The heart of the Darkness - (Zayn y Tu)

Capítulo dos: I'm the heart.

_____ POV:

- ¡Gaia! - grité desde el recibidor de mi casa. Dejé caer el bolso de la escuela a un rincón, y luego di unos pasos hacia adentro, rogando no encontrarme con ese monstruo. Luego de unos segundos de silencio, oí como alguien se acercaba rápidamente hacia mi, y me saltaba encima, haciendo que casi caiga al suelo - hola preciosa - dije acariciándo a mi hermosa labradorade 2 años - mami llegó a casa, ¿me extrañaste? - dije mientras dejaba que lamiera mi rostro unos segundos - sí, sé que sí bebé.. - luego de que la soltara, y volviera a su posición normal de cuatro patas, la miré y ella me miró - ¿Richard está en casa? - sacudió su cabeza haciendo que sus orejas hicieran un chistoso sonido, y yo reí - mejor así - tomé el bolso del suelo, y subí escaleras arriba hacia mi habitación - ¡Ven Gaia! - le grité desde adentro. En cuestión de segundos mi fiel cachorra estaba entrando a mi cuarto, mientras yo cerraba la puerta. Se acostó a un lado de mi cama, y se quedó ahí, mirándome. Me saqué el uniforme del trabajo, dejé mi bolso del colegio sobre mi cama, me cambié decidiendome por unos jeans, una remera gris, y unas converse, y recogí mi cabello en un improvisado y desprolijo rodette dejando que unos cuantos mechones cayeran a ambos lados de mi rostro. Guardé mi tutú, mis zapatillas de ballet, mis mallas, y mi vincha. Me colgué el bolso en un hombro, saludé a Gaia con un beso en el hocico, y salí disparada hacia mi clase.. llegaba tarde, como siempre, tarde. Tomé el autobús justo a tiempo antes de que emprendiera rumbo hacia el instituto y pude relajarme unos minutos mientras me hundía en el asiento suspirando. Cuando llegué al instituto, entré a la sala y ya todas estaban vistiéndose. Me acerqué a la profesora mientras que ella me dio una mirada reprobatoria -

- Ha llegado tarde, señorita _______(tn). Otra vez tarde.. - dijo mirando a las demás alumnas por encima de sus anteojos -

- Lo sé profesora Hoffman, y enserio lo siento.. es que, sabe usted que mis horarios son ajustados, y con el trabajo yo.. -

- Ya.. cámbiese, y en cinco minutos la quiero calentando en la barra con todas sus compañeras -

- Sí profesora Hoffman - suspiré y corrí hacia los vestidores. Me cambié en cuestión de segundos, y me dirigí a estirar en la barra. Luego de varios minutos de pre-calentamiento, comenzaba la práctica -

- Las quiero a todas dandome unas perfectas Pirouettes - el acento de la profesora Edna era cada día más irritante, pero si había algo que me desconectaba del mundo era el Ballet. Era mi pasión, mi vida, lo que amaba hacer, y una de las pocas cosas que hacía por placer. Escaso era el poder que tenía sobre mi vida, ya que.. Richard solía controlar todo. Richard era la persona que se hacía llamar mi padre.. pero para mi no era más que la persona que me daba de comer, y se encargaba de vivir dándome las palizas de mi vida cada vez que llegaba trastornado a casa. Richard estaba enfermo, pero yo no podía hacer nada para ayudarlo.. o ayudarme a mi misma. Luego de dos horas de aquella danza que aliviaba mi alma, acabó la clase, y tenía que volver al infierno que era llamado.. 'casa'. Eran ya las 8.30, y sinceramente, no quería ir a recibir una golpiza porque mi padre llegó de mal humor del trabajo, así que opte por irme al bar a unas cuadras del instituto, un bar algo viejo, pero donde siempre había lugar para mi. Al entrar el sonido de la campanita que era golpeada por la puerta cuando abrí se hizo oír en todo el lugar. Aquel bar era 'chapado a la antigua' con un cierto aire de bar de los 80', lo cual me hacía sentir.. cómoda. Amaba esa época. Me senté en mi mesa habitual como solía hacerlo todos los días que venía, y pude ver a aquel anciano canoso con esa sonrisa de galán que se acercaba hacia mi -

- Pero miren que tenemos aquí.. ______(tn) que grande estás - dijo tomando sus anteojos y acomodándolos un poco para verme mejor. Reí y lo miré sonriendo - 

- Joseph, nos vimos anoche - 

- ¿Ah sí? Bueno, conoces a este anciano, ya comienza a olvidar algunas cosas.. ¿que te traigo, muchachita? -

- Lo de siempre - le di una sonrisa con los labios sellados, y lo ví alejarse también sonriente. Suspiré borrando aquella curvatura en mis labios, y fijé mi vista en la ventana, observando la hermosa noche que cubría a Philadelphia.. ~