My Inmortal

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¿Me recuerdas? Yo era tu amigo, "tu mejor amigo", dijiste que estabas bien, que todo se iría con el tiempo.
¿Lo recuerdas? Que tus emociones estaban bien pero me mentiste Subaru, tú no estabas bien; el tiempo no se llevó nada...

¿Recuerdas cuándo nos conocimos? Ese día en el puente te encontré ahí, sufriendo, dolido, y con ganas de matarte. Me lo pediste, pediste que te matara, me lo gritaste. Yo aún lo recuerdo, estaba lloviendo, yo iba en mi auto y te atravesaste... Gracias a mis reflejos logré frenar antes de golpearte.
Estabas mojado e implorabas que te matara, que luego tirara tu cuerpo al río. Me dio miedo Subaru, jamás tendría el valor de matar a alguien y huir, pero veía tu dolor, tu pena tu sufrimiento... Pude haberme ido, dar la media vuelta en mi coche y dejarte ahí pero no lo hice. Salí de mi coche, corrí hacia ti y sin importar quién eras o sí te conocía te abracé con fuerza; en ese momento me di cuenta de que no te soltaría nunca. Después te metí a mi auto y prendí la calefacción, desde el abrazo tu te quedaste perdido, nunca podré saber en qué pensabas, pero mirabas al vacío siempre.

Te llevé a mi casa ya que no me hablabas y no querías indicarme dónde era la tuya, jamás olvidaré cuando llegamos: te guíaba de la mano, tu me seguías aún distante pero ahora me mirabas, tus ojos rubíes me miraban fijamente. Al entrar te senté en el sofá, al ver que seguías mojado te di una toalla, no la tomaste, te la tuve que poner en los hombros para calentarte un poco.

Intenté inútilmente de entablar una conversación contigo, no sabía ni tu nombre... El resto ahora es historia. Luego confiaste en mí, me contaste tu historia, habías pasado por tantas cosas, cosas inimaginables, cosas dolorosas que aún me impacta recordarlas; estabas solo, completamente. Aceptaste quedarte conmigo porque yo igual estaba solo. No entendía el porqué de tus mangas largas siempre.
¡Por dios! Eras un chico de 20 años, había tanta ropa para ti, ropa que siempre te hubiera quedado a la perfección.

Peleamos tantas veces por ello hasta que, ese día te quedaste dormido y me ganó la curiosidad. Levanté tus mangas, supongo que tenías el sueño muy ligero porque despertaste rápidamente pero no tan rápido para tapar u ocultar tus marcas, logré verlas, logré ver tus cortadas.

Ese día me gritaste, te enfadaste mucho, casi te vas de mi lado; en vez de arreglar el asunto, sólo me encerré en mi habitación como un adolescente.

No me hablaste por más de una semana, me evitabas y sólo pensaba: «¿Por qué había cortes recientes ahí?». Claro que temía preguntarte pero tampoco quería que continuaras haciéndote daño, te habías vuelto alguien importante para mí Subaru, me dolió ver los cortes ahí, en toda la piel pálida de tus brazos. Seguiste evitándome por tres semanas.

Un buen día me dijiste de golpe lo que sentías, que no debiste actuar así, que quizá si dejabas que yo te apoyara saldría de todo eso... Y te creí.
Me acerqué a ti y te abracé felizmente, me seguiste el abrazo inseguro, talvez no te acostumbrabas todavía al contacto físico; alejé mi rostro para mostrarte lo contento que estaba al ver tu progreso pero de pronto tus ojos se volvieron más brillantes y más hermosos, no puedo mentirte, eras atractivo y tus constantes sonrojos me atrapaban. Me acerqué lentamente a ti y tú cerraste automáticamente los ojos, nuestras respiraciones se mezclaron y en un segundo, ambos nos encontrábamos acariciando nuestros labios en un suave compás.
Nos alejamos a los poco segundos, nos miramos fijamente, por mí parte te pedí disculpas, que no debía haberlo hecho pero por dentro estaba feliz, tú solo asentiste y pediste no volver a hablar sobre el tema, yo estuve de acuerdo.

Desde aquél entonces, dejaste de llorar por las noches, quizá otro asunto que olvidé mencionarte, oía siempre tu llanto nocturno, tus lamento...
El punto es que dejaste de hacerlo, las noches se hicieron silenciosas, como antes, fui curioso y una noche me escabullí a tu habitación y te observé, dormías tranquilo, sin dolor, sin sufrir. Además de esa noche, te observé muchas más, e inclusive te susurraba las cosas que, lamentable, tú nunca sabrás.

My Inmortal [Shūbaru] [One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora