CAPÍTULO 3: BLAINE WARBLER

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CAPÍTULO 3: BLAINE WARBLER

Como era de esperar, Blaine y Sam consiguieron los papeles que habían deseado. Unique interpretaría a Rizzo y Marley a Sandy. Finn encontró a un chico llamado Ryder para el papel de Ángel ya que nadie más lo quería. Todos estuvieron ensayando duro hasta que llegó el día del estreno. Blaine llevaba su ajustado vestuario y se divertía con Sam cuando vio a Kurt y Rachel entrar. Su expresión cambió y se volvió seria. El rubio se volvió para ver que había hecho cambiar la cara de su amigo.

– ¿Vas a hablar con él? – Preguntó el ojiverde.

– Antes de la actuación no. Temo derrumbarme y no ser capaz de salir. – Dijo el moreno.

Sin embargo, fue el castaño el que se acercó a él.

– Vas a interpretar un Danny Zuko perfecto. – Dijo el ojiazul.

– Gracias. – El menor evitaba su mirada.

– Blaine... ¿Por qué lo hiciste?

– ¿Cambiará algo que te lo cuente?

– No...

– Entonces, si me permites, necesito preprarme para la actuación.

– Blaine...

Sin embargo el más bajo se alejaba en dirección de Tina y Sam que lo recibieron abrazándolo. Rachel hizo lo mismo con el castaño.

– Vayamos a nuestro sitio.

El musical comenzó y estuvo fantástico. Tanto los “actores” como los “directores” había hecho un trabajo magnífico y eso se reflejó en el estreno. El protagonista se dejó la piel en el escenario para demostrar que, a pesar de estar hundido, era capaz de hacer creíble su personaje. Cuando todo acabó, se dirigía a la sala del coro cuando vio a Kurt.

– Me debes una conversación. – Exigió el ojiazul.

– Vale. Me sentía solo, pensé que habías seguido con tu vida y no tenía cabida en ella. Cometí un error.

– ¿Con Sebastian?

– No, no fue con él.

– Cosa que es una auténtica pena. – Interrumpió el aludido.

– Así que tú eres Blaine Warbler... Toda una leyenda en Dalton. – Dijo otro chico castaño.

– ¿Y tú eres...? – Preguntó el ojimiel.

– Hunter Clarington, nuevo capitán de los Warblers. – Dijo el joven mientras le estrechaba la mano.

– Vaya suricato... Veo que al final no fui yo el que acabó perdiendo... Yo tengo Nueva York y unos nacionales... ¿Qué tienes tú?

Sebastian tenía la cara roja de ira. No le gustaba perder y en ese momento la cosa se le ponía complicada.

– Creo que yo me quedaré con el mejor premio de todos... – El ojiverde respondió mirando a Anderson con lujuria.

– Vale de discusiones, ahora lo importante es negociar... – Dijo Hunter.

– ¿Sobre qué?

– Sobre tu regreso a casa... ¿Es él tu ex novio? – Señaló a Hummel.

– Soy yo... ¿Algún problema? ¿Envidia tal vez? – El castaño puso su mejor pose de Diva.

– No, simplemente busco un motivo por el que alguien deje todo por tan poca cosa como tú. Supongo que el amor es ciego... – Se volvió hacia el más bajo. – No me extraña que te acostaras con otro. Dudo mucho que alguien como él sea capaz de satisfacerte. – Dijo el capitán de los Warblers.

Blaine se alteró demasiado por esas palabras. Puede que ya no fueran novios, pero nadie podía insultar a Kurt en su presencia. El ojiazul y Sebastian tuvieron que sujetar al menor mientras este gritaba e insultaba al otro castaño. Finn y Sam aparecieron y vieron la escena.

– ¿Qué ha pasado? – Preguntó el más alto mientras el rubio sustituía a Hummel en su agarre.

– Ese impresentable ha insultado a tu hermano. – Dijo el ojimiel.

– ¿Kurt? – Preguntó Hudson mirando a su hermano.

– No ha sido nada. Simplemente quería que explotara y me enfrentara a él... Sin embargo, el que ha caído en la trampa ha sido Blaine.

– Bro, tranquilo. No merece la pena. – Dijo Evans.

– Esto no acaba aquí. Antes de los regionales tendrás puesto tu uniforme de Dalton. ¿Tus compañeros de New Directions te valoran? ¿Lideras el club como lo hacías en los Warblers?

El moreno dejó de intentar librarse del agarre de sus amigos. Ese era un pequeño detalle que se le había olvidado.

– Ni lo pienses, eres el líder del Glee Club, claro que te valoramos. Has protagonizado el musical del McKinley dos años seguidos. Tu sitio está en aquí.– Dijo el rubio.

Finn se llevó a Blaine de allí antes de que le convencieran. Sebastian y Hunter se marcharon y Sam se quedó a solas con Kurt.

– Se sincero... ¿Cómo está?

– Fatal, si por él fuera, no habría participado en el musical.

– Fue él quien se acostó con otro.

– Yo no te he culpado, pero eso no quita que siga enamorado de ti.

– Tienes mucho trabajo para protegerlo de los Warblers...

– ¿Quién podía pensar que habría alguien peor que Sebastian?

– Sólo te pido que tengas cuidado. No me fío nada del nuevo. Cuida a Blaine.

– Yo me encargo, no te preocupes.

La Vida Sigue (Glee-Blaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora