptarlo y seguir adelante.

Sus ojos grises miraron hacía abajo observando las flores que tenía en su mano, accidentalmente estos se arrastraron hasta su reloj dándose cuenta de que ya llevaba en ese lugar más de dos horas. Si quería tomar a tiempo el autobús necesitaba irse ya.

-Me voy.- dijo mientras dejaba las flores. -Voy a la misma universidad a la que fue mi padre...así que me vuelvo a mudar de la ciudad. Te prometo que te visitaré de vez en cuándo...Tal vez, si pudiera arreglar las cosas con Obito podríamos visitarte juntos...Ojalá tuviera más tiempo, pero tengo que irme. Adiós, Rin.-

Kakashi se giró y se dirigió por el pequeño sendero que se ubicaba en el cementerio del campo. Después de cerrar la puerta oxidada detrás de él, volvió a la casa de su abuelo.

El otoño estaba cerca, algunas hojas seguían verdes, pero el aire era más fresco y el sol ya no era tan cálido. No llevaría mucho tiempo para que el paisaje se convirtiera en una paleta de tonos amarillos, anaranjados y rojos. Kakashi deseaba poder quedarse para ver el cambio de temporada.

Los abedules a lo largo de la carretera ya eran amarillos; hojas caídas ya decoraban el camino y crujían bajo sus pies.
Siempre le había gustado esa época del año. El aire estaba fresco y claro, el sol ya no quemaba su pálida piel. El otoño parecía más solemne que el verano,
No tenía la delicada belleza del invierno o la exuberante y rica belleza del verano, pero para Kakashi tenía su propio encanto. Pensar en la ciudad gris, abandonada, le hacía sentirse en ese momento bastante deprimente.

Kakashi se giró a la derecha del camino de tierra marrón, deteniéndose en la casa de su vecino -"la vieja casa de Obito"- cuándo volvía, Incluso desde que Obito se fue, Kakashi seguía visitando a sus padres de vez en cuando. Esperaba que tal vez Obito regresara algún día, o al menos que hubiera noticias de cómo le iba.
Desafortunadamente, Obito nunca estuvo en casa y las pequeñas noticias no eran buenas. Obito había empezado a pasar sus ratos con los "chicos malos" o eso le dijeron sus padres. Para el final de la secundaria había sido arrestado varias veces por conducir ilegalmente, tráfico de drogas, violencia, abusos y malos tratos. Aunque Kakashi apenas creía la mitad de lo que se le acusaba a Obito, era obvio que había tenido mala compañía. Quería ayudarlo, pero no había mucho que pudiera hacer, sobre todo cuando Obito había cortado todo contacto con él y vivían a kilómetros de distancia.
Kakashi Esperaba que ahora que iba a Amegakure pudiera arreglar lo que se había roto y ayudar a Obito a encontrar el camino correcto en la vida nuevamente. Sabía que Obito no quería verlo, pero no podía evitarlo, Estaba claro que a Obito le vendría bien algo de ayuda. Tal vez después de todos estos años, Obito encontraría en él el perdón y recuperaría a su amigo de la infancia. Tal vez este sería el punto de inflexión para ambos.

Kakashi llamó a la puerta de madera y poco después se abrió, mostrando a una mujer de pelo oscuro y de unos treinta y tantos años. Su sonrisa se iluminó, de una manera que se parecía mucho a las brillantes sonrisas que Obito solía tener, cuando reconoció a Kakashi.