Chapter 7: ¿No es igual a...?

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Hola, ¿que tal todo?. Aquí esta el séptimo capítulo. Ya, disculpen si son cortos, pero así es como me salen mejor.

Ok, espero que les guste.

Raven se despertó como todas las mañanas, se ducho y se vistió con un jean suelto y una blusa. Era domingo y no tenía que ir a trabajar. Se dirigió a la habitación de su hija para despertarla. Caminó por el pasillo y llegó a una puerta con el nombre de su dueña. Al entrar pudo ver a una Ángela profundamente dormida, estaba con la misma ropa de ayer y tenía su laptop abrazada sobre su pecho.

- Hija, despierta ¿qué pasó? ¿Te quedaste jugando hasta tarde? –dijo mientras la movía ligeramente.

- Mmm…Buenos Días, Rachel. Sí, creo que me quede dormida –Ángela se levantó y se alistó mientras su mamá salía a preparar el desayuno -.

Raven con el tiempo aprendió a cocinar, gracias a un libro que había visto en la biblioteca en la que trabajaba. Cuando la chica entró a la cocina, no pudo despegar la vista del gran plato de waffles con miel y frutas acompañado el vasote de leche de soya que estaban sobre la mesa. Era su desayuno favorito, adoraba que la sorprendieran así.

Ambas se sentaron a desayunar, Raven no dejaba la costumbre de tomar solo su té de hierbas en la mañana. El silencio se estaba haciendo incomodo, así que decidió empezar la conversación.

- ¿Por qué te quedaste hasta tarde jugando? Creí haberte dicho que no quería que te volvieras adicta a esas cosas que te arruinan el cerebro –dijo con su voz monótona.

- Disculpa, realmente no me había dado cuenta de la hora que era –mintió.

En realidad, nunca estuvo jugando. Cuando llegó a casa el día anterior ya era de tarde, se encerró en su cuarto y se puso a estudiar el plano de la torre "T" que había tomado. Estuvo hasta tarde memorizando todos los corredores y hasta tubos de agua en caso de que necesitara una salida de emergencia. Pero, ya se sentía preparada para volver al lugar y empezar su verdadero trabajo.

- Ehhh….mamá, ¿crees qué pueda ir al centro comercial hoy? –preguntó, cruzando los dedos por debajo de la mesa.

- Has estado saliendo más seguido últimamente….. ¿Hay algo que yo deba saber? –Ángela se mordió la lengua buscando una excusa a tal punto que casi se la perfora con sus propios colmillos.

- No, solo que vi unas botas que estaban en oferta y quería comprármelas -.

- Ok, supongo que puedes ir –suspiro, su niña estaba creciendo- ten –le dijo mientras le dejaba un billete de 100 dólares al lado de su mano.

Raven recogió los platos y se puso a lavarlos. Se sentía triste, desde luego, no lo expresaría físicamente. La única de sus hijos; la que pudo, inconscientemente, salvar de que se la quitara una enferma con deseos de venganza; se estaba convirtiendo en una adolescente. Le apenaba pensar que en un abrir y cerrar de ojos ya esta sería una adulta. Felizmente, con el tiempo aprendió a controlar su poder de la empatía, ahora solo sentía las emociones de las personas si lo deseaba. Pero no lo uso con su hija, porque confiaba plenamente en ella.

Ángela fue a su cuarto, se peinó con la división de su cabello al lado izquierdo de su cabeza (como acostumbraba), con su gancho de listón negro y nudo verde de hizo una media cola; por último se puso sus botas hasta la rodilla y salió.

- Vuelvo para tomar lonche ¿sí? -.

- De acuerdo hija, cuídate…te amo –fue lo último que alcanzó a decir justo cuando la puerta se cerraba.

La chica caminó largo trecho hasta llegar a la cuidad, espiar la torre era en cierto modo emocionante, pero era a la vez muy estresante; jamás le había mentido a su mamá, no porque fuera telépata, sino porque la amaba y le estaba avergonzando traicionar su confianza. Decidió ese día si hacer lo que dijo que haría, fue al centro comercial.

Quien tu deberias ser •(BBxRae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora