Baile para dos

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La vio unos segundos en un parque. Solo pequeños segundos pero él ya no olvidaría su rostro. Su vestido rojo la hizo verse radiante, junto con ese cabello castaño y esos ojos de calidez y confianza color madera de roble. Tenia vida en ese momento, bailando y canturreando, dejando su vestido ser tan libre como ella y aun así poseía finura y gracia en sus movimientos. Una mujer viva de verdad, ajena a todo el exterior, excepto por la música que la inspiraba. Se enamoro de sus movimientos en dos segundos. Y en dos segundos se decidió a levantarse a hablarle. Jamas volvería a olvidar esa canción ninguno de los dos.

La canción sonaba, pero ella ya no estuvo mas para bailarla con él, para cantarla o simplemente para reírse porqué él tiene dos pies izquierdos. Él, en su soledad, comenzó a bailar, y a cantar, y sonreír como pocas veces ha hecho. Su voz comenzó a quebrarse, en su cara se comenzó a verse la tristeza; y la furia desatada, él sentía arder el odio y repulsión hacia su abandono. Ni siquiera tuvo la molestia de despedirse. ¡Lo miro a los ojos sin decir nada, escuchó como su corazón solo latía por ella y aun así lo abandonó! Terminó de escuchar la canción. Él ya no estaba consiente de que entonaba aun la ultima estrofa porque escuchó atentamente como ella bailaba con alguien más...

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