Más allá de lo Inanimado

PRÓLOGO

Era de noche, toda la casa estaba oscura y era realmente tenebrosa. Todo se mantenía en silencio pero unos pasos lo irrumpían. Eran unos pasos tranquilos casi silenciosos si no fuera por le crujir del suelo. Caminaba despacio en dirección a una habitación de su casa: la sala del pasado.

Para ella estaba prohibida esa sala, para ella y para todos los miembros de la casa incluido para su propietario. Pero ella, a pesar de no haber entrado nunca, sabía perfectamente que había ahí dentro y la curiosidad por saber cada detalle del interior de esa sala la comía por dentro.

Estaba a punto de descubrirlo, abrió la cerradura con una horquilla, estaba girando el pomo, iba a abrir la puerta, cuando de pronto la luz del pasillo se encendió alumbrando el rostro de la chica y el de su padre.

- Cielo ¿qué estás haciendo?- le preguntó con dulzura y con cierta autoridad el padre a su hija.

- Estaba... buscando el baño- intento disimular la pequeña - Esta casa es tan grande que no me acostumbró a ella.

- Sabes que no te creo ¿cierto?

- Sabes que yo lo se ¿verdad?

- Escucha, tienes bien claro que nadie puede entrar ahí y mucho menos tu.- le impuso el padre

- Pero no lo entiendo, ¿por qué no puedo? Siempre estás hablando de tus amigos y compañeros, pero nunca me cuentas la historia y aquí dentro- decía la niña señalando a la puerta- está toda esa historia.

- ¿Tantas ganas tienes de saber la verdad?- le preguntó el padre y la niña asintió- Esta bien, ven.

Los dos bajaron a la planta baja y se sentaron en un sillón que había en la sala de estar, el padre en el sillón y ella en su regazo.

- Te contaré la historia de como cuatro jóvenes lograron salvar todo su universo de una temible maldad oculta en las tinieblas. Pero hay algo que debes saber, tras contarte la historia debes mantener silencio. No puedes decirle a nadie que te la he contado ni contársela a nadie, ¿trato?- le objetó y extendió la mano el padre recibiendo la de su hija- Bien, todo comenzó hace 20 años...