Capítulo 23.Rose-Primera prueba II

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Nada más me despierto me pongo ropa de calle, el jersey que le hizo la abuela a mi padre en su séptimo año en Hogwarts, unos pitillos de cuadros de diferentes tonos de grises y unas zapatillas rojas.

Si no fuera por que los de ningún otro Weasley me sirve como mis propios regalos de Navidad, no me lo pondría.

Salgo de la habitación, demasiado pronto. Encuentro a Hugo y a Annie, dormidos en los sofás de la sala común. Vuelvo a tapar a mi hermano con la manta, que se le ha caido, y salgo de Gryffindor.

-Suerte, pequeña-canta la Dama del cuadro.

Me voy al comedor y me siento a desayunar lo que de repente aparece en una esquina de la mesa de mi casa. Alguien me besa la mejilla por atrás y se sienta a mi lado.

-Hola, preciosa- Harry me pone un mechón de pelo detrás de la oreja.

Muerdo un bollo y se acerca hacia mí.

-No deberías haberte cortado el pelo. Te queda mal. Igual que la ropa tan suelta.

Me acabo el vaso sin mirarle. Me pongo en pie para irme.

-Deja ya de actuar, ¿quieres? No te creas... importante por tener dos amigos. No te creas que eres popular. Solo eres una marginada.

Salgo a los jardines.

-Normalmente eres mala en el tiempo, Rosie, pero nunca pensé que llegarías pronto a algo-me abraza tío Percy.

-Hola, buenos días. Oh yo también te veo bien, gracias.

-Bueno, vale-ríe- Tengo cosas que hacer. Solo te quería que decir que no hace falta... que solo lleves varita-me guiña un ojo y se va.

Observo como se va, extrañada, y vuelvo a subir a Gryffindor para ponerme mi amuleto de la suerte desde principio de curso.

Rebusco por toda la habitación y despierto a varias chicas.

No está la escoba de Scorpius. Solo me lo había quitado por la noche, así que repaso todo el recorrido que he hecho por la mañana. Al pasar por el comedor, ahora lleno de gente, me dan ganas de haber hecho a Dursley vomitar babosas.

La gente me mira extrañada mientras busco por el suelo, por la mesa, por donde sea. Vuelvo a salir por los jardines, pero no está por ningún sitio. Justo cuando voy a entrar, de nuevo, suena la campana. Vuelvo a llegar tarde a la prueba.

Corro hacia allí, pero James se pone en medio.

-Rose, te lo explicaré rápido porque como siempre llegas tarde. Topa el mapa, para abrilo...

-Te lo he robado más de una vez Jamie-se lo cojo y me pongo a correr.

Vuelvo y le doy un abrazo-Gracias.

-Así que... Buena suerte, participantes-concluye tío Percy, justo cuando llego y Dom y Andrey se acercan al centro.

De repente, se me nubla la vista y aparezco en una habitación llena de colores azul y cobre. La sala común de Ravenclaw.

Algo me sobresalta nada más me giro. Me observa con detenimiento, como si me tuviera miedo pero a la vez quisiera matarme. Sin embargo, no como los hipogrifos normales, se acerca a mí sin reparos.

Observo como se acerca a mí, y con un movimiento de cabeza, enseña una placa que lleva atada al cuello. Me acerco con cuidado y la leo.

HIPOGRIFO LUPIN WEASLEY POTTER

Cada uno de los apellidos está tachado y escrito en letra diferente. Le doy la vuelta, esperanzada.

-Hipogrifo LIBRE que a veces se pasa por la madriguera... Ted déjalo, no lo hagas. Es mejor... Princesita Francesa, es MI hipogrifo. Entonces no es libre, idiota-

The New Golden Trio _PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora