Quien tu deberias ser •(BBxRae)

Chapter 10: Cómo desearía que lo conociera

Holas, agradezcan a las vacaciones porque me permitieron traerles el siguiente capítulo de mi fic, espero que les guste.
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Raven estaba en casa, miraba el reloj constantemente, la preocupación la hacía inquietarse y derretir algunos adornos. Ángela le dijo que iría a pasear pero ya eran como 5 horas que había salido y no regresaba.

Se paró del sofá y por varios minutos caminó de un lado a otro, ya la había llamado 6 veces y tratado de contactarla con la mente pero no la encontraba. Afuera había empezado a llover y eso empeoraba su angustia. Estaba a punto de salir ella misma a buscarla.

Pero por fin escucho la puerta abrirse y su bella hija entró, estaba toda empapada y estornudando.

- ¡Ángela! ¿En dónde estabas? ¡Te llame varias veces y no me contestabas! ¡¿Tienes idea de lo preocupada que estaba?! –dijo en medio de los objetos que se hacían añicos.

Raven corrió y trajo una toalla para envolver a la chica, se le notaba muy mal.

- Discúlpame mamá, se me pasó la hora y cuando volaba a casa, empezó la tormenta y no podía ver bien...¡ACHU!...No respondí las llamadas porque estaba transformada. Lo siento –dijo entre los estornudos y con la nariz tapada -.

- Esta bien –suspiro- ojala que no tengas la temperatura muy alta- cogió el termómetro y se lo puso.

La hechicera hizo que Ángela se pusiera su pijama y se acostara, tenía 39° de temperatura. "Esta noche no voy a poder dormir", pensó la madre.

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A la mañana siguiente Raven llamó a la biblioteca para decir que no se presentaría a trabajar, ya que su hija se encontraba enferma y solo ella la podía cuidar. Luego, en la cocina preparó una limonada caliente con miel para ella.

Entró al cuarto de paredes, techo y suelo negro con cortinas verdes y muebles de ambos colores. "Para mí todo era azul y negro, así que no puedo decirle nada", pensó. En la pared opuesta a la puerta tenía, en toda su extensión, pintado en verde y con letra gótica el nombre de la chica que dormía en la cama debajo del este.

Raven se sentó a un costado y despertó a su hija.

- Buenos Días ¿cómo te sientes? –dijo con su voz característica pero con un aire cariñoso.

- Algo mej… ¡achu! ¡achu! ¡ACHU!...me retracto, estoy igual -.

- Bueno, al menos ya no tienes la nariz tapada y no te transformas con cada estornudo, ya lo aprendiste a controlar –dijo algo triste al recordar a quién le sucedía eso al resfriarse.

- Pero es incómodo soltar humo verde-negro de la nada –su mamá le entregó la taza para que se tomará su desayuno.

- Hoy no irás a tu clase de dibujo ¿está bien? -.

- Ok –respondió con un puchero.

- Bueno, ahora lo mejor es que descanses –dijo saliendo de la habitación.

El día siguió lleno de estornudos acompañados de incomodas nubecitas de humo y el estar en encerrada en su cuarto era muy aburrido. Ni con su laptop se divertía jugando.

Raven se encontraba en su cuarto meditando para controlar su instinto maternal que la mantenía preocupada, al terminar salió para preparar el almuerzo a la chica. Cuando pasó por la sala notó que el celular de Ángela se había quedado sobre la mesa, estaba sonando, lo levantó y vio que tenía 3 mensajes y 4 llamadas perdidas. "¿Quién llamaría a Ángela con tanta insistencia?".