19 de Julio de 2013

3.1K 209 14
                                    

Me desperté espantada tuve pesadillas toda la noche. Su cara, su sonrisa, su risa, se estaba riendo de mí, Erick Covarrubias se estaba mofando de mi circunstancia, de donde me había llevado, y no sabía en ese punto si era verdad o solo una terrible pesadilla.

Me asomé y encontré la puerta cerrada, así que me podía meter en la ducha, salí de la cama y sin más entré, me había quedado maquillada así que me retiré los restos de maquillaje y me metí en la ducha. Algo de agua tibia, casi fría, sabía que me haría bien. Luego de 10 minutos salí y me sequé el cabello, y salí del baño directa a meterme a la cama. La puerta aún seguía cerrada. Necesitaba ver la hora, saqué el reloj comprendí por qué estaba cerrada. 7:18 am. No es porque Erick no fuera madrugador, sino porque realmente era temprano para que viniera a saludar. Volví a tratar de dormir aunque fuera por un momento. No quería ver su cara tan temprano sabiendo que ya estaba despierta.

10 minutos después di por abortada mi idea, no podía dormir, no después de todas esas pesadillas. La cara de satisfacción de Erick regresaba a mi memoria, aunque sabía que conscientemente o inconscientemente, siempre estaba.

Me metí al armario a buscar que ponerme, era una completa experiencia entrar ahí, como una tienda personal, con todas las desventajas que esta situación llevaba, pero dentro de mí, no podía negar que ese closet era maravilloso.

Me pasé por el lado de los pantalones, necesitaba uno, no quería nada que mostrara mis piernas. Me encontré con un jean color menta, muy lindo, así que lo tomé, luego busqué una blusa, y descolgué una blanca, no mostraba nada delante, pero tenía por detrás descubierto. Traté de buscar un brasier que quedará con aquella blusa, cuando escuche su voz.

—No quiero que te lo pongas, solo usa la blusa, es lo suficientemente gruesa para que no muestre tus pezones.

—Sí, Señor —dije robóticamente. Me tapé la parte de arriba ya que me había colocado el jean.

—Cámbiate y salte rápido.

Lo hice lo más rápido que pude, pero antes de ir con él, tomé un blazer blanco que me encontré al salir, tomé los tacones y fui con él.

—Quítate el blazer —me quedé paralizada, estaba de espaldas a mí ¿cómo me vio? ¡Claro! El espejo—,  quítatelo Nicole.

Lo hice sin parpadear y lo dejé sobre la cama.

—Bien. Así me gusta, obediente —miré hacia el piso, no iba a enojarme, no hoy y después de todo lo sucedido ayer —. Me tengo que ir, no voy a pasar el día aquí, vine a avisarte —yo miré hacía él—, Efrén está aquí, ya sabes lo que tienes que hacer, no te maquilles, no hace falta.

—¿Va a tardar mucho?

—Espero que no, quiero que terminemos tu entrenamiento.

Erick estaba demasiado frío conmigo. Estaba arreglándose el traje en mi espejo. Sin voltear a verme. Pero por lo menos estaba contestando.

—Está bien, Señor.

—Pero antes de irme, quiero que hagas algo —yo lo miré fijamente—.  Después de que decidas que desayunar y comértelo, quiero que vayas a hacer ejercicio, necesito que estés entrenada físicamente, y luego, ve al despacho, Efrén tiene una llave y cuando entres él te dará acceso, puedes tomar 1 libro, solo uno, creo que te lo mereces después de estos días —yo lo miré y sonreí—. No te lo puedes traer a la habitación. Ah, y otra cosa antes de que me vaya, y esto sí es una orden —mi sonrisa cambio y lo miré fijamente—, vas a escribirle una carta a Frank diciéndole que te encuentras bien y que esperas que él lo esté pasando bien, groso modo, claro, cuando regrese voy a revisar esa carta, así que no se te ocurra cometer ninguna tontería ¿Comprendiste Nicole?

Atrapada ||Completa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora