- ¡No puede ser verdad, llegaré tarde a casa!- a pasos apresurados Park Jimin partió del Instituto donde estudiaba dirigiéndose a su hogar.
El día estaba de su lado hoy. Amaneció como a él le fascinaba, con un sol brillando ese día lunes a pocos minutos para que marquen las 12 hs. Andaba con mucha prisa porque ese día habría prometido con una cosa importante pedido por su madre en la mañana, y lo cumpliría.
Pero, algo hizo que se detuviera en aquella plaza. Algo que nunca le hubiese ocurrido antes, algo nuevo e inquietante.
Pensaba que aquello que le estaba pasando en ese instante, era sólo una mala jugada de su imaginación, no podría ser real, no ahora, no después desde su nacimiento, a sus casi 18 años. No podía ser verdad, en lo absoluto.
Que su corazón estuviera soltando latidos, de una forma casi desenfrenada. Si no que hasta hace poco el seguía vivo igualmente, con el hecho de que su corazón nunca haya latido y sólo permanecía en un estado de congelamiento.
Pero. ¿A qué se debe éste repentino cambio?.
No duró mucho en salirse de su trance y en darse cuenta que sus latidos poco a poco desaparecian.
Rápidamente se puso en marcha hacía una dirección y diviso entre las personas, a la posible causante de todo eso.
Pudo fijarse que en esa enorme plaza, había pocas personas a su alrededor para su alivio, entre ellas más que a pocos niños con su madres y al otro lado a alguien con un enorme disfraz de oso repartiendo volantes, de una posible tienda de juguetes.
No podía quedarse en medio sin hacer nada, debía actuar de forma rápida para ubicar a la persona que lograba esos latidos en él.
-Y si que fue rápido pretender encontrarla, se dijo-.
Debía ser ella, aquella chica rubia bastante bonita y de ojos claros. Sentía los latidos cerca de nuevo. Debería de ser ella.
La chica ya se estaba dando vuelta, dando la espalda completamente, lista para marcharse.
No dudo ni un segundo, no quería que se acabará todo eso con su partida. La siguió.
Cuando Park Jimin comenzaba a alcanzarla sintió sus latidos más acelerados y sintiéndose con cansancio a la vez.
De repente, se cruzó en su camino algo o mejor dicho alguien, chocando y tirandolo al suelo.
No logró alcanzar a esa chica, pero. ¿Qué carajos?... Sus latidos se hicieron mucho más desenfrenados, como si su corazón se quisiera salir, sentía que en cualquier momento se desvaneceria.
Se levantó de inmediato luego del choque. Mirando inquientamente al
autor de su caída.
Así que después de todo, la chica rubia no era la causante, no precisamente ella. Si no con el autor/a con el que chocó, o más claro decir; con el dueño/a del enorme disfraz de oso que repartía volantes de hace un rato.
En el momento que se atrevía a saber más sobre aquel oso, ya no se pudo sostener. Cayó arrodillado y con la cabeza agachada frente a esa persona.
Y pasó lo que debía pasar...
-Oye.¿Te encuentras bien?. ¿Dime qué quieres ir a un hospital ahora mismo?-. Le preguntó con una actitud realmente preocupada, mientras al mismo tiempo se quitaba la cabeza de oso.
Park Jimin quedó en shock, jamás se le pasó por la cabeza que el causante de sus repentinos y alocados latidos, fuese un hombre...
Su vista se nublo y al instante cayó desmayado, muy cerca de los pies del sujeto que tenía en frente.
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Corazón Silencioso [KookMin]
FanfictionPark Jimin sabía que él no era una persona normal, sabía que todo era un misterio acerca de lo que lo hacía diferente de los demás. No sabía la razón, nadie podía decirle aún lo que padecía, no tenía una explicación lógica para aquello. El hecho d...