Nos subimos al coche y Ale me dejó en casa. Al llegar, se bajó del coche para abrir mi puerta. Mientras la abría aproveché para agradecerle el momento que habíamos pasado juntos. No me esperaba su visita y me agradó la sorpresa. Me despedí de Ale con dos besos y un cálido abrazo. Olía a su perfume de siempre, y olía tan bien...
Al despedirse, Ale me preguntó cuándo nos volveríamos a ver, y le respondí que nos veríamos lo antes posible y siempre que quisiera.
Mientras le decía adiós con la mano el estaba de pie sobre su coche esperando que entrara en casa.
Al entrar en casa mi madre me gritó desde la cocina, -Dios mío!! Que tarde llegas! Ven a ayudarme con esto rápido hija mía.
Fui corriendo a mi habitación a por mi móvil y tenía siete llamadas perdidas de Matt. Seguro estaba preocupado porque no contestaba a sus mensajes y me llamó. No quería que pensara que lo había hecho a propósito y mientras iba hacia la cocina lo llamé. Me salió el contestador y aproveché para dejarle un mensaje: Hola Matt, soy yo. Siento mucho no haber contestado a tus mensajes y llamadas, unos viejos amigos se presentaron en la puerta de mi casa y de la emoción de la sorpresa no me he llevado mi teléfono. Ya estoy en casa preparando los últimos detalles para que cuando llegues este todo listo. Nos vemos ahora, un beso.
Al colgar el teléfono lo dejé sobre la mesa del comedor y me dispuse a echar a mi madre una mano con las verduras del horno.
Mi madre me preguntó donde había ido, le comenté que habían venido unos viejos amigos y que habían pasado a verme antes de finalizar sus vacaciones de verano en el pueblo. Acto seguido sonrió y me preguntó si había hablado con Matt a lo que le respondí que no todavía.
Mi madre se quedó a cargo de las verduras y me pidió si podía ir haciendo una de mis especialidades más especiales. La bebida. Había trabajado varios veranos de camarera de barra en chiringuitos y me había vuelto un as de la sangría de cava, la cuál fascinaba a mi madre. Me dirigí hacia la nevera a por un limón, una naranja y una caja de fresas. Mientras cortaba las frutitas mi madre me iba contando sus novedades laborales.
Mi teléfono me sorprendió, mi pantalla se iluminó y el teléfono comenzó a sonar. Era Matt, contesté.
+ Hola Matt, te he dejado un mensaje en el buzón...
- Si, lo he oído. Estaba reunido y no he podido contestar. Ahora terminaré con los últimos papeleos en la oficina y cuando termine iré para allá, como vais? Lo tenéis todo listo? Me dijo Matt con tono tranquilo pero no muy simpático.
+ Ya casi está listo, ahora me pillas cortando la fruta para la bebida, te queda mucha faena? Si prefieres lo podemos dejar para otro día Matt.... insistí.
- No te preocupes, en media hora está terminado. Nos vemos en breves.
+ Vale, hasta ahora. Me despedí y colgó la llamada.
Terminé de ayudar a mi madre y aproveché para ducharme y cambiarme de ropa. No tenía muchas ganas de pensar que ponerme y me puse un vestido floreado y espuma en el pelo, no quería arreglarme demasiado ya que íbamos a estar en casa.
Mientras hacíamos tiempo para esperar a Matt, mi padre y mi hermano se quedaron poniendo la mesa y mi madre y yo aprovechamos para sacar a los perros.
Cuando volvimos eran las 21:35. La mesa estaba lista y yo estaba hambrienta. A los pocos minutos sonó el timbre y mi madre ansiosa e impaciente por conocerle, mientras se dirigía hacia la puerta para abrir dijo en voz alta y muy entusiasmada, ese es Matt!!!
Al abrir estaba Matt plantado en la puerta con unas flores y una sonrisa. Saludó a mis familiares y me dejó a mi para ultimo como su plato estrella. Al acercarse a mi me brindó las flores y me abrazó, me dio un cálido beso sobre mi frente y mi madre interrumpió el momento ofreciéndome poner en agua las flores.
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AGARRA EL TIMÓN
Teen FictionJóvenes con historia, historias de jóvenes, jóvenes historias. Qué dice más? La verdad o la mentira?