Me complacía verle, sentir su presencia ahí. Habían veces en las que no salía del salón y a mí me daba una tristeza enorme. Se podría decir que era de las pocas motivaciones que tenía para seguir asistiendo al instituto. El, o al menos la imagen, la idea que tenia de él se había convertido muy especial para mí.
Lo advertí en un día soleado, creo que era primavera. Su largo pelo dorado se movía por la brisa y sus ojos eran tan brillantes que no me los olvido hasta el día de hoy. Pasaron semanas hasta que volví a ver su presencia. Estaba cursando el último curso y ese año se graduaría. No salía en los recesos, y yo tampoco. Solo lo veía a la entrada. No obstante, para mi fortuna los últimos días empezó a manifestarse. Y yo me encontraba pacífico en un banco fuera de mi salón que me daba vista a Taehyung. En dos ocasiones hicimos contacto visual, retengo como sus ojos me penetraron y devoraron por completo. Pocas veces le vi sonreír. Qué sentimiento me apresaba cuando sonreía. Casi siempre llegaba tarde, y yo lo veía por el ventanal. Ya me conocía su espalda de memoria. Caminaba con elegancia, se veía tan valiente, tan sobresaliente y fuerte, en cambio yo me sentía tan diminuto. Lamenté el hecho de haberlo encontrado pocos meses antes de que el año terminase. Lo lamenté por mucho tiempo. Así del mismo modo que lamenté no poder hablarle. No poder enviarle un mensaje con esa canción que me lo recordaba tanto. No me sentí capaz en ningún momento.
Hasta hoy creo que es la persona más bella que mis ojos han presenciado. También prometí que así sería, que no habría otra que haga revolotear mi corazón de tal manera. Y la promesa no se ha roto. Todavía le quiero, sin embargo, me da miedo que no sea una buena persona. Ni siquiera lo conozco profundamente, pero realmente me gustaba como me hacía sentir. De alguna manera siento que hubiéramos sido buenos amigos, por más que a mi no me agraden del todo sus gustos musicales que hacían presencia en sus camisetas.
Aún en sueños, logro encontrarle. Ya dejé de contemplar sus fotografías, estoy dejándolo ir, con algo de pena pero dejando que su recuerdo vuele lejos, porque sé bien que en los momentos menos indicados las cosas regresan. Y tal vez, por motivos del existir, lo encuentre caminando por la ciudad. No tengo dudas en que mi ser se va a sentir como la primera vez.
Con encanto, distinción de los demás, sentimiento, belleza y esa búsqueda de equilibrio se presenta Taehyung en mis pensamientos cada noche. Ahí es cuando suelo pensarlo más que en cualquier otro momento del día. Lo extraño, extraño admirar su imagen desde lo lejos. Y me asusta pensar que podría desaparecer de mi mente.
Si alguna vez nuestros ojos se vuelven a cruzar por más de un segundo, aquí Jeongguk promete sonreírle al querido Taehyung en modo de agradecimiento por la felicidad, inspiración y motivación que le brindó.
