Prologo

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Mi nombre es Izuku Midoriya, actualmente tengo catorce años, mi vida al contrario que de las demás personas a sido bastante diferente.

Cuando era pequeño a la edad de 3 años estaba ilusionado por ser un héroe y para ello a la edad de cuatro años conocería cual era mi Kosei.

En mi cabeza cuando lo lograra obtenerlo llegaría a ser como al héroe que yo admiraba, All Might, el símbolo de la paz, esperaba tener un Kosei parecido al de el, y para eso necesitaba tener 4 años... pero no siempre el mundo es color de rosa, cuando llegue a esa edad mi Kosei aun no se manifestaba por lo que fuimos con un medico para saber a que estaba pasando... lo que nos dijo fue bastante directo.

"Date por vencido", dijo un doctor vestido de bata blanca, bigote castaño, complexión gorda y lentes mientras que tenía los brazos cruzados y una expresión indiferente.

"¿¡EHHHHHHHH!?", grito izuku con una nube de depresión alrededor de el y una mirada apagada, mientras que su madre estaba alado de el, mientras dialogaba con el doctor.

Ese día fue el que rompió por completo mi sueño, al no tener Kosei causó burlas por parte de los demás niños de mi edad que si tenían, entre ellos un... "Amigo" su nombre es Katsuki Bakugou un chico rubio con el cabello erizado con unos ojos rojos, su Kosei es causar explosiones gracias a que segrega de sus manos un combustible parecido a la nitroglicerina que puede hacer que se encienda a voluntad causando una explosión.

Este chico al principio era un amigo para mi pero siempre me trataba como si fuera menos, incluso llegandome a apodar "Deku" que significa inútil, y gracias a mí falta de Kosei los abusos aumentaron.

Nunca le dije a mi madre sobre esto por miedo a lo que él me podría llegar a hacer junto con sus demás amigos.

Así pasaron los años hasta que cumplí 8 años, las agresiones no solo eran de Bakugou sino que incluso profesores lo hacían además de que invitaban a los demás a atacarme de esa manera, gracias a eso cambiaron mi actitud llegando a ser alguien sin emociones las únicas veces que llegaba a sonreír era cuando estaba con mi madre.

Me termine cansando de mi situación, así que le pedí a mi madre que me metiera a un gimnasio o a una arte marcial, cuando me preguntó cuál era la razón de querer entrar solamente le contesté que tenía curiosidad, no preguntó más a ella siempre le agrado mi curiosidad.

Aguante durante un año entero el bullying de todas las personas que me molestaban, cuando llegue a ver una escena que provocó que mi sentimiento de ira se diera presente.

Estaba saliendo de la escuela rumbo a mi casa como era de costumbre, luego de comer iría a mis clases de artes marciales, en todo este año había llegado a hacer uno de los mejores en las clases, podía llegar a vencer a alguien del doble de mi altura con mucho esfuerzo, todo era según mis senseis a mi gran resistencia a los golpes... Creo que no hace falta mencionar su procedencia.

Volviendo al tema, me encontraba rumbo a casa pasando por un parque y ví a Bakugou con dos chicos, uno de ellos tenía un Kosei que le otorgaba unas alas y el otro uno que hacía que sus dedos se estiraran, ellos estaban enfrente a una niña rubia con dos colegas en espiral con el cabello ligeramente desordenado, ojos color ámbar, sus colmillos eran más afilados de lo normal y tenía un uniforme de su escuela, estaba tirada en el suelo como si la hubieran tirado y tenía una mano en su ojo tratando de ocultar lágrimas que salían por ellos.

"P-P-Porfabor de-jenme en paz", al decir eso trato de retroceder un poco, los acompañantes de Bakugou rieron y el solo sonrió con superioridad.

"Lo siento pero eres un peligro, viendo tu Kosei es seguro que te convertirás en una villana y yo como futuro héroe no puedo dejar que llegues a serla", el se acercó para poder darle un golpe, pero antes de que lo logrará fue mandado a volar y cayó al suelo con dureza.

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