<<BUM>>
Un arma de fuego había sido disparada.
—¡BRANDON!— habían gritado sus padres
—¡GRIGETTE!
A pesar de sentir las llamas por sobre todo su cuerpo, Brandon subió corriendo las escaleras con dirección al segundo piso, dirigiéndose hacia el cuarto se su hermana que era el más próximo. Quitó con poca dificultad una viga que por causa del fuego se había desprendido del techo. Sin tomar mucho en cuenta el daño que podía causar, con una patada llena de una extraordinaria fuerza que era ajena a su cuerpo, partió la puerta de la habitación. Entró al cuarto rápidamente y lo que vió tendido en el suelo ya flameante le desgarró el alma. Su hermana estaba allí, siendo comida por las llamas a la par que su sangre se esparcia por todo el suelo.
—¡Grigette! — sus rodillas callaron al suelo mientras veía como su hermana iba agonizando siendo llevada por la muerte.
—Bran...don—alcanzó a decir mientras intentaba no ahogarse con su propia sangre. Brandon se acercó a ella viendo con detenimiento el impacto de bala que había llegado directamente a su esternón. Atravesando las flamas de la habitación, la acogió entre sus brazos para luego levantarla y sacarla de lo que parecía ser el mismísimo infierno
<<BUM>> <<BUM>>
Dos tiros más.
...
Brandon despertó de un respingo, despertando también a Daniel quién inmediatamente se sintió acorralado entre la pared y el cuerpo robusto de Brandon. Sus ojos se abrieron de par en par por el asombro causado al darse cuenta de que aquel chico estaba a su lado. Brandon se sentó en la cama posando sus codos en sus muslos para sostener su cabeza, estaba sudando, su respiración estaba desenfrenada y su corazón estaba latiendo fuertemente.
Daniel observaba con detenimiento la espalda de Brandon, la cual bajaba y subía repetidas veces.
Daniel se dio cuenta de inmediato que Brandon estaba llorando en silencio, al presenciar esto un nudo se le subió a la garganta. Sin pensarlo dos veces se sentó en la cama aún con sus pies extendidos y posó su mano a la espalda de Brandon, quien al notar su tacto tensó inmediatamente sus músculos debido a la incomodidad que le causaba, limpió las lágrimas de sus mejillas rápidamente y se levantó de la cama.
—Lo siento — murmuró el chico aún en la cama. Brandon intercambió una rápida mirada con él para luego salir de la habitación
Daniel aún con su mano en el aire suspiró, soltando en la intensa exhalación la tensión que se había generado segundos atrás. Se levantó de la cama y con sus pies descubiertos se dirigió a la sala de la casa.
—¿Brandon? — preguntó asomándose levemente desde el pasillo. La cocina había sido prendida y sobre una de las ornillas se encontraba una pequeña olla con agua. Caminó con cautela por entre la sala hacia la cocina cuando de pronto escuchó la ducha abrirse en el baño, Brandon estaba bañándose.
Al ver que el agua había comenzado a hervir, Daniel apagó la estufa e hizo el café que Brandon había comenzado a hacer, mientras lo hacía, el chico con las cicatrices salía del baño para dirigirse hacia su habitación.
Brandon pov's
Cerré con llave la puerta y tiré la toalla que me cubría al suelo para secarme los pies mientras buscaba qué ponerme, en eso Daniel llamó a la puerta, con sólo mi ropa interior puesta abrí para verlo allí, menudo y con su labio aun hinchado, cos sus cabellos revueltos y su mirada aún adormilada, sosteniendo una taza de café y extendiendola hacía mí, no pasó mucho tiempo para que sus ojos viajaran por todo mi cuerpo y sus mejillas se encendieran. Sonreí internamente, me había dado cuenta de que mis cicatrices no eran lo que había captado su atención, sino lo que más abajo de mi abdomen se encontraba.
—Gracias...—tomé con ambas manos la taza de café, haciendo un contacto a propósito con sus delicadas y frías manos. Y allí nuevamente encontré el deseo de llamarle Dani — sirvete también un poco, estás helado...no quiero que te enfermes... —sin siquiera pensarlo guiñé mi ojo y cerré la puerta...la imagen de su rostro sonrojado llegó a mi mente, sonreí sin más, pensando en que estaba coqueteando con un chico, sí, un chico.
Mientras sorbía mi café el sueño con el que había despertado regresó a mí memoria, dejé la taza a un lado y me senté en la cama, agotado de mis recuerdos. Puse mis dedos en el puente de mi nariz para evitar el llanto que ya en mi garganta sentía aproximarse. Tenía que ser fuerte, tenía que combatirlo, tenía que olvidarme de todo lo que no había podido evitar, tenía que superar el hecho de que ellos estaban muer...
—¿Brandon?.
Limpié con ferocidad las lágrimas que por mis mejillas habían hecho caminos. Levanté mi mirada y vi a aquel pequeño ser asomándose por el umbral de la puerta, sus pies estaban descalzos.
—Lo siento, me preguntaba si podrías prestarme un par de calcetines... — dijo con una voz tan suave y delicada que hizo que el nudo de mi garganta bajara lentamente hacia mi estómago hasta desaparecer. Caminé hacia la cómoda de mi cuarto para sacar un par de medias, me dirigí hacia él y se las ofrecí. — Gracias...— su intento de tomarlas fracasó, pues yo seguía sin soltarlas.
Confundido levantó su mirada hacia la mía la cual aún estaba rodeada de lágrimas, sus ojos estaban llenos de nerviosismo. Con mi mano libre cerré la puerta lentamente y acorté la distancia que había entre los dos. Sus carnosos y rojizos labios se abrieron de golpe, a causa de la sorpresa causada por este último acto. Mi mano viajó hasta la pared en la que su espalda se arrecostaba, con la mera intención de acorralarlo.
—Por favor — murmuré mientras daba otro paso hacia adelante, haciendo que los dedos de nuestros pies se rozaran lentamente — No te vuelvas a desmayar.
Solté el par de calcetines al suelo para posar mi mano en su cintura, por increíble que parezca, este pequeño movimiento había hecho que de la garganta de Daniel un pequeño gemido se escapara, sonreí abiertamente, sintiendo como las puntas de sus rizos se acercaban a mis pestañas. Su mirada verdosa estaba aún puesta sobre la mía, la profundidad de sus pupilas me ahogaban en un abismo de curiosidad. Sus mejillas estaban más rojas que nunca.
De pronto sus ojos comenzaron a cerrarse, pensé asustado que el chico se había desmayado nuevamente, no fue hasta que sentí su tacto en mi pecho desnudo. A pesar de que sus manos estaban heladas, sus caricias sobre mi piel se sintieron tan calientes como el fuego, una ola de calor y de exitación se apoderó de mi cuerpo. Solté su cintura, alejé mi mano de la pared y puse ambas manos en la parte baja de sus pequeñas nalgas, alzándolo. Sus piernas me rodearon el torso al mismo tiempo que sus manos se posaban sobre mis hombros, sus párpados seguían abajo, lo tenía más cerca que nunca. Nuestras frentes hicieron un leve contacto al igual que nuestras narices, fue allí cuando finalmente logré ver de nuevo sus ojos, verdes con unas finas líneas naranjas y amarillas.
Su mano viajó a mi mandíbula para así atraerme hacia él. Fue entonces cuando sentí el roce de mis labios sobre los suyos. Fue suave, sentí en un principio el sabor del alcohol, luego el hierro de la sangre y luego su sabor invadiendome a la par que su lengua se encontraba por primera vez con la mía. Una de sus manos viajó desde mi hombro a mi nuca para sostener con fuerza mi cabello, era yo ahora el que de su garganta liberaba suaves sonidos bañados en placer. Sentí la sonrisa de Daniel sobre mis labios, a falta de aire nuestras bocas se separaron, no pasaron muchos segundos para que Daniel plantara en mi boca un corto y liviano beso lleno de inocencia, nada parecido al primero. Con suavidad dejé que sus pies nuevamente tocaran el suelo, nuestras sonrisas se chocaron de nuevo en otro pequeño beso inocente y lleno de ternura.
—Gracias por no desmayarte — dije tomando sus dos manos para besarlas al mismo tiempo. Su labio se había roto nuevamente por la intensidad del primer beso, pero aún así sostenía una hermosa sonrisa.
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I see fire
Teen Fiction"-Déjame tocarte- sus dedos fríos llegaron a mis labios para viajar lentamente hacia mi cuello, en dónde comenzaban las horribles cicatrices -Déjame amarte- musitó." I see fire, una obra llena de incógnitas y de una pasión juvenil.