Carta número 2.

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No te entiendo.

De verdad que no te entiendo. Hace un año no me habría fijado en ti, no al menos de la forma en la que lo hago ahora, y eso tampoco lo entiendo. 

Siempre te he visto como un mejor amigo, como un hermano mayor (en caso de que hablásemos, y nos volviéramos amigos, claro), pero ahora... ahora te veo de otra forma, te veo como ese chico que no me importaría que fuese esa persona especial, te veo como la persona con la que no me importaría volverme cariñosa y ñoña, como mi novio...

Pero nunca lo había pensado, ni si quiera te prestaba atención de esta manera, aunque creo que esto fue porque le gustabas a una supuesta "amiga". Pero ahora lo hago, y mucho, y sé que tú sabes de mí. Lo sé porque siempre estás ahí, suba lo que suba a instagram, valla a donde valla siempre apareces tú de una forma u otra. Y puede que sea cosa mía y tú solo estés ahí como otro chico cualquiera. Y aunque sé muchas de tus manías, tus palabras favoritas o las razones por las que te cabreas, aunque tengas más paciencia que cualquier otra persona que conozca, no sé casi nada de ti. No sé si tienes novia o estás soltero, cuál es tu color favorito o el lugar al que te gustaría viajar... No sé nada, y eso me gustaría cambiarlo, pero sé que el noventa por-ciento de las posibilidades que tengo de hablarte y que me contestes son negativas, aunque de esperanzas se vive...

Ayer estuve hablando con mi mejor amiga de ti, justo cuando después de verte. Y nos preguntamos cuándo empezó todo esto... pues bien, no fue hace mucho. Comencé a fijarme en ti cuando termine mi relación con esa supuesta "amiga" y a raíz de ahí las cosas se volvieron raras, yo ya no hablaba de él, sino que hablaba de ti, pero todo se volvió más real aquel día en el que cruzamos las primeras palabras, aquel día con el que mi cabeza no para de soñar. No paro de ver una y otra y otra vez tu sonrisa, tus ojos... Solo cruzamos dos frases, pero para mí eso fue suficiente. 

Pero después de eso vinieron las miradas poco disimuladas, los golpes de tus amigos cuando nos cruzábamos, tus sonrisas acompañando a las mías... Y puede que todo esto sea cosa mía pero sé de seguro que no lo es porque muchas de mis amigas lo ven, y eso no hace más que asegurarme lo dicho. Mi mejor amiga no para de recordarme cuando te estuviste riendo de mí por liarla en uno de tus partidos, para variar, ahí me empecé a fijar más en esos pequeños detalles, y cada vez son más y menos disimulados. 

Otra de las cosas que mi mejor amiga no para de repetirme es lo que pasó hace una semana, en mi partido. Tú fuiste... y eso no hizo más que ponerme nerviosa, pero también me alegró, y sé que no fui a la única, de ese día simplemente quiero darte las gracias. Gracias por ayudar y hacerla feliz, porque para ella ese pequeño detalle tuyo la hizo la noche. Y pues así comenzó todo, y sin poder evitarlo comenzó a pasar.

No lo quiero decir, ni si quiera me permito pensarlo, porque todos dicen que soy muy enamoradiza, muy fácil... y sé que quizás no sea a la única que le pase, porque esto lo dijo ella primero, mi mejor amiga fue la primera que dijo que no la importaría salir con tigo, y al final esto es lo que ha pasado. Y lo más seguro es que ella lo lea pero tú no, así que solamente diré que aunque sé lo que siento si no lo digo no será real, nada de esto puede ser, porque ella lo dijo primero y yo tengo que aprender a no ser tan fácil, tengo que dejar de sentir tanto y tan rápido, porque luego pasa lo que pasa, pasa lo que me pasó con él, con ese al que llamas amigo, que tantos problemas me lleva dando desde hace seis años, pero, si algún día lees esto, dile que ya no se preocupe por mí, que ya le estoy olvidando como él quiere.

Ya va siendo hora de acabar esto, así que para acabar quiero que sepas que no me pasará lo mismo con tigo que con él, porque eso ya era obsesión, y que de los errores se aprende así que solamente dejaré que pase el tiempo y esperaré a ver qué me depara el destino... quizá en ese futuro tú y yo seamos parte del otro, aunque solo seamos amigos. Por cierto, una última cosa, no tienes que cambiar para gustar más, tú eres ese chico adorable que dan ganas de abrazar y besar todo el rato, no ese chico que se enciende con nada y trata mal a sus amigos. Ese no eres tú, ese es él, no te confundas. 

Nos vemos, número 18.

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