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Son Chaeyoung

Chaeyoung, Son Chaeyoung.
Ese es mi nombre.
El nombre por el cual una sonrisa se escapa de mis labios, cada vez que ella lo pronuncia.
Aunque todavía no quiero llegar a esa parte.

22 de Junio de 2018, el último día de clases.
Justo un día antes había recibido una llamada de Mina, a la que respondí en menos de una décima de segundo al saber que se trataba de ella.

- ¿Mina? - dije sonriente.

- ¡Chaeyoung! ¿Qué tal? -

- Bien. - dije sin siquiera pensar en su pregunta.

- ¡Ya solo queda un día de clases y serás libre! - me dijo con un tono animado, para después soltar una pequeña carcajada.

- Si, estoy deseando que termine... - dije entre un leve bufido.

- Ya verás como termina enseguida... Bueno, te llamaba para darte una muy buena noticia. - dijo subiendo su tono, emocionada.

- ¿Enserio? - sonreí ampliamente - ¿Y a qué esperas entonces para contármela? -

- ¿Lista? Trrrrrr... - imitó el sonido de un tambor, aún emocionada, a lo que no pude evitar reír - ¡Sungjin y yo ya hemos encontrado una casa! - gritó desde el otro lado de la línea.

- ¿E-enserio? - fingí un tono alegre. Y digo "fingí" por algunas cosas que ya iré contando más adelante.

- ¡Sí! ¡Ya estamos instalados! ¡Tiene muchísimas habitaciones! ¡El jardín es enorme! ¡Y tiene piscina! ¡Y... - continuaba gritándome, cada vez más eufórica.

- Qué bien... Me alegro mucho por vosotros... - volví a fingir un tono amable.

- Gracias... - dijo riendo.

- Bueno, Unnie... si has terminado...tengo que hacer algo de tarea todavía y... - me excusé para cortar de una vez la llamada.

- ¡Espera! Aún no he terminado, ¿acaso crees que soy tan mala como para llamarte solo para darte envidia de mi nueva casa? - rió sonoramente, a lo que yo también reí.

- ¿Entonces? - pregunté, aún sonriente.

- ¿Por qué no vienes mañana después de clase y comienzas el verano con tu Unnie favorita? - dijo, todavía con rastros de euforia.

- Claro, ¿por qué no? Estará bien. - asentí, a pesar de que no me gustaba demasiado la idea.

- ¡Bien! Gracias...¡Nos divertiremos mucho! - afirmó, alegremente.

- Claro... Minari, aún tengo que hacer tarea... Nos vemos mañana, ¿sí? - insistí.

- Está bien, no te molestaré más entonces. - dijo, calmando su tono.

- Gracias, Unnie... ¡Hasta mañana! - me despedí, sonriente.

- ¡Adiós, Chaeng! ¡Ah! Y no olvides tu bañador... Tú y yo estrenaremos la piscina mañana. - dijo, para después cortar la llamada, sin esperar mi respuesta.

Y ahí estaba yo al día siguiente, despidiéndome de todos mis amigos, deseándoles un feliz verano.
O al menos, a los pocos amigos que tenía.
No era una chica muy popular en el colegió, de hecho, nunca lo fui, pero no es algo que me importara demasiado. A diferencia de mí, Mina era la chica más popular del instituto, y eso que ella lo dejó el año pasado.
Recibí más saludos para ella de parte de gente que ni conocía, que para mí misma. 

Al terminar, encendí mi teléfono y me dirigí hacia Whatsapp, con intención de volver a ver la dirección de la nueva casa de Mina, para poder ir allí.
Al hacerlo, encontré un mensaje suyo, que se encontraba en mi cajita de notificaciones desde hace un par de horas.

~ Chaeng, Sungjin tardará en llegar hoy, así que date prisa... Esta casa es muy grande para mí. ~

Terminé de leerlo, seguido de un par de emoticonos, que hacían ver el mensaje más adorable de lo que ya me resultaba.

Apagué mi teléfono y prácticamente me dediqué a correr hacia la dirección de la casa, sonriente.
Pues, cada segundo que pudiera pasar a solas con Mina, era oro para mí.

Revisé de nuevo la dirección de la puerta al llegar a la calle indicada, y cuando tuve la certeza de que estaba en el sitio correcto, apreté el timbre, sobresaltándome por su irritante sonido.

Esperé por al rededor de un minuto, dando pequeños golpes al suelo con mi pie derecho, que mostraban mi nerviosismo, hasta que escuché el sonido de la puerta abriéndose, y antes de que pudiera darme cuenta, ya estaba entre los cálidos brazos de Mina, disfrutando de su deliciosa fragancia, esa que tanto me gusta.

- ¡Llegaste! - gritó en mi oído.

- ¡Auch! Acabas de cargarte mi tímpano... - me quejé, riéndome.

- Te había extrañado mucho... También tú me has extrañado, ¿verdad? - se acercó a mi rostro, susurrando sobre mi nariz.
Myoui Mina, ¿por qué estás volviéndome loca?