RUTINA

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Una vida tranquila, común, trabajo promedio, una familia con 3 hijos, esposa, nunca me he preocupado por la parte económica, no es que fuera rico ni millonario, pero tenia lo suficiente se podría decir, todo lo que una paupérrima familia de Haití deseaba y lo que una alta familia sueca no aspiraría, en Colombia me llaman de la clase media-alta. Pero aun así algo me carcomía, la rutina ¡aaaah! aquel estado que todos caemos y nos atrae como una pila de estiércol atrae a los escarabajos antropófagos, no nos damos cuenta cuando llegamos allí, solo estando adentro es que lo descubrimos, así no hagamos nada y lo ignoremos, bueno eso me pasaba, pero ya estaba acostumbrado a ello, alejaba aquellos pensamientos de romper la rutina. 

Momentos después descubrí que son la 1:43 de la madrugada, estoy observando a través de la ventana del segundo piso de mi casa, justo en la habitación que compartía lecho con mi esposa, en un barrio modesto, muy silencioso de hecho, estaba con una pijama de ositos que me regalo mi madre 3 días antes de morir, a sus 87 años. Mi mujer se despertó.

-Amor, ven a dormir ¿Que haces allí?


-Nada, pensando que hubiese hecho sido de nuestra vida si hubiese estudiado literatura.


-¿Que dices?, eres un gran empresario!, muchos te respetan, tienes una familia que te ama, tienes todo lo que alguien desearía, si hubieses estudiado esa cosa tal vez ni me hubieses conocido.


-¿Nos conocimos cuando ya tenía mi primer empresa, cierto?


-No pienses en eso, ¿Que me quieres decir?


-Si me hubieras conocido sin dinero, ¿Te hubieses enamorado de mi?, si es que lo hiciste.


-Brozilo Rodríguez! Esta conversación es absurda!, no tiene sentido!, acuéstate antes de que te golpee para que dejes de pensar maricadas.


-¿Es pecado pensar?


-¿QUE!!!?


-Nada, nada, que me quiero sentar, tengo insomnio, tal vez fue algo que comí.


-¡Como Quieras!!!

Y allí se acostó ella de 39 años, con su baby doll de color azul claro demasiado corto, podía ver algo de sus nalgas, unas piernas perfectas, cabello negro brillante, ojos oscuros, rostro esbelto, una estatura de 1,78 mts, medidas 93-65-92 y deportista, en realidad cualquier hombre la desearía, cualquiera del pueblo!... aaaah el pueblo, un lugar pequeño de 300.000 habitantes a 50 minutos de Bogotá, clima ideal no era ni muy frío ni muy caliente.

Volví a mirar a mi mujer, y pensé en la rutina esa cosa que me hizo acostumbrarme a mi esposa, 20 años de mis 40 de existencia, la mitad de mi vida!, puedo decir que la quiero, pero no la conocía en realidad, solo la veía en las noches.

-¿Será que me conozco? ¿a mi esposa? ¿mis hijos? ¿todo lo mio?

¿Mio? Por que digo eso...¿Por que son míos?... ¿tengo decisiones sobre ellos? Y ¿si un día ella se quiere ir?, ¿solo porque di el esperma para que nacieran mis 3 hijos, puedo asegurar que son míos? ¿de mi propiedad? ¿Sera que puedo hacer lo que quiera con ellos?.

Un ruido rompe la monotonía y mi viaje mas interno que e tenido en mi vida, fue un sonido brusco, tosco como cuando explota algo, me asomé por la ventana, vi a un hombre delgado no mas alto que mi esposa, con una barba que le llegaba hasta el pecho, chaqueta negra, igualmente sus pantalones y sus zapatos, corría como alma que lleva el diablo, pero un diablo como Usain Bolt por que su velocidad no era común.

RUTINAWhere stories live. Discover now